El mismo día, a las 14 horas.

 

 

Hoy presento a tu consideración el

 hecho de la mujer encorvada desde

 hacía 18 años

 

 


 

#Los pseudo-superhombres de ahora niegan que el demonio pueda producir enfermedades físicas  

 #Dos son los reinos del espíritu: uno, celestial, que viene de Dios; otro, maligno, que viene de Satanás.  

 #Satanás, a su vez, da con mucha más frecuencia enfermedades que son venganza contra los siervos de Dios o tributo impuesto a los pobres que cedieron a sus seducciones.   

#Los remedios humanos son inútiles en tales casos. Sólo el dedo de Dios cancela el decreto de miseria y suscribe el de liberación   

 #Mas, aparte las enfermedades de la carne, están las del espíritu. Son obra del Maligno   

#Yo, sólo Yo las puedo curar   

#quien me sigue no peca y, no pecando, no se somete al que quiere hacer de vosotros mis enemigos

 


 

Dice Jesús:

"En mi Evangelio no hay pasaje que no contenga referencias a lo sobrenatural. Hoy presento a tu consideración el hecho de la mujer encorvada desde hacía 18 años.

 

Los pseudo-superhombres de ahora niegan que el 

demonio pueda producir enfermedades físicas

 

Los pseudo-superhombres de ahora niegan que el demonio pueda producir enfermedades físicas. Muchas son las cosas que niegan los superhombres. Demasiadas. No advierten que ahora son ellos los "poseídos".  Niegan la existencia de enfermedades producidas por fuerzas extranaturales. Y, eso no obstante, no saben diagnosticar ni curar con fuerzas naturales ciertas enfermedades. no lo pueden, precisamente, porque ciertas enfermedades tienen su raíz fuera de la carne a la que oprimen, pero que no nacen de ella. Tienen su origen en las zonas donde se agitan los reinos del espíritu.

 

Dos son los reinos del espíritu: 

uno, celestial, que viene de Dios;

otro, maligno, que viene de Satanás.

 

Dos son los reinos del espíritu: uno, celestial, que viene de Dios; otro, maligno, que viene de Satanás.

 

Satanás, a su vez, da con mucha más frecuencia 

enfermedades que son venganza contra los siervos de Dios 

o tributo  impuesto a los pobres que cedieron a sus

 seducciones.

 

A veces Dios da a sus predestinados enfermedades que son pasaporte para el Reino divino. Satanás, a su vez, da con mucha más frecuencia enfermedades que son venganza contra los siervos de Dios o tributo impuesto a los pobres que cedieron a sus seducciones. Pobres de una pobreza horrenda porque supone la pérdida de la verdadera riqueza: la de la gracia que os hace hijos y herederos de Dios.

 

Los remedios humanos son inútiles en tales casos. 

Sólo el dedo de Dios cancela el decreto de miseria 

y suscribe el de liberación

 

Los remedios humanos son inútiles en tales casos. Sólo el dedo de Dios cancela el decreto de miseria y suscribe el de liberación. Aquel que es liberado cura de la "posesión" si está poseído. Y si el que es liberado entra en el Cielo, es que su enfermedad tiene su origen en Dios.

 

Mas, aparte las enfermedades de la carne, están las del

 espíritu. Son obra del Maligno

 

Mas, aparte las enfermedades de la carne, están las del espíritu. Son obra del Maligno. Ellas os encorvan, os hacen rechinar y espumarajear, os embotan los sentidos y la palabra, os llevan a aberraciones morales peores aún que las enfermedades de la carne porque encorvan y embotan el alma.

 

Yo, sólo Yo las puedo curar

 

Yo, sólo Yo las puedo curar. El alma que se ve liberada del influjo que la tenía encorvada, se endereza y glorifica al Señor como la mujer del Evangelio.

Tú misma lo pruebas. Muere tu carne y lo sientes. Pero ¡qué libre y fuerte te ves porque tu Maestro te ha curado! Una hegemonía varonil y pacífica ha invadido tu espíritu. Tienes la sensación de cadenas que han caído rotas a tus pies.

 

quien me sigue no peca y, no pecando, no se somete al que

 quiere hacer de vosotros mis enemigos

 

Yo te digo ahora: "Sígueme. Sígueme con tu espíritu nuevo y no peques más para que Satanás no pueda tenderte su lazo. Si me sigues de cerca no te podrá dañar porque quien me sigue no peca y, no pecando, no se somete al que quiere hacer de vosotros mis enemigos."

C. 43. 144-145

A. M. D. G.