9 junio 1943

 

 

La tristeza que imputo como culpa

 

y la que no

 

 


 

Tristeza culpable es aquella que proviene de la insufribilidad de las cosas y de las cruces

   Cuando sea conveniente, cuanto a mis fieles dije en secreto será dado a conocer y así la Palabra seguirá resonando en el mundo

 


 

Me responde Jesús expresamente a Mí:


"Comprendo y compadezco tu tristeza; tristeza de las que Yo no imputo como
culpa..

 

Tristeza culpable es aquella que proviene de la

 insufribilidad de las cosas y de las cruces

 

Tristeza culpable es aquella que proviene de la insufribilidad de las cosas y de las cruces. Humanas las primeras, sobrenaturales las segundas. Tristeza culpable es la sed de placeres, de riquezas, sed que no se apaga y que os produce tristeza; o sed que, después de saciada, os deja más tristes que en un principio porque gime en vosotros la conciencia. Esta es la tristeza que Yo condeno.

Mas la tristeza buena, ésa que se siente por las desventuras ajenas más que por las propias, el pesar que da ver a Dios vilipendiado, la pena por los vínculos más queridos que se rompen, ésa Yo no la condeno. Antes que vosotros la probé Yo y lloré.

Por tanto, cuando el alma sube, incluso, más alto y no sólo tiene en sí una tristeza no condenable sino que sabe darme esa misma tristeza para que Yo haga uso de su llanto en beneficio de otros, entonces tomo conmigo a esta alma y la acuno sobre mi Corazón para adormecer su pena y comunicarle mi alegría.

La sientes. Sé que la sientes instilar en ti. Esos estremecimientos de alivio que notas y te parecen rayos de luz en la oscuridad que te llegan de muchas cosas, esa liberación de pesos que te oprimen, soy Yo que vengo a ti con mi consuelo.

Has llegado a intuir el origen de tanta hosquedad en el dolor que, para tu bien, te invade. Sí. Tú, al vivir en Mí y para Mí, desencadenas las iras del Enemigo y él, al o poder hacerte otra cosa, intenta turbarte presentándote el provenir más negro de lo que ya no lo esté. Mas no tengas miedo. Yo estoy contigo.

 

Cuando sea conveniente, cuanto a mis fieles dije

en secreto será dado a conocer y así la Palabra

seguirá resonando en el mundo

 

Aumenta también tu tristeza el reflexionar sobre las palabras que digo a tu alma no para ti sino para todos. Mas no rehúses el recibirlas. ¡Tengo tan pocos en toda la extensión del mundo que estén dispuestos a escuchar mi Palabra! Aquellos a quienes desearía hablar para llevarles de nuevo por el camino de la Vida, no quieren escucharme. Cuando sea conveniente, cuanto a mis fieles dije en secreto será dado a conocer y así la Palabra seguirá resonando en el mundo.

No te opongas pues a mi obra, cualquiera quesea; ni te gloríes ni asustes de ella. Déjame hacer. Nada hago jamás sin su por-qué. Acude siempre a Mí con aquella confianza que tanto me place. Cuando encuentro un alma confidente abro mi Corazón y la encierro dentro de él. ¿Te parece que pueda acaecerte algo que sea verdadero mal si estás encerrada en mi Corazón? Pues ni el Infierno puede dañarte mientras estés allí. Y allí estarás mientras seas pura, amorosa, confidente y fiel."

C. 43, 71-72

A. M. D. G.