1.º junio 1943

 

 

Quitarme una chispita de Misericordia

 

 de mi Corazón y seréis salvados.

 

 


 

Estoy con el pecho abierto para que podáis llegar más fácilmente a mi Corazón

  Miro a mi grey... Mía Ya no es mía. Erais mis ovejas y os habéis salido de mis majada...

   Sólo me queda alguna cordera fiel, pronta a ofrecer su cuello al cuchillo del sacrificio

 


 

Dice Jesús:

"Para ser salvados, pobres hombres que tembláis de miedo, bastaría con que vosotros, como hijos verdaderos y no como bastardos de los que soy Padre solo de nombre mientras que el verdadero padre es el otro, bastaría con que supieseis arrebatarme del Corazón una chispa de Misericordia. Y no desearía sino que me la arrebatarais.

Estoy con el pecho abierto para que podáis llegar

más fácilmente a mi Corazón

 

Estoy con el pecho abierto para que podáis llegar más fácilmente a mi Corazón. He dilatado la herida de la lanza en mi Corazón para que podáis entrar en él; mas de nada sirve. He hecho que vuestras infinitas ofensas sirvan como cuchillo de sacrificador para abrirla más y más, porque el Amor sabe hacer esto. Aun el mal lo transforma en bien, mientras que vosotros, de todo el bien que os he hecho  –pues os he dado hasta a Mí mismo que soy el Sumo Bien–  os servís de él de modo tan impúdico que llega a ser para vosotros instrumento de mal.

Estoy con mi Corazón abierto que gotea sangre, al igual que de mis ojos gotean lágrimas. Y caen, sangre y llanto, inútilmente sobre la tierra. La tierra es más compasiva que vosotros con su Creador. Abre sus arenas para recibir la Sangre de su Dios. Y vosotros, por el contrario, me cerráis vuestro corazón, único cáliz adonde Ella querría descender para encontrar amor y dar alegría y paz.

 

Miro a mi grey... ¿Mía? Ya no es mía. Erais mis ovejas

y os habéis salido de mis majadas...

 

Miro a mi grey... ¿Mía? Ya no es mía. Erais mis ovejas y os habéis salido de mis majadas... Fuera habéis encontrado al Maligno que os ha seducido y ya no os habéis acordado de que, al precio de mi Sangre, Yo os había recogido y salvado de los lobos y de los mercenarios que os querían dar muerte. He muerto por vosotros para daros la Vida y Vida plena cual Yo la tengo en el Padre. Mas vosotros habéis preferido la muerte. Os habéis colocado bajo la enseña del Maligno y él os ha mudado a chivos salvajes. Ya no tengo grey. Llora el Pastor.

 

Sólo me queda alguna cordera fiel, pronta a ofrecer

 su cuello al cuchillo del sacrificio

 

Sólo me queda alguna cordera fiel, pronta a ofrecer su cuello al cuchillo del sacrificio para mezclar su sangre, no inocente sino amante, con la mía inocentísima y llenar el cáliz que será elevado el último día, en la última Misa, antes de que seáis llamados al tremendo Juicio. Por aquella Sangre y por aquellas sangres, Yo podré, en la última hora, segar mi última mies entre los últimos salvados. Todos los demás... Servirán de paja para el lecho de los demonios y de ramilla en el incendio eterno.

Mis corderas estarán conmigo en un puesto escogido por Mí para su feliz descanso tras de tanta lucha. Puesto suyo diferente del descanso tras de tanta lucha. Puesto suyo diferente del de los salvados. Para los generosos hay allí un puesto especial. Entre los mártires, no; ni tampoco entre los salvados. Hay menos de los primeros y muchos más de los segundo y estarán en medio, entre ambas filas.

Perseverad, vosotros que me amáis. Aquel puesto es merecedor de cualquier fatiga presente porque es puesto de los corredentores, a cuya cabeza está María, Mi Madre."

C. 43. 44-45

A. M. D. G.