1 julio 1943

 

 

Por qué la tentación

 

 


 

#La tentación es tanto más violenta cuanto la criatura se encuentra más adelantada en mi Camino   

#A un hombre mundano, que vive para la carne, no hay necesidad de tentarle.  

 #Se dan grandes tentaciones   

#¿Qué mérito habría si no existiese lucha?   

#Mas dígoos en verdad que Yo, Cristo, fui tentado más veces   

#¿Cuántas veces no habría tentado Satanás al Hijo del hombre para persuadirle a desistir de su evangelización?   

#os digo que Yo estoy donde se encuentra todo aquel que sufre por el Bien   

#Y os digo almas que expiáis por todos, a vosotras os digo: No temáis, Yo estoy con vosotras hasta el fin.

 


 

Dice Jesús:

 

La tentación es tanto más violenta cuanto la criatura

 se encuentra más adelantada en mi Camino

 

"No debe extrañar que un alma experimente tentaciones. La tentación es tanto más violenta cuanto la criatura se encuentra más adelantada en mi Camino.

 

A un hombre mundano, que vive para la carne, 

no hay necesidad de tentarle.

 

Satanás es envidioso y astuto. Por eso despliega su inteligencia donde se precisa más fuerza para arrebatar un alma al Cielo. A un hombre mundano, que vive para la carne, no hay necesidad de tentarle. Sabe Satanás que trabaja ya por sí para matar su alma y le deja hacer. Mas el alma que quiere ser de Dios atrae sobre sí todo su furor.

Ahora bien, no deben temblar las almas ni desanimarse. Ser tentados no supone un mal. El mal está en ceder a la tentación.

 

Se dan grandes tentaciones

 

Se dan grandes tentaciones. Ante ellas, las almas rectas se aprestan inmediatamente a la defensa. Mas dánse otras que se denominan pequeñas tentaciones que os pueden hacer caer sin percataros de ellas. Son las armas refinadas del Enemigo. Echa mano de ellas cuando ve que el alma está en guardia y alertada contra las grandes. Entonces deja a un lado sus grandes medios y recurre a estos otros tan sutiles que se os filtran por cualquier parte.

 

¿Qué mérito habría si no existiese lucha?

 

¿Por qué permito esto? ¿Qué mérito habría si no existiese lucha? ¿Cómo podríais llamaros míos si no bebieseis de mi cáliz?

¿Qué creéis, que fuese mi cáliz únicamente el del dolor? No, hijitos que me amáis. Cristo  -os lo dice El mismo para infundiros ánimo-  probó la tentación antes que vosotros.

 

Mas dígoos en verdad que Yo, Cristo, fui tentado

 más veces

 

¿Creéis que fue sólo la del desierto? No. Satanás fue entonces vencido con grandes medios en contraposición a sus grandes tentativas. Mas dígoos en verdad que Yo, Cristo, fui tentado más veces. No lo dice el Evangelio. Pero como lo expresa el Predilecto: "Si hubiéranse de narrar todos los milagros obrados por Jesús, no sería la tierra suficiente a contener los libros".

 

¿Cuántas veces no habría tentado Satanás al Hijo del

 hombre para persuadirle a desistir de su evangelización?

 

Reflexionad, discípulos queridos. ¿Cuántas veces no habría tentado Satanás al Hijo del hombre para persuadirle a desistir de su evangelización? ¿Qué sabéis vosotros de las fatigas de la carne en el continuo peregrinaje, en el continuo evangelizar, y de los cansancios del alma que se veía y sentía rodeada de enemigos y de almas que le seguían por curiosidad o con la esperanza de un provecho humano? ¡Cuántas veces, en los momentos de soledad, me envolvía el Tentador con el abatimiento! Y en la noche del Getsemaní, ¿no pensáis con qué refinamiento intentó vencer en la última batalla librada entre el Salvador del género humano y el Infierno?

 

os digo que Yo estoy donde se encuentra todo aquel 

que sufre por el Bien

 

No es dado a mente humana conocer y penetrar en el secreto de aquélla lucha entre lo divino y lo demoníaco. Sólo Yo que la viví la conozco y por eso os digo que Yo estoy donde se encuentra todo aquel que sufre por el Bien. Yo estoy donde se encuentra un continuador mío. Yo estoy donde se encuentra un pequeño Cristo. Yo estoy donde se consuma el sacrificio.

 

Y os digo almas que expiáis por todos,

a vosotras os digo:

 No temáis, Yo estoy con vosotras hasta el fin.

 

Y os digo almas que expiáis por todos, a vosotras os digo: No temáis, Yo estoy con vosotras hasta el fin. Yo, Cristo, vencí al mundo, a la muerte y al demonio al precio de mi Sangre. Y a vosotras, almas víctimas, os doy mi Sangre como contraveneno de Lucifer.

C- 43. 137-138

A. M. D. G.