26 septiembre

 

 

lA VIDA CONYUGAL

 

 


 

El primero tendría una suciedad que desaparece... La del segundo es una suciedad que no desaparece  

Y cuando digo vicioso no me refiero tan sólo a ciertas formas de vicio a las que vosotros mismos las tenéis por tales  

Dios no hizo al varón y a la mujer para que llevaran sus vicios hasta el cansancio y el hastío  

¿qué habéis hecho vosotros de tal misión?  

La castidad no es privativa de los vírgenes. La virginidad es la superesencia de la castidad y se encuentra depositada en el corazón de los elegidos a seguir al Cordero y hablar un lenguaje sólo a ellos concedido  

Sed castos dentro de vuestros hogares como fuera de ellos  

Benditos vosotros desde ahora, cónyuges, que sabéis ser santos y vivir en mi Ley  

Y vosotros cónyuges que así no lo sois, tornad al camino recto.

 


 

Dice Jesús:

"Leísteis, leído en mi Evangelio, el envilecimiento del hijo pródigo que dilapidó en vicios las riquezas recibidas de su padre y se redujo a la condición de guardador de puercos. Mas ¿pensáis que sea eso el summum de la abyección?

En verdad os digo que si os fuese dado subir a mi presencia con vuestro cuerpo y vuestros vestidos, y uno de vosotros, por la muerte que le lleva, subiese con su vestido más sucio que el de un porquero que hubiese caído muerto en medio del establo cubierto de estiércol, no causaría tanta repugnancia a los celestiales habitantes de mi Reino ni despertaría tanto mi enojo como la aparición ante mi presencia del alma de un apestado de vicios carnales.

 

El primero tendría una suciedad que desaparece...

La del segundo es una suciedad que no desaparece

 

El primero tendría una suciedad que desaparece y no es juzgada con rigor pues es debida a su penoso trabajo que, incluso, atrae sobre el honrado rabadán la bendición divina. La del segundo es una suciedad que no desaparece: lepra del alma a la que cubrió de gangrenas fétidas que la han corroído sin límite en el tiempo y así el vicioso impenitente tiene su alma digna de Satanás por los siglos de los siglos.

 

Y cuando digo "vicioso" no me refiero tan sólo

a ciertas formas de vicio a las que vosotros mismos

las tenéis por tales

 

Y cuando digo "vicioso" no me refiero tan sólo a ciertas formas de vicio a las que vosotros mismos las tenéis por tales. Las tenéis por tales y las practicáis lo mismo porque sois necios que no sabéis hacer frente a los estímulos del mal. Falta en vosotros mi Fe. Si la tuvieseis, vencerías a la carne. Mas no la tenéis y el sentido prevalece sobre el alma. Cuando digo "vicioso" aludo también a vuestros pecados ocultos del sentido por los que hacéis del matrimonio una prostitución y destruís la razón por la que fue creado el matrimonio.

 

Dios no hizo al varón y a la mujer para que llevaran

 sus vicios hasta el cansancio y el hastío

 

Dios no hizo al varón y a la mujer para que llevaran sus vicios hasta el cansancio y el hastío. Los hizo tales por una razón altísima. Cuando dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza y démosle una ayuda para que no esté solo", dio a entender con su Pensamiento divino que, además de la parte espiritual e intelectual que os hace semejantes a Dios, seríais semejantes a El en el crear otras vidas. Ahora bien, ¿ya pensáis qué semejanza tan sublime os ha dado Dios? La de crear otras criaturas: creadores igualmente vosotros, hombres y mujeres que os desposáis, creadores de hombres como Dios eterno.

 

¿qué habéis hecho vosotros de tal misión?

 

Y bien, ¿qué habéis hecho vosotros de tal misión? Clamáis vosotras, mujeres, contra la culpa de Eva cuando sufrís; maldecís, vosotros, los hombres, contra la culpa de Adán cuando os fatigáis. Y ¿acaso no está todavía entre vosotros la Serpiente dentro de vuestras casas enseñándoos con su rastrero y baboso abrazo y con sus arrullos la inmoralidad que os hace repudiar vuestra misión creativa? Y ¿no es vicio este daros al sentido hasta la náusea y este negaros a la paternidad y a la maternidad?

 

La castidad no es privativa de los vírgenes.

La virginidad es la superesencia de la castidad

 y se encuentra depositada en el corazón de los

 elegidos a seguir al Cordero y hablar un lenguaje

sólo a ellos concedido

 

Si tenéis miedo de carecer de ropa y comida para los que han de nacer, conteneos. La castidad no es privativa de los vírgenes. La virginidad es la superesencia de la castidad y se encuentra depositada en el corazón de los elegidos a seguir al Cordero y hablar un lenguaje sólo a ellos concedido. Mas si el candor de los vírgenes se tiñe del fulgor que emana del Verbo de Dios y de la Madre Purísima del Verbo, la estola de los cónyuges santos que supieron ser castos, se dora con la luz que emana del más casto, bueno y santo de los cónyuges: de mi padre putativo que es ejemplo de todas las virtudes conyugales.

 

Sed castos dentro de vuestros hogares como

fuera de ellos

Sed castos dentro de vuestros hogares como fuera de ellos. Pensad que nada se oculta a Dios. Dejad para los hijos de Satanás ciertos delitos ocultos. No seáis inferiores a los brutos que comprenden la belleza del procrear y saben imponerse un freno cuando la estación adversa habría de negar el alimento a sus pequeños.

Amaos y amadme pensando no en el corto día de aquí abajo sino en el día eterno y haced quesea para vosotros de plena Luz.

 

Benditos vosotros desde ahora, cónyuges, que sabéis

 ser santos y vivir en mi Ley

 

Benditos vosotros desde ahora, cónyuges, que sabéis ser santos y vivir en mi Ley. En vuestro hogar toman asiento los ángeles y no rehúsan velar vuestro reposo porque nada vuestro ofende a estos luminosos espíritus que contemplan mi rostro y, dichosos con su Luz, no pueden mirar cuanto está en abierta oposición con la Luz.

 

Y vosotros cónyuges que así no lo sois,

tornad al camino recto.

 

Y vosotros cónyuges que así no lo sois, tornad al camino recto. No es impidiendo el surgir de una vida como aumentarán vuestras riquezas. Estas, como de una criba sin fondo, se derramarán por mil fugas porque nuevos vicios y pecados asaltarán vuestros haberes y seréis pobres por culpa vuestra en el mundo y en el Cielo.

Recordad mis mandamientos y mis palabras. Dios cuida de quien vive en El."

C. 43. 368-370

A. M. D. G.