17 julio 1943
El hacer de Dios en las almas
#De vosotros debe salir el tejido de vida eterna.
#Y es entonces cuando debe subintrar la obra paciente y generosa de las víctimas
Dice Jesús:
"¿Has visto alguna vez qué hacen los que quieren tener bien mullida la lana para dormir? Llaman al colchonero, el cual bate y más bate la lana hasta quedar hecha toda una espuma. Cuanto más vigorosamente se bate la lana, tanto más mullida y limpia ésta se pone, porque el polvo y las impurezas caen al suelo y los vellones quedan perfectamente limpios y espumosos.
Lo mismo y mucho más se hace cuando se quieren hilar o tejer esa lana. Entra entonces en acción el peine de hierro que desenreda vigorosamente la lana poniéndola cual si fueran cabellos bien peinados.
Lo mismo también hace el que hila lino y cáñamo. Y hasta la seda del capullo, si ha de ser utilizada, ha de sufrir primero el tormento del agua hirviente, de estregadera y de la máquina que la tuerce.
De vosotros debe salir el tejido de vida eterna.
Alma mía, si esto es preciso hacer con las fibras naturales para confeccionar con ellas vestidos y lechos, ¿cómo no habrá de hacerse lo propio con vuestra alma para disponerla a la vida eterna? Sois vosotros una fibra mucho más preciosa que el lino, el cáñamo y la lana. De vosotros debe salir el tejido de vida eterna.
Mas, no por imperfección divina -ya que Dios crea perfectas las cosas- antes por imperfección vuestra, están vuestras almas salvajes, desordenadas, llenas de asperezas, de detritus, de polvo, no aptas, en fin, para su empleo en la Ciudad divina donde todo es perfecto.
Por eso os trabaja la previsión, la providencia y
la bondad paterna de vuestro Dios.
¿Con qué?
Con su Voluntad
Por eso os trabaja la previsión, la providencia y la bondad paterna de vuestro Dios. ¿Con qué? Con su Voluntad. La Voluntad de Dios es el instrumento que hace de vosotros, que sois fibras silvestres, tejidos primorosos y preciosas lanas. Os trabaja de mil modos: ofreciéndoos cruces, haciéndoos comprender lo hermoso de una mortificación y atrayéndos con su invitación a realizarla, guiándoos con sus inspiraciones, mortificándoos con su castigo paternal y doblegándoos mediante el yugo de los mandamiento.
Estos, con su precisión que no muda de forma ni de
vigencia con el correr de los siglos, son propiamente los
que hacen de vosotros un hijo resistente y regular, apto
para confeccionar la tela de vida eterna
Estos, con su precisión que no muda de forma ni de vigencia con el correr de los siglos, son propiamente los que hacen de vosotros un hijo resistente y regular, apto para confeccionar la tela de vida eterna y cuanto más dóciles seáis vosotros a la voluntad del Señor, tanto más preciosa resultará la tela.
Por tanto, cuando no sólo seguís con docilidad esta Voluntad bendita que obra siempre en vuestro bien sino que pedís a Dios con todas vuestras fuerzas que os la haga conocer perfectamente para perfectamente seguirla, cueste lo que cueste, y aunque se presente de la forma más contraria a vuestra humanidad, cuando así obráis, la tela se adorna de encajes como un brocado.
Sí, sobre todo esto, añadís la perfección de reclamar para vosotros una Voluntad de dolor a fin de asemejaros a Mí en la obra de la redención, entonces engastáis en el brocado perlas de incalculable valor y de aquella vuestra originaria fibra imperfectísima hacéis una obra maestra de vida eterna.
Mas, ¡qué pocas almas, María, son las que se dejan trabajar por Dios!
Dios tiene siempre para vosotros mano de Padre
perfectísimo en el amor y obra con Inteligencia divina.
Dios tiene siempre para vosotros mano de Padre perfectísimo en el amor y obra con Inteligencia divina. Sabe, por tanto, hasta qué punto puede cargar la mano y qué dosis de fortaleza es la que debe infundiros para haceros capaces de soportar las operaciones divinas.
Mas cuando el hombre se opone al Padre bondadoso que tenéis en los cielos, cuando se rebela contra su Voluntad, cuando anula con el pecado los dones de fortaleza que el Padre le concede, ¿cómo podrá el Padre que está en los cielos trabajar aquella alma? Esta continúa salvaje, se carga cada vez más de nudos y de impurezas y Yo lloro por ella al ver que nada, ni siquiera mi Sangre derramada por todos, la regenera para el bien.
Cuando un alma, por tanto, no sólo se opone al
trabajo de Dios sino que incuba en sí aversión hacia
el Padre y los hermanos, entonces Nuestra obra
desaparece totalmente
Cuando un alma, por tanto, no sólo se opone al trabajo de Dios sino que incuba en sí aversión hacia el Padre y los hermanos, entonces Nuestra obra desaparece totalmente y en aquel nudo de pasiones desordenadas se instala el Dueño del pecado: Satanás.
Y es entonces cuando debe subintrar la obra paciente
y generosa de las víctimas
Y es entonces cuando debe subintrar la obra paciente y generosa de las víctimas. Estas trabajan para sí y para los demás. Ellas consiguen que torne Dios, mediante un milagro de la gracia, a trabajar aquella alma después de haber puesto en fuga a Satanás con el fulgor de su presencia.
¡Cuántas son las almas que me salvan las víctimas! Sois los segadores sobrenaturales que segáis mieses de vida eterna agotándoos en esa ingrata labor saturada de espinas. Mas recuerda que aquellos por quienes en primer lugar es preciso sacrificarse son los de nuestra propia sangre.
Yo no destruí los lazos familiares. Los santifiqué.
Lo que dije fue que ha de amarse a los parientes con
amor sobrenatural.
Yo no destruí los lazos familiares. Los santifiqué. Lo que dije fue que ha de amarse a los parientes con amor sobrenatural. Y ¿qué más subido amor que tener caridad con las almas enfermas de los de nuestra propia sangre? ¿Te parecería normal aquel que atendiese los asuntos de todos menos los de su casa? No. Dirías de él que es un necio. Pues igualmente injusto resulta que atienda uno las necesidades espirituales de un prójimo suyo lejano y no ponga en primer término la de su más allegado consanguíneo.
Sabes ya cómo conducirte. No te preocupes, por tanto, si recibes ingratitudes. Lo que ella no te dé, te lo daré Yo. Intensifica el sacrificio por ella."
C. 43. 186-188
A. M. D. G.