3 junio 1943
Muchos me piden una señal.
¿Qué señal?
#La de la hora la tenéis ya. Repito: "Yo no vine a cambiar la Ley"
#Estos son los dones que os sabe dar Lucifer bajo cuya enseña os ponéis
#Habéis explotado la venida de mi Madre para fines humanos haciéndola objeto de risa y de comercio
Dice Jesús:
"Muchos me piden una señal. ¿Qué señal? ¿La de la hora o la de mi poder?
La de la hora la tenéis ya.
Repito: "Yo no vine a cambiar la Ley"
La de la hora la tenéis ya. Repito: "Yo no vine a cambiar la Ley". Sois vosotros lo que la habéis cambiado. Yo no mudo mi Palabra. Lo que dije, dicho está. Todo cuanto debía ocurrir, desde el momento en que Yo hablaba, como Hombre entre los hombres, hasta el momento en que venga, como Dios hijo de Dios, a juzgar a los hombres, se halla contenido en mi Evangelio.
Sois vosotros, necios, que tenéis la cabeza llena de mil
ruidos inútiles y de pensamientos perversos,
los que ya no entendéis cuanto Yo dije
Sois vosotros, necios, que tenéis la cabeza llena de mil ruidos inútiles y de pensamientos perversos, los que ya no entendéis cuanto Yo dije. ¿Acaso no estáis salados con el fuego, con aquel fuego que salará eternamente a mis enemigos? Este que ahora os quema y cae sobre vosotros para destruiros y arrastraros cada vez más a la blasfemia y a la herejía, no es más que un anticipo de lo que será aquel fuego del que os hablo, destinado a los escandalosos que no se convierten. Y de éstos sois vosotros. Tan sólo os preocupáis del cuerpo y de las riquezas inicuas y destrozáis conciencias y altares y profanáis todo cuanto tocáis, y por segunda vez me matáis a Mí en vosotros.
Estos son los dones que os sabe dar Lucifer
bajo cuya enseña os ponéis
Estos son los dones que os sabe dar Lucifer bajo cuya enseña os ponéis. La Bestia exhala de su boca el fuego tras haberos hundido en el mal de la corrupción. Estos son sus dones. Otros no puede daros. Mientras que Yo os di, junto conmigo mismo, todos los tesoros de la gracia.
¿Queréis una manifestación de mi poder?
¡Pero si hace ya veinte siglos que os vengo dando
esta manifestación!
¿Queréis una manifestación de mi poder? ¡Pero si hace ya veinte siglos que os vengo dando esta manifestación! ¿De qué ha servido? He abierto sobre vosotros torrentes de mis gracias haciéndolas caer sobre la tierra en miles y decenas de miles de milagros. He sanado vuestros enfermos, he pacificado vuestras guerras, he hecho prosperar vuestras empresas, he dado respuesta a vuestras dudas, incluso en cosas de fe, porque conozco vuestra debilidad que no cree si no ve, he venido a repetir mi doctrina, he mandado a mi Madre para que con su dulzura os inclinase a penitencia y al amor. ¿De qué ha servido?
Me habéis tratado igual que aun necio abusando mi poder y de mi paciencia, convencidos de que Yo, tras haber realizado el milagro, ya no me acordaría más de él. No, hijos de mi dolor. Todo está anotado en el gran libro de mi Inteligencia y para escribir en ella no se ha empleado tinta sino el carbón encendido del Amor. Todo está en el recuerdo.
Habéis explotado la venida de mi Madre
para fines humanos
haciéndola objeto de risa y de comercio
Habéis explotado la venida de mi Madre para fines humanos haciéndola objeto de risa y de comercio. ¿No sabéis que María es mi Templo y que mi Templo es casa de oración u no cueva de ladrones? Sus palabras, tan afectuosas, tan suplicantes, tan impregnadas de llanto por vosotros que le matasteis el Hijo y que no sabéis, por otra parte, sacar fruto de tanto sacrificio, os suenan a inútiles cadencias. Habéis seguido vuestro camino de perdición.
A mis enviados, las almas que, viviendo cual debierais vivir
todos, vienen a ser mis pregoneros para repetir
una vez más la palabra de mi Corazón,
les habéis tratado de "locos" y "obsesos"
A mis enviados, las almas que, viviendo cual debierais vivir todos, vienen a ser mis pregoneros para repetir una vez más la palabra de mi Corazón, les habéis tratado de "locos" y "obsesos" y alguna vez les habéis matado y siempre atormentado. También Yo fui llamado "loco" y "obseso" por la generación adúltera y homicida de mi tiempo mortal.
¡La señal!
Tenéis la señal y no sirve para devolveros mi Paternidad.
Otra señal que ésta no se os dará
¡La señal! Tenéis la señal y no sirve para devolveros mi Paternidad. Otra señal que ésta no se os dará. Buscadla en mi palabra y en vuestra conciencia si es que atináis tal vez a encontrarla viva aún bajo el montón de lujurias, adulterios, fornicaciones, hurtos, homicidios, envidias, blasfemias y soberbias bajo los que la habéis lapidado.
Es la Ascensión. Antes de ascender, Yo bendije a mi Madre y a mis discípulos. No tenía otros a quienes bendecir porque los demás me habían rechazado y maldecido. También ahora bendigo a mis discípulos porque los demás no me quieren y blasfeman contra mi bendición."
C-43. 50-52
A. M. D. G.