7 julio.
Explicación del Padrenuestro
#En el "Pater noster" está la perfección de la oración
#no hay acto alguno que no se contenga en su breve fórmula
#"Padre nuestro que estás en los Cielos".
#Tener un padre es cosa dulce y valiosa ayuda
#Repetidla en la alegría y en el dolor, en la luz y en la tinieblas, en la paz y en la guerra
#"Hágase tu Voluntad así en la tierra como en el Cielo".
#También aquí os unís a todo el Paraíso que hace la Voluntad del Padre.
#"Danos hoy nuestro pan de cada día"
#He dicho hoy y he dicho pan. Nunca digo Yo nada inútil.
#Pedir cada día al Padre lo que necesitáis es medida de prudencia, de justicia y de humildad.
#"Pan-espíritu, pan-sacrificio"
#"Perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores".
#Mas el perdonar es condición esencial para obtener el perdón y ser perdonados
#Considerad por otra parte que, por mucho que os haya podido herir vuestro prójimo, las heridas que vosotros habéis inferido a Dios son infinitamente más graves
#"No nos induzcas en tentación, mas líbranos del mal".
#Dios no os induce en tentación. Dios os tienta con dones de Bien tan sólo y esto para atraeros a Sí
#Que os dé Dios la fuerza necesaria para saber resistir a la tentación. Sin su ayuda sucumbiríais a la tentación, pues ella es astuta y fuerte y vosotros obtusos y débiles
#En él se comprende todo, se ofrece todo, se pide todo cuanto es justo pedir y ser dado
#Más Yo no di ni compuse esta oración para el mundo que prefirió ser reino de Satanás
Dice Jesús:
En el "Pater noster" está la perfección de la oración
"En el "Pater noster" está la perfección de la oración.
no hay acto alguno que no se contenga
en su breve fórmula
Observa: no hay acto alguno que no se contenga en su breve fórmula. La fe, la esperanza, la contrición, la obediencia, la resignación, el abandono, la súplica, la contrición, la misericordia, todos están presentes. Al decirla, oráis con todo el Paraíso en las cuatro primeras peticiones. Después, dejando el Cielo, que es la morada que os aguarda, volvéis a la tierra permaneciendo con los brazos levantados al Cielo para implorar por las necesidades de aquí abajo y pedir auxilio en la batalla que es preciso ganar para tornar allá arriba.
"Padre nuestro que estás en los Cielos".
sólo mi amor podía deciros: decid: "Padre nuestro".
Con esta expresión os investí públicamente del título
sublime de hijos del Altísimo y hermanos míos.
¡María!, sólo mi amor podía deciros: decid: "Padre nuestro". Con esta expresión os investí públicamente del título sublime de hijos del Altísimo y hermanos míos. Si alguno, abrumado por la consideración de su nulidad humana puede llegar a dudar de ser hijo de Dios, creado a su imagen y semejanza, pensando en esta palabra mía ya no puede dudar. El Verbo de Dios no yerra ni miente. El Verbo os dice: decid "Padre nuestro".
Tener un padre es cosa dulce y valiosa ayuda
Tener un padre es cosa dulce y valiosa ayuda. Yo, en el orden material, quise tener un padre sobre la tierra para que tutelase mi existencia de niño, de infante y de joven. Quise enseñaros con esto, tanto a los hijos como a los padres, cuán grande es la figura moral del padre. Mas, tener un Padre que está en los Cielos, es la dulzura de las dulzuras, la ayuda por excelencia. Mira a este Padre-Dios con santo temor, pero que el amor de reconocimiento hacia el Dador de la vida en la tierra y en el cielo sea siempre mucho más fuerte que el temor.
Repetidla en la alegría y en el dolor, en la luz y
en la tinieblas, en la paz y en la guerra
Con el mismo impulso de los serafines y de todos los coros angélicos a los que y con los que os unís al exaltar el nombre del Eterno, repetid esta exultante, reconocida y justa alabanza al Santo de los Santos. Repetidla pensando en Mí que, antes que vosotros, Yo, Dios, Hijo de Dios, la dije con veneración suma y con sumo amor. Repetidla en la alegría y en el dolor, en la luz y en la tinieblas, en la paz y en la guerra. Dichosos aquellos hijos que nuca dudaron de su Padre y en toda hora y evento supieron decirle: "¡Bendito sea tu Nombre!"
el Reino de Dios en los corazones y de éstos en el mundo,
debería significar: Bien, Paz y toda otra virtud. obrar
bien quiere decir sacrificar la naturaleza para este fin.
Esta invocación debiera ser el latido del péndulo de toda vuestra vida y gravitar todo sobre esta invocación al Bien. Porque el Reino de Dios en los corazones y de éstos en el mundo, debería significar: Bien, Paz y toda otra virtud. Jalonad pues vuestra vida de innumerables súplicas por el advenimiento de este Reino; pero súplicas vivas, o sea, obrar durante la vida aplicando vuestro sacrificio de cada momento, porque obrar bien quiere decir sacrificar la naturaleza para este fin.
"Hágase tu Voluntad así en la tierra como en el Cielo".
También aquí os unís a todo el Paraíso que hace
la Voluntad del Padre.
El Reino del Cielo será de quien haya hecho la Voluntad del Padre, no de quien haya acumulado palabras y más palabras y después se haya rebelado contra el querer del Padre faltando a las palabras anteriormente dichas. También aquí os unís a todo el Paraíso que hace la Voluntad del Padre. Y si cumplen tal Voluntad los habitantes del Reino, ¿no la cumpliréis vosotros para llegar a ser, a vuestra vez, habitantes de allá arriba? ¡Oh, qué joya os está preparada por el amor uno y trino de Dios! ¿Cómo es posible que no os afanéis con perseverante voluntad por conquistarla?
El que hace suya la Voluntad del Padre anulando la
propia, conoce y gusta desde la Tierra la Paz que es dote
de los bienaventurados
El que hace la Voluntad del Padre vive en Dios y, viviendo en Dios, no puede errar, no puede pecar, no puede perder su morada en el Cielo, porque el Padre no os fuerza a hacer sino el Bien, el cual, por ser Bien, os salva de pecar y os conduce al Cielo. El que hace suya la Voluntad del Padre anulando la propia, conoce y gusta desde la Tierra la Paz que es dote de los bienaventurados. El que hace la voluntad del Padre, matando la propia voluntad perversa y pervertida, no es ya un hombre: es un espíritu movido por el amor y que vive en el amor.
Debéis, con buena voluntad, arrancar del corazón vuestra voluntad y poner en su lugar la Voluntad del Padre.
"Danos hoy nuestro pan de cada día"
Tras haber atendido a las peticiones concernientes al espíritu, por ser pobres y vivir entre las necesidades de la carne, pedía el pan a Aquel que provee de alimento a los pájaros del aire y de vestido a los lirios del campo. "Danos hoy nuestro pan de cada día".
He dicho hoy y he dicho pan. Nunca digo Yo nada inútil.
He dicho hoy y he dicho pan. Nunca digo Yo nada inútil.
Pedir cada día al Padre lo que necesitáis es medida
de prudencia, de justicia y de humildad.
Hoy.- Pedir cada día al Padre lo que necesitáis es medida de prudencia, de justicia y de humildad.
De prudencia: Si tuvieseis todo de una vez, lo malgastaríais en gran proporción. Sois eternos niños y caprichosos por añadidura. Los dones de Dios no deben ser malbaratados. Y, además, si lo tuvieseis todo, os olvidaríais de Dios.
De justicia: ¿Por qué habíais de tener todo de una vez cuando Yo tuve, día a día, la ayuda del Padre? Y ¿no sería injusto pensar que está bien que os diese Dios todo junto, precaviendo con solicitud humana que, como nunca se sabe qué pueda pasar, conviene tener todo hoy ante el temor de que Dios no dé mañana? La desconfianza, no habéis caído en la cuenta de ello, es un pecado. No hay que desconfiar de Dios. El os ama con perfección. Es Padre perfectísimo. El pedir todo junto roba la confianza y ofende al Padre.
De humildad: El tener que pedir diariamente os refresca en la mente la idea de vuestra nada, de vuestra condición de pobres y, a la vez, la del Todo y de la Riqueza de Dios.
Pan.- Dije "pan" porque el pan es el alimento-rey, indispensable para la vida. Lo encerré con y en una palabra a fin de que todos pidieseis cuanto necesitáis durante vuestra estancia terrena. Mas, como son varios los grados de vuestra espiritualidad, así son también varias las aplicaciones de esa palabra.
"Pan-alimento" para aquellos que tienen una espiritualidad tan embrionaria que es ya mucho que sepan pedir a Dios el alimento que sacie su vientre. Hay quien no lo pide sino que lo coge con violencia maldiciendo de Dios y de sus hermanos. A esta tal mírale el Padre con ira pues conculca el precepto del que los demás se derivan: "Ama a tu Dios con todo tu corazón, ama a tu prójimo como a ti mismo".
"Pan-auxilio" en las necesidades morales y materiales para quien no vive únicamente para su vientre sino que sabe vivir también para su mente, teniendo una espiritualidad más formada
"Pan-religión" para aquellos que, con una formación todavía mayor, ponen a Dios por encima de las satisfacciones del sentido y del sentimiento humano y saben ya batir sus alas por los espacios sobrenaturales.
"Pan-espíritu, pan-sacrificio" para quienes, una vez alcanzada la edad plena del espíritu, saben vivir en espíritu y en verdad ocupándose de las cosas de la carne y de la sangre en aquella medida tan sólo que es estrictamente necesaria para seguir viviendo en esta vida mortal hasta que llegue la hora de ir a Dios. Estos se tallaron de continuo a sí mismos según mi modelo llegando a ser copias vivientes mías sobre las que el Padre se inclina con abrazo de amor.
"Perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores".
No hay, de entre todos los creados, ninguno, a excepción de mi Madre, a quien el Padre no haya tenido que perdonar culpas más o menos graves según la propia capacidad de ser hijos de Dios. Pedid al Padre que os borre del número de sus deudores. Si esto hiciereis con ánimo humilde, sincero y contrito, dispondréis al Eterno en vuestro favor.
Mas el perdonar es condición esencial para obtener el
perdón y ser perdonados
Mas el perdonar es condición esencial para obtener el perdón y ser perdonados. Si os limitáis simplemente a querer sin tener compasión de vuestro prójimo, no obtendréis el perdón del Eterno. Dios no ama a los hipócritas ni a los crueles y el que niega su perdón al hermano rechaza para sí mismo el perdón del Padre.
Considerad por otra parte que, por mucho que os haya
podido herir vuestro prójimo, las heridas que vosotros
habéis inferido a Dios son infinitamente más graves
Considerad por otra parte que, por mucho que os haya podido herir vuestro prójimo, las heridas que vosotros habéis inferido a Dios son infinitamente más graves. Que este pensamiento os mueva, a perdonarlo todo como Yo, por mi Perfección, perdoné para enseñaros a vosotros el perdón.
"No nos induzcas en tentación, mas líbranos del mal".
Dios no os induce en tentación. Dios os tienta con dones
de Bien tan sólo y esto para atraeros a Sí
Dios no os induce en tentación. Dios os tienta con dones de Bien tan sólo y esto para atraeros a Sí. Vosotros, interpretando mal mis palabras, creéis que ellas quieran decir que Dios os induzca en tentación para probaros. No. El buen Padre que está en los Cielos permite el mal, mas no lo produce. El es el Bien del que todo bien dimana. Ahora bien, el Mal existe. Y existe desde aquel momento en que Lucifer se rebeló contra Dios. En vosotros está hacer del Mal un Bien, venciéndolo e implorando del Padre las fuerzas con las que vencerlo.
Que os dé Dios la fuerza necesaria para saber resistir a la
tentación. Sin su ayuda sucumbiríais a la tentación, pues
ella es astuta y fuerte y vosotros obtusos y débiles
Aquí tenéis lo que demandáis con la última petición. Que os dé Dios la fuerza necesaria para saber resistir a la tentación. Sin su ayuda sucumbiríais a la tentación, pues ella es astuta y fuerte y vosotros obtusos y débiles. Mas la Luz del Padre os ilumina, el Poder del Padre os fortifica, el Amor del Padre os protege, con lo que el Mal sucumbe y vosotros quedáis liberados de él.
En él se comprende todo, se ofrece todo, se pide todo
cuanto es justo pedir y ser dado
Esto es cuanto pedís con el "Pater" que Yo os enseñé. En él se comprende todo, se ofrece todo, se pide todo cuanto es justo pedir y ser dado. Si el mundo supiese vivir el "Pater", el Reino de Dios estaría en el mundo. Pero el mundo no sabe orar, no sabe amar, no sabe salvarse. Tan sólo sabe odiar, pecar y condenarse.
Más Yo no di ni compuse esta oración para el mundo
que prefirió ser reino de Satanás
Más Yo no di ni compuse esta oración para el mundo que prefirió ser reino de Satanás. La di y la compuse para aquellos que el Padre me entregó como suyos y para que, ya desde esta vida, sean una sola cosa con el Padre y conmigo hasta alcanzar la plenitud de la unión en la otra."
C. 43. 162-166
A. M. D. G.