La riqueza de los afectos

 

 


 

#Esta riqueza, tan sensiblemente viva, son los afectos. Y, con todo, es preciso, por mi amor, saber desprenderse de ellos.   

#Yo no condeno los afectos   

#Yo no destruyo vuestra riqueza afectiva. La arranco de la tierra para trasplantarla en el Cielo   

#no reflexionan que si Yo doy aquel dolor es, ciertamente, en evitación de otros mayores y para proporcionar un mayor mérito   

#Tú, ni tampoco tú supiste decir: "¡Hágase como Tú quieres!"   

#No me preguntes: "¿Por qué lo permitiste?"  

 #Si Yo te dijese ahora que la aceptación de la muerte de un padre por parte de su hijo le abrevia a aquel el Purgatorio   

#Renunciar a la riqueza de un afecto por seguir sin duelos humanos mi Voluntad es la perfección de la renuncia  

#Un padre, cual soy Yo, jamás da a sus hijos nada que pueda dañarles

 


 

Dice también Jesús:

 

Esta riqueza, tan sensiblemente viva, son los afectos. 

Y, con todo, es preciso, por mi amor, saber desprenderse 

de ellos.

 

"Entre las "riquezas" a las que se ha de renunciar para seguirme y que te relacioné, hay también una más. Es la que más identificada se encuentra con el espíritu y que produce, al arrancarla, más dolor que si se arrancase la carne. Esta riqueza, tan sensiblemente viva, son los afectos. Y, con todo, es preciso, por mi amor, saber desprenderse de ellos.

 

Yo no condeno los afectos

Yo no condeno los afectos. Por el contrario, los bendije y santifiqué mediante la Ley y los Sacramentos. Mas estáis en la tierra para conquistar el Cielo. Esa es la morada verdadera. Cuanto Yo creé aquí abajo habéis de mirarlo a través de la lente de allá arriba. Debéis recibir con agradecimiento cuanto Yo os entregué, si bien devolviéndolo con prontitud a mi requerimiento.

 

Yo no destruyo vuestra riqueza afectiva. La arranco 

de la tierra para trasplantarla en el Cielo

 

Yo no destruyo vuestra riqueza afectiva. La arranco de la tierra para trasplantarla en el Cielo. Allí se reconstruirán para siempre las santas convivencias familiares, las amistades puras, todas aquellas formas de afecto honesto y bendito que Yo, Hijo de Dios hecho hombre, quise también para Mí mismo y que sé cuan amables sean. Y así, si son amables, tan amables, no lo son menos para Dios y para la vida eterna.

 

no reflexionan que si Yo doy aquel dolor es, ciertamente,

 en evitación de otros mayores y para proporcionar un

 mayor mérito

 

Ahora bien, no demuestran una fe verdadera en su dulce Padre que está en los Cielos, aquellos que, ante un afecto que se rompe, no saben pronunciar la palabra más bella de la filiación con Dios sino que se rebelan. Y no reflexionan que si Yo doy aquel dolor es, ciertamente, en evitación de otros mayores y para proporcionar un mayor mérito.

 

Tú, ni tampoco tú supiste decir:

 "¡Hágase como Tú quieres!"

 

Tú, ni tampoco tú supiste decir: "¡Hágase como Tú quieres!" Han tenido que pasar años antes de que tú me dijeses: "Gracias, Padre, por aquel dolor". ¿Crees acaso que te lo habría dado tu Jesús de no haber sido un bien el dártelo? Ahora recapacitas y lo comprendes; pero, ¡cuánto te ha costado hacerlo! Yo te llamaba, intentaba hacerte comprender la razón; pero no escuchabas a tu Dios. Era la hora de las tinieblas para tu mente y para tu alma.

 

No me preguntes: "¿Por qué lo permitiste?"

 

No me preguntes: "¿Por qué lo permitiste?" Si lo permití no fue sin motivo. Te hablo de ello esta tarde, cuando más sufres. Precisamente, porque sufres estoy contigo y te hago compañía. Pero recuerda que Yo no tuve a nadie conmigo en la hora de la tentación y hube de superarla solo. Tú, en cambio, siempre me tuviste a tu lado aun cuando no me veías, ya que el Espíritu del Mal te turbaba hasta el punto de impedirte ver y oír a tu Jesús.

 

Si Yo te dijese ahora que la aceptación de la muerte 

de un padre por parte de su hijo le abrevia a aquel 

el Purgatorio

 

Si Yo te dijese ahora que la aceptación de la muerte de un padre por parte de su hijo le abrevia a aquel el Purgatorio, que el perdonar un hijo a su padre las faltas más o menos verdaderas de éste es refrigerio para su alma, lo creerías sin duda. Mas entonces no te dabas paz y estropeabas el bien que hacías.

 

Renunciar a la riqueza de un afecto por seguir sin 

duelos humanos mi Voluntad es la perfección 

de la renuncia

 

Renunciar a la riqueza de un afecto por seguir sin duelos humanos mi Voluntad es la perfección de la renuncia aconsejada al joven del Evangelio.

 

Un padre, cual soy Yo, jamás da a sus hijos

nada que pueda dañarles

 

Recuérdalo para todo el resto de tu vida. Un padre, cual soy Yo, jamás da a sus hijos nada que pueda dañarles. Aun cuando, en apariencia, dé una piedra a quien le pide un beso, esa piedra es oro puro y eterno. Toca al alma reconocerlo y mantenerlo así, pronunciando la palabra que me atrajo de los Cielos al seno de María y me puso sobre la Cruz para redimir al mundo: "Fiat". "

C-43. 135-136

A. M. D. G.