8 julio

 

 

Os di mi Sangre y ésta era Sangre de 

un Dios

 

 


 

#si Yo prometí premiar a quien da un vaso de agua en mi Nombre, sabré ciertamente otorgar un gran premio a quien sabe dar su sangre por caridad a su prójimo   

#Os di mi Sangre, y ésta era sangre de un Dios, entre inauditos tormentos e inauditas ofensas. Os la di sin que me la pidierais. Os la di por amor  

#al separarse mi Espíritu de la carne a la sazón extinta, me gocé de que hasta esas gotas de sangre fuesen derramadas   

#Vine para daros toda mi Sangre, y os la di y, de continuo, os la doy en los sagrados misterios   

#Vivís del fango y en el fango, nuevos fariseos que os golpeáis el pecho y simuláis una religión y una fe de las que hacéis trampolín para vuestra utilidad únicamente, utilidad puramente terrena.   

#os precipitaréis del fango de la tierra al fango del infierno porque destruisteis mi Ley en vuestros corazones, mi nueva Ley de piedad, de amor, de pureza y de bondad

 


 

Dice Jesús:

"Ha venido estableciéndose en las ciudades y comarcas más importantes una asociación benéfica con la denominación de "Donantes de sangre", constituida por voluntarios que, a requerimiento de los médicos, dan su sangre a los desangrados civiles o militares. Muchas son las vidas que de este modo se han salvado y estas personas generosas son ensalzadas y puestas como ejemplo a la Nación, ayudándoseles a superar la debilidad consiguiente al acto. Se les tiene, en suma, en un ambiente de privilegio.

 

si Yo prometí premiar a quien da un vaso de agua en mi 

Nombre, sabré ciertamente otorgar un gran premio a 

quien sabe dar su sangre por caridad a su prójimo

 

Esto es justo. La suya es una caridad grande y si Yo prometí premiar a quien da un vaso de agua en mi Nombre, sabré ciertamente otorgar un gran premio a quien sabe dar su sangre por caridad a su prójimo y no desvirtúa el mérito de su caridad con culpas graves.

Ahora bien, ¿no pensáis que Yo di toda mi Sangre, no para salvar una carne que, a la postre, habrá siempre de morir, sino para dar salvación de vida eterna a la parte que nunca habrá de morir?

 

Os di mi Sangre, y ésta era sangre de un Dios, entre 

inauditos tormentos e inauditas ofensas. Os la di sin 

que me la pidierais. Os la di por amor

 

Os di mi Sangre, y ésta era sangre de un Dios, entre inauditos tormentos e inauditas ofensas. Os la di sin que me la pidierais. Os la di por amor. Para podérosla dar me revestí de carne; para podérosla  dar me exilé de los Cielos; para podérosla dar sufrí durante treinta y tres años hambre, frío, cansancio, ofensas, befas. Terminé mi vida soportando la traición que atormenta más que una herida, el beso infame que quema más que una hoguera, las sevicias de los sacerdotes embusteros, de los gobernantes insensatos, de una plebe desagradecida y sin escrúpulos, soportando los escarnios de la soldadesca pagana, las torturas impuestas por una ley humana, una sentencia afrentosa, una muerte horrible, y todo para daros mi Sangre.

 

al separarse mi Espíritu de la carne a la sazón extinta,

 me gocé de que hasta esas gotas de sangre 

fuesen derramadas

 

Las últimas gotas de mi Sangre que bañara las calles y plazas de Jerusalén dejando sus marcas en el palacio donde se asentaban un poder mal interpretado y un corazón temeroso tan sólo de perder el poder, habíanse recogido entre el corazón y los pulmones privados ya de movimiento y esas gotas me fueron sacadas violentamente. Mas, al separarse mi Espíritu de la carne a la sazón extinta, me gocé de que hasta esas gotas de sangre fuesen derramadas.

 

Vine para daros toda mi Sangre, y os la di y, de continuo, 

os la doy en los sagrados misterios

 

Vine para daros toda mi Sangre, y os la di y, de continuo, os la doy en los sagrados misterios. Mas si supiese, ¡oh perfectos paganos, duros negadores de vuestro Dios crucificado!, que con una nueva venida mía os habíais de convertir, vendría para daros mi Sangre en forma humana cual lo querríais vosotros que sólo vivís de la carne y de la sangre habiendo matado o embotado el espíritu y, junto con el espíritu, el amor y la fe.

Mas de nada serviría. Aumentaríais el peso de vuestras culpas a los ojos del Padre y si entonces tuve uno que me vendió por treinta denarios, ahora tendría mil y cien mil de ellos que me venderían por el beso de una pecadora, por las ventajas de una promoción o por menos aún.

 

Vivís del fango y en el fango, nuevos fariseos que os 

golpeáis el pecho y simuláis una religión y una fe de las 

que hacéis trampolín para vuestra utilidad únicamente,

 utilidad puramente terrena. 

 

Deciros que sois y que vivís de la carne y de la sangre es todavía haceros un elogio. Vivís del fango y en el fango, nuevos fariseos que os golpeáis el pecho y simuláis una religión y una fe de las que hacéis trampolín para vuestra utilidad únicamente, utilidad puramente terrena. Vivís, no ya sólo en el fango sino hasta en la más limosa materia, vosotros que no tenéis siquiera ni la falsa piedad de los nuevos fariseos y sois peores que los paganos de hace veinte siglos y así añadís delitos a la lujuria y toda clase de latrocinios a vicios de todas las magnitudes.

 

os precipitaréis del fango de la tierra al fango del 

infierno porque destruisteis mi Ley en vuestros corazones,

mi nueva Ley de piedad, de amor, de pureza y de bondad

 

Mas, conforme a la antigua ley, quien usa de una cosa mala, morirá con ella. Y así vosotros que vivís en el fango, moriréis en el fango, os precipitaréis del fango de la tierra al fango del infierno porque destruisteis mi Ley en vuestros corazones, mi nueva Ley de piedad, de amor, de pureza y de bondad.

Mas por millonésima vez, en verdad, os digo que sólo aquellos que están signados con mi Sangre y que viven, no en enemistad sino en amistad con Cristo Crucificado, verán en la hora de la muerte despuntar la aurora del eterno día en que termina toda tribulación que es reemplazada por la bienaventuranza de poseer para siempre a Dios sin velos ni limitaciones."

C. 43. 166-168

A. M. D. G.