Mañana del 3 de agosto

 

Creí morir de asfixia

 

 


 

He estado con Jesús en el suplicio. Esta noche creí haber de morir de asfixia. ¡Qué sufrimiento! Menos mal que El estaba allí y me ayudaba. Al ver el sufrimiento suyo yo me animaba a sufrir.

¿Servirá mi agonía para consolar a mi Jesús? Si así fuese, querría sufrir todas las noches para enjugar su llanto y no percibir más aquel lamento suyo exhalado con tanto dolor: "Sufro tanto...!"

C. 43. 236

A. M. D. G.