1 agosto 1943

 

Cuando una criatura es realmente 

hija de su Señor, sufre tanto por las

 injurias que ve cometer contra El, 

que ninguna satisfacción de la tierra,

 aun la más santa y grande, la puede

 consolar

 


 

#Mi Madre no se sentía felicísima en su felicidad de madre y de Madre de Dios, porque veía que Dios no era amado en espíritu y en verdad sino de pocos.   

#Yo con mi Sangre y María con sus lágrimas os obtuvimos el Perdón de Dios   

#Dice el Libro: "Si tornáis a Dios de todo corazón, quitad del medio los dioses extranjeros;...   

#Vuestra soberbia impide a vuestro corazón deshacerse de dolor por haber ofendido a Dios ...   

#Y así Yo no puedo libraros de las manos de los Filisteos; libraros de ellos con la plenitud de la liberación.   

#Y os aseguro que el fuego que ahora os abrasa, bajando de lo alto a través de vuestras máquinas infernales, nada es comparado con el peor de los tormentos: el de no ver eternamente a vuestro Dios

 


 

Dice Jesús:

"Cuando una criatura es realmente hija de su Señor, sufre tanto por las injurias que ve cometer contra El, que ninguna satisfacción de la tierra, aun la más santa y grande, la puede consolar.

 

Mi Madre no se sentía felicísima en su felicidad de madre

 y de Madre de Dios, porque veía que Dios no era amado 

en espíritu y en verdad sino de pocos.

 

Mi Madre, y con ella tantas otras santas madres de la antigua y de la nueva Ley, no se sentía felicísima en su felicidad de madre y de Madre de Dios, porque veía que Dios no era amado en espíritu y en verdad sino de pocos. La gracia que le inundaba el alma con su plenitud le anticipaba el conocimiento del sacrilegio con que la verdadera arca de la Palabra de Dios habría de ser tomada, profanada y muerta por un pueblo enemigo de la Verdad. No murió, como la nuera de Elí, al tener este conocimiento, porque Dios la asistió, debiéndola reservar para el dolor total; pero agonizó por él durante todo el resto de su vida.

Mi Madre llevó la cruz antes que Yo. Mi Madre conoció las torturas atroces de los crucificados antes que Yo. Comenzó a llevarla y a conocerlas desde el momento en que le fue revelada su misión y la mía.

 

Yo con mi Sangre y María con sus lágrimas os obtuvimos 

el Perdón de Dios

 

Yo con mi Sangre y María con sus lágrimas os obtuvimos el Perdón de Dios. Y ¡qué poco caso hacéis vosotros de ello!

Las criaturas que aman a Dios con verdadero amor sufren por las injurias hechas a Dios como si otras tantas espadas les atravesasen el corazón y hasta llegan a morir por ellas: víctimas cuyo holocausto es como suave incienso que perfuma el trono del Señor y como agua que lava las culpas de la tierra.

 

Dice el Libro: "Si tornáis a Dios de todo corazón, 

quitad del medio los dioses extranjeros;...

 

Dice el Libro: "Si tornáis a Dios de todo corazón, quitad del medio los dioses extranjeros; preparad vuestros corazones al Señor y servidle sólo a El y El os librará de las manos de los Filisteos".

Para ser salvado, no le basta a un pueblo el sacrificio inocente del que muere de dolor al ver ofendido a su Dios y heridos los culpables por la justicia divina. Es indispensable que el pueblo, en su totalidad, torne al Señor.

Dije Yo: "No los que dicen: Señor, Señor; sino los que hacen lo que Yo digo que se haga serán escuchados y entrarán en mi Reino".

Ahora bien: ¿Ya hacéis lo que Yo digo que hagáis para vuestro bien? No. Que este pueblo me honra con los labios, pero su corazón no está conmigo.

No reino Yo en vuestros ánimos. El puesto se halla ocupado por falsas deidades que causan vuestra ruina y de las que no sabéis desentenderos.

 

Vuestra soberbia impide a vuestro corazón deshacerse 

de dolor por haber ofendido a Dios ...

 

Vuestra soberbia impide a vuestro corazón deshacerse de dolor por haber ofendido a Dios y derramar, exprimido por ese dolor, el agua del llanto que purifica.

Vuestra incontinencia ante los estímulos de la carne impide que salgan de vuestro corazón pensamientos puros.

Vuestra dureza impide a vuestro corazón ser misericordioso y quien no tiene misericordia no recibe de Dios misericordia. 

¡Cuántos dioses tenéis en el corazón ocupando el puesto del Dios verdadero!

 

Y así Yo no puedo libraros de las manos de los Filisteos;

 libraros de ellos con la plenitud de la liberación.

 

Y así Yo no puedo libraros de las manos de los Filisteos; libraros de ellos con la plenitud de la liberación. Que cae uno de vuestros enemigos, pues surgen dos de ellos. ¿Soy acaso injusto? No. ¿No hacéis vosotros algo semejante cuando quitáis, si es que lo quitáis, un vicio de vuestro corazón y ponéis en él otros siete y tres veces siete más? ¡Oh hijos, hijos que me obligáis a castigaros! A castigaros a todos, puesto que para herir a una Nación que cayó en el triple y séptuplo pecado, debo herir también con ella a los santos.

 

Y os aseguro que el fuego que ahora os abrasa, bajando

de lo alto a través de vuestras máquinas infernales,

nada es comparado con el peor de los tormentos:

el de no ver eternamente a vuestro Dios

 

Más las lágrimas de los santos Yo las enjugo mientras que las de los rebeldes, derramadas, no por el dolor santo del espíritu sino por el dolor torpe de la carne que sufre como en ser inferior y se rebela con el llanto e impreca a su justo Dios, serán enjugadas por el hálito de los demonios. Y os aseguro que el fuego que ahora os abrasa, bajando de lo alto a través de vuestras máquinas infernales, nada es comparado con el peor de los tormentos: el de no ver eternamente a vuestro Dios.

C. 43. 228-230

A. M. D. G.