12 agosto, por la tarde

 

 

 parábola de la perla

 

 


 

#la parábola de la perla  

 #El alma, de su natural, es una piedrecita tosca.  

 #Mas, a menudo resistís a las corrientes de la gracia y a la invitación de Dios que desea encerraros en su Corazón 

 #Os creéis libres, pero estáis uncidos como esclavos al remo   

#Dichosas las almas que no hacen excesiva oposición a la gracia que las empuja hacia Mí.   

#Mis méritos y mi Amor operan la metamorfosis. Entráis criaturas y salís perlas preciosas a la Luz del Día de Dios   

#A las veces el alma añora la libertad anterior, particularmente en los primeros tiempos, ya que mi labor, aunque so capa de amor, es severa  

 #Para el alma dichosa que vive encerrada en Mí como perla en su joyel, pierde el mundo todo atractivo.   

#¡Oh demasiado poco conocida felicidad de las felicidades, cual es el vivir conmigo que sé amar!  

 #El que vive en Mí viene a ser parte de Mí

 


 

Dice Jesús:

"Escucha, alma mía, la parábola de la perla.

 

la parábola de la perla

 

Un granito de arena, llevado en suspenso por las olas del mar, es engullido por las valvas del molusco; una piedrezuela tosca y despreciable, un fragmento minúsculo de roca, una brizna de pómez, cosas todas ellas que no merecen la atención del hombre.

Aquel granito de arena, así engullido, añora ciertamente, al pronto, las planicies infinitas del mar por las que rodaba libremente a impulsos de las corrientes y donde tantas cosas bellas creadas por mi Padre veía.

Mas, pasado algún tiempo, en torno al grisáceo y tosco granito se va formando una película blanca, cada vez más preciosa, más dura, más regular. Y la piedrezuela no añora ya la libertad salvaje de un principio sino que bendice el momento en que, en fuerza de un querer superior a su intención, fue precipitada entre las valvas de aquel molusco.

Si el granito pudiese hablar, diría:

"¡Bien haya el momento en que perdí la libertad! ¡Bien haya la fuerza que me la arrebató e hizo de mí, pobre y deforme, una perla preciosa!"

 

El alma, de su natural, es una piedrecita tosca.

 

El alma, de su natural, es una piedrecita tosca. Lleva impreso el sello de su creación divina, mas tanto desmereció al ir rodando hacia abajo, que llegó a ser cada vez más tosca y oscura. La gracia, al modo de corriente celestial, la impulsa por los espacios sin término del universo hacia el Corazón de Dios que permanece abierto para recibir a sus criaturas. Vuestro Dios está con el Corazón abierto suspirando por vosotros, pobres criaturas.

 

Mas, a menudo resistís a las corrientes de la gracia 

y a la invitación de Dios que desea encerraros 

en su Corazón

 

Mas, a menudo resistís a las corrientes de la gracia y a la invitación de Dios que desea encerraros en su Corazón. Os creéis más felices, más libres, más dueños de vosotros mismos permaneciendo fuera. ¡No, pobres hijos míos! La felicidad, la libertad, el señorío se hallan dentro del Corazón de Dios. Fuera están: la insidia de la carne, la insidia del mundo y la insidia de Satanás.

 

Os creéis libres, pero estáis uncidos 

como esclavos al remo

 

Os creéis libres, pero estáis uncidos como esclavos al remo. Os creéis felices, pero los cuidados, ellos solos, constituyen infelicidad. Y así todo lo demás. Os creéis dueños, pero sois siervos de todos, siervos de vosotros mismos en la parte inferior, no encontrando alegría por mucho que trabajáis en procurárosla.

Yo soy el que proporciono la alegría al dar la Paz, la continencia, la resignación, la paciencia y todas las virtudes.

 

Dichosas las almas que no hacen excesiva oposición 

a la gracia que las empuja hacia Mí.

 

Dichosas las almas que no hacen excesiva oposición a la gracia que las empuja hacia Mí. Y dichosísimas las que, no sólo se dejan arrastrar hacia Mí sino que vienen ansiosas de ser engullidas por mi Corazón.

 

Mis méritos y mi Amor operan la metamorfosis. Entráis

 criaturas y salís perlas preciosas a la Luz del Día de Dios

 

Este a ninguno rechaza por mezquino y despreciable que sea. A todos acoge y cuanto más miserables sois, si bien convencidos al mismo tiempo de que os puedo hermosear, tanto más trabajo vuestra mezquindad revistiéndola con vestimenta nueva, preciosa y pulcra. Mis méritos y mi Amor operan la metamorfosis. Entráis criaturas y salís perlas preciosas a la Luz del Día de Dios.

 

A las veces el alma añora la libertad anterior,

 particularmente en los primeros tiempos, ya que mi

labor, aunque so capa de amor, es severa

 

A las veces el alma añora la libertad anterior, particularmente en los primeros tiempos, ya que mi labor, aunque so capa de amor, es severa. Pero cuanto más dispuesta se halla, tanto más presto comprende. Cuanto mayor es la renuncia del alma a todo deseo de falsa libertad prefiriendo la regia esclavitud del amor, con tanta mayor presteza gusta la beatitud de su cautividad en Mí y acelera el prodigio santificante del amor.

 

Para el alma dichosa que vive encerrada en Mí como 

perla en su joyel, pierde el mundo todo atractivo.

 

Para el alma dichosa que vive encerrada en Mí como perla en su joyel, pierde el mundo todo atractivo. Todas las riquezas de la tierra, todos los soles efímeros, todas las falsas alegrías y las seudolibertades pierden su luz y su voz y queda tan sólo la voluntad cada vez más dilatada y profunda de nuestro recíproco amor, de nuestro querer ser el uno para el otro, el uno en el otro, el uno del otro.

 

¡Oh demasiado poco conocida felicidad de las felicidades,

 cual es el vivir conmigo que sé amar!

 

¡Oh demasiado poco conocida felicidad de las felicidades, cual es el vivir conmigo que sé amar! Porque si Pedro, sólo por verme transfigurado sobre el Tabos, exclamó: "Señor, ¡qué bien estamos aquí!, ¿qué habría de decir el alma cuando ella misma es la transfigurada convirtiéndose en molécula de mi Corazón de Dios?

 

El que vive en Mí viene a ser parte de Mí

 

Mas piensa, María: El que vive en Mí viene a ser parte de Mí. ¿Entiendes? De Mí, Jesús, Hijo de Dios verdadero, Sabiduría del Padre, redentor del mundo, Juez eterno y Rey del siglo futuro, Rey para siempre. Todo esto viene a ser el alma que vive sumergida en mi Corazón: Parte integrante y viva del Corazón de un Dios. Como Dios, vivirá eternamente en la Luz, en la Paz y en la Gloria de mi Divinidad."

C. 43. 254-256

A. M. D. G.