21 agosto
En dos testigos míos pueden entenderse
comprendidos todos los maestros
en la fe
#Mas cuando llegue la hora del hijo de Satanás, el Infierno, irrumpiendo del abismo abierto por el Anticristo, les moverá guerra despiadada y, conforme a la apreciación humana, los vencerá y matará. #Mas la suya no será muerte verdadera. Será, por el contrario, Vida de las vidas, Vida verdadera y gloriosa. #Serán llamados a una fulgidísima resurrección todos cuantos se despojan de lo más querido que tiene el hombre: la vida, por seguirme a Mí por mi amor y el de los hermanos.
Dice Jesús:
"En dos testigos míos pueden entenderse comprendidos todos los maestros en la fe: pontífices, obispos, inspirados, doctores de la Iglesia y almas imbuidas de la Luz y de la Voz. Ellos, con voz desprovista de todo matiz humano, me proclamaron a Mí, junto con la verdad de mi doctrina, poniendo un sello de santidad, de dolor y hasta de sangre para confirmación de su voz.
Mas cuando llegue la hora del hijo de Satanás,
el Infierno, irrumpiendo del abismo abierto por
el Anticristo, les moverá guerra despiadada y, conforme
a la apreciación humana, los vencerá y matará.
Odiados como Yo, Maestro de maestros, Santo de los santos fueron siempre, más o menos, atormentados por el mundo y por el poder que ven en ellos a los que con su propia conducta dicen al mundo y a los grandes del mundo: "No es lícito lo que hacéis". Mas cuando llegue la hora del hijo de Satanás, el Infierno, irrumpiendo del abismo abierto por el Anticristo, les moverá guerra despiadada y, conforme a la apreciación humana, los vencerá y matará.
Mas la suya no será muerte verdadera. Será, por el
contrario, Vida de las vidas, Vida verdadera y gloriosa.
Mas la suya no será muerte verdadera. Será, por el contrario, Vida de las vidas, Vida verdadera y gloriosa. Porque si han de tener Vida los que siguen mi Ley en los mandamientos, ¿qué infinita plenitud de Vida no tendrán los que, además, siguen mis consejos evangélicos de perfección e impulsan conmigo a su propio ser hasta el sacrificio total por amor de su Jesús, el eterno Inmolado, al que imitan hasta el sacrificio de su vida?
Serán llamados a una fulgidísima resurrección todos
cuantos se despojan de lo más querido que tiene el
hombre: la vida, por seguirme a Mí por mi amor
y el de los hermanos.
Serán llamados a una fulgidísima resurrección todos cuantos se despojan de lo más querido que tiene el hombre: la vida, por seguirme a Mí por mi amor y el de los hermanos. Nunca me cansaré de repetir esto: que nada hay más grande en el Cielo ni en la tierra que el amor; y que no hay amor más grande que el de aquel que da la vida por sus hermanos."
C. 43. 280-281
A. M. D. G.