24-5
Son muy pocos los que ven lo bueno
que es el Señor
Mas es "bueno" siempre, un verdadero "Papá" para sus hijos fieles
¡Cuán bueno es el Señor! Cuando contemplo la bondad sin límites de Dios, siento deshacerse mi corazón de gratitud y de amor. Y también de dolor, porque veo que son muy pocos los que ven lo bueno que es el Señor.
Mas es "bueno" siempre, un verdadero "Papá"
para sus hijos fieles
Muchos para proclamarlo "bueno", exigen de Él cosas sonadas, sin perjuicio de proclamarlo después no bueno tan pronto es uno herido por algo desagradable. Mas es "bueno" siempre, un verdadero "Papá" para sus hijos fieles; y es bueno hasta con sus hijos menos fieles con los que prodiga infinitos tesoros de amor paciente que sabe esperar su arrepentimiento
¡Mas con sus hijos fieles en fin...! Con los que ponen su mano de hijos en su mano de Padre y van así, mirándole con el santo y amoroso orgullo de hijos enamorados de su progenitor, ¡oh!, con ésos, ¡qué poema, qué perfecciones de bondad obra Dios! Tiene providencias conmovedoras a todas horas y en todas las circunstancias. No ya las necesidades sino hasta los mínimos deseos de sus hijitos fieles los transforma en realidad y, al igual que un buen "Papá", nos da como premio estas realidades para hacernos felices.
Me viene al pensamiento aquella frase evangélica:
"Nadie dejó casa y parientes por mi amor que no reciba
ahora el céntuplo y la vida eterna en el tiempo futuro"
Me viene al pensamiento aquella frase evangélica: "Nadie dejó casa y parientes por mi amor que no reciba ahora el céntuplo y la vida eterna en el tiempo futuro"; y esta otra: "Dad y se os dará, se os derramará en el halda una medida buena, llena, apretada y rebosante".
Sí, es así ciertamente. A quien pone a Dios sobre todas las cosas, hace de Dios su centro y pone su fin en trabajar por el Señor, Dios no sólo le otorga la merced proporcionada a la obra realizada sino el "céntuplo" y hasta lo superfluo con medida rebosante, porque Dios es así de gran Señor que puede cubrir de tesoros sin cuento a sus fieles súbditos y es un Padre tan bueno que para Él es un gozo, dentro del gozo de su Esencia, proporcionar la felicidad a sus criaturas. Y no sabe el temor de que puedan agotarse sus tesoros de Rey y de Padre por cuanto, como de inexhausta fuente, desborda del seno de la eterna Trinidad un fluir continuo de poder que se transforma en gracias para quienes le aman.
C. 43, 37-38
A. M. D. G.