"En verdad os digo que los publicanos
y las meretrices os precederán
en el reino de Dios"
#He aquí también por qué os digo que no juzguéis a ninguno de vuestros hermanos...
#¡Qué pocos hay que sean capaces de permanecer firmes en la fe de su Dios!
Dice Jesús:
"Si consideráis mi expresión: "En verdad os digo que los publicanos y las meretrices os precederán en el reino de Dios", podéis entender cuál sea el poder del creer cuando éste es absoluto y recto en la intención.
He aquí también por qué os digo que no juzguéis a ninguno
de vuestros hermanos...
He aquí también por qué os digo que no juzguéis a ninguno de vuestros hermanos ni digáis neciamente: "Yo estoy tranquilo por mi alma puesto que no he cometido culpas graves".
No, que, de verdad, vosotros metéis culpa mayor que la del publicano y de la meretriz, por cuanto aquellos se hallan dominados por la pasión de la cerne y vosotros, en cambio, os encontráis desquiciados por las pasiones de la mente. Faltáis a la Caridad y por eso ofendéis a Dios; faltáis a la humildad y por eso le disgustáis; faltáis a la contrición y por eso lo volvéis severo.
El pobre publicano, la pobre meretriz, al encontrarse
con la mirada de Dios, creen en El y a El vienen con toda
la fuerza de su fe, de su amor
El pobre publicano, la pobre meretriz, a los que tantas circunstancias pudiéronles haber llevado a ser tales, al encontrarse con la mirada de Dios, creen en El y a El vienen con toda la fuerza de su fe, de su amor, de su humildad y de su arrepentimiento. Y entonces, no es sólo un lavado superficial sino una saturación de mi Poder la que los sana haciendo de ellos unos héroes.
¡Qué pocos hay que sean capaces de permanecer firmes
en la fe de su Dios!
¡Pero vosotros...! ¡Qué pocos hay que sean capaces de permanecer firmes en la fe de su Dios! Mira, María: como nieve que desciende a copos de las nubes, así caen las almas por falta de fe. Y si en un tiempo era nevada lenta, ahora, a modo de tormenta, arrecia cada vez más. ¡Pobres almas! ¡Tienen tanta necesidad de creer si han de salvar algo de su espíritu ya tan herido...! Por el contrario... ¡ya no saben creer!
Es imposible vivir sin creer. El que no cree en Dios,
en el Dios verdadero, por fuerza creerá en otros dioses
Y ¿en qué creen entonces si no creen en Mí, eterno? Es imposible vivir sin creer. El que no cree en Dios, en el Dios verdadero, por fuerza creerá en otros dioses. El que en ningún dios cree, creerá en los ídolos, creerá en la carne, creerá en el dinero, tendrá fe en el poder de las armas. Mas, en suma, no se puede estar sin creer en nada. Peor que la oscuridad que envuelve al ciego es la oscuridad del alma que carece de fe en nada humano o sobrehumano. No le queda sino matar con muerte violenta su alma y su cuerpo.
Cuando Judas ya no creyó en Mí ni en la satisfacción
del dinero, ni en el favor de la ley humana, se mató.
Cuando Judas ya no creyó en Mí ni en la satisfacción del dinero, ni en el favor de la ley humana, se mató. ¿Con remordimiento por su delito? No. De haber sido así, habríase matado tan pronto se percató de que Yo lo sabía. Mas no fue entonces ni después del ósculo infame y mi saludo amoroso, no fue entonces, ni cuando me vio escupido, amarrado, arrastrado fuera entre mil insultos. Sólo después de haber comprendido que la ley no le favorecía -la pobre ley humana que con frecuencia crea o instiga al delito y después se desentiende de sus ejecutores y cómplices y, si es preciso, se vuelve en contra y, tras haberse servido de ellos, les hace callar para siempre eliminándolos- y sólo después de haberse convencido de que ni el poder ni el dinero llegaban o eran asaz menguados para hacerle feliz, sólo entonces se mató. Se encontraba en la oscuridad de la nada y se lanzó a la oscuridad del infierno.
El mundo se está convirtiendo en un caos sin luz porque
la luz del creer vase apagando cada vez más
en los corazones
El mundo se está convirtiendo en un caos sin luz porque la luz del creer vase apagando cada vez más en los corazones. Es una muerte espiritual que horroriza a los espíritus que viven en Mí.
Por eso os digo que si un publicano o una meretriz llegan a creer en Mí, os precederán en mi Reino. Porque quien realmente cree en Mí, vive obediente a mi Palabra. Si pecador, se redime y si está sin culpa, se preserva de la misma.
Y, en uno o en otro caso, Yo, Perdón y Amor, aguardo al que cree en Mí para coronarle de gloria."
C. 43. 230-232
A. M. D. G.