10 de Mayo
apareció un lirio en la jardinera
de la terraza ¿quién lo plantó?
#Mi Jardinero me ha regalado un lirio
#Me encuentro cansada, extenuada y con el corazón agitado
Mi Jardinero me ha regalado un lirio
Mi Jardinero me ha regalado un lirio. Anteriormente las violetas, mis caras violetas que habían sido arrancadas todas violentamente por alguien y que, después de más de tres años que hacía que ya no estaban, han nacido espontáneamente en las jardineras de la terraza.
Más tratándose de violetas, no es muy de extrañar, ¿verdad? El viento mismo puede transportar las semillas: un pajarillo dejarlas caer de su pico... ¡Pero, un lirio...! La planta del lirio se propaga únicamente por bulbo y un bulbo de lirio es harto voluminoso y pesado para que el viento lo pueda transportar en sus alas o un pájaro en su pico. Con todo, ha nacido en la jardinera del balcón.
Muchos podrán decir que soy una loca. Mas yo sostengo que este nacer así de un lirio tiene algo de milagroso y en este milagro veo una gentileza exquisita y una cariñosa respuesta de mi Jesús. El sabe cuánto amo los lirios y como habría sufrido viéndolos arrancados todos del bancal de mi patio. Sabe que los amo como flores y como símbolos y sabe que miedo, qué pena era la que tenía en el corazón pensando que tal vez mi lirio ya no estaba blanco e intacto. Y El, de unos pocos terrones ya estériles, escasos, endurecidos y descuidados hace surgir un lirio.
¡Bien lo puede hacer El que crió los lirios de los valles
y que con tanto amor los nombra en su evangelio!
¡Bien lo puede hacer El que crió los lirios de los valles y que con tanto amor los nombra en su evangelio! ¿Por qué he de dudar sobre la procedencia de esta flor? El Jesús que regaló a Teresita la nieve para el día de su toma de hábito, ¿no puede dar a María una flor de nieve? ¡Ay si alguna mano humana me la tronchase! Me parecería un sacrilegio y tendría por ello un dolor sumo
Escribo también ésta que a algunos podría parecerles bagatela, pero que, por el contrario, es para mí algo muy profundo. Es ésta también una caricia de mi Dios, una gentileza suya que me confirma y asegura la dulce sensación del 2 de marzo pasado, sensación vuelta a sentir, bien que más ligeramente, en estos días.
¡Oh Paraíso! ¿Qué cosa serás si sólo el vislumbrarte ligeramente aquí es tal beatitud?
Me encuentro cansada, extenuada y con el corazón agitado
Me encuentro cansada, extenuada y con el corazón agitado ¡por tantas cosas...!
Pienso en los míos de Calabria... Les he escrito mucho en estos días hablándoles abiertamente de Dios y de los deberes de un cristiano ante la muerte. Pienso en Clotilde paralítica... pienso en Paula, en José, el de las teorías... extrañas, pienso en todos. ¿Cómo morirán si les toca morir? La Mano que sembró los lirios y las violetas para la pobre María descienda sobre aquellos corazones y los atraiga a Sí...
Me escribe la Abadesa de las Trapenses y yo le he escrito a ella. Estoy contenta de haber rogado y de rogar así por la unidad de las Iglesias. Ignoraba que se rogase por esto. Jesús, mi único Maestro, me ha guiado, como siempre, hasta en esto; así como me ha guiado hacia su sierva Sor M. Gabriela. Verdaderamente tengo la sensación de estar cogida de la mano por El, que me conduce adonde puedo encontrar algo de bien o almas que, por estar ya en la gloria, me pueden ayudar con sus doctrinas de santidad a progresar en mi labor de santificación.
Puedo asegurar que jamás me ocurre pretender conocer
una "Vida" en la que no encuentre una semejanza con la mía
Puedo asegurar que jamás me ocurre pretender conocer una "Vida" en la que no encuentre una semejanza con la mía. Semejanza mucho mayor y más perfecta, pero que siempre es semejanza. He leído infinidad de "Vidas; más, por mí, siempre he comprado aquellas que tiene puntos de contacto con mi mezquina vida y por su repercusión en mí, -mientras que las otras me despiertan una admiración estéril y nada más-. Comprendo que yo también estoy en la misma línea (si bien, muy atrás) de ardimiento de amor, de inmolación y de confianza.
Encuentro en la "Vida" de Sor M. Gabriela frases iguales a las mías hasta en las palabras más insignificantes. ¡Y esto me conmueve tanto...! Siento que donde reina Jesús, dueño absoluto de nuestro yo, las almas, cual arpas pulsadas por la misma mano, dan idéntico sonido.. más o menos fuerte, conforme a su perfección, pero siempre en las mismas notas.
C-43. 18-20
A. M. D. G.