27 septiembre

 

 

"Si permanecéis fieles a mi Palabra,

 seréis de verdad mis discípulos,

 conoceréis la Verdad

y Ésta os hará libres."

 

 


 

Permanecer fieles a mi Palabra quiere decir ser fieles a Cristo porque Jesucristo, Redentor nuestro, es la Palabra del Padre  

He aquí por qué no es verdadero fiel aquel que me ama a Mí y no ama a  mi Origen ni a mi Hacedor: el Amor 

 El que ama a Uno sólo de la Santa Trinidad y no ama a los otros Dos, no es verdadero fiel y falta a la Caridad y a la Fe  

¿Cómo lo pone? Rechazando a Dios.

  Veis cómo la esencia de la Fe viene a ser como un círculo maravilloso que carece de interrupción y os ciñe con un único abrazo vital  

Creed ciertamente, hijos míos, que basta rechazar una parte de la Verdad para producir en vosotros el caos.  

El mundo moderno ahora ¿no hace por ventura así? ¿No escoge de mis palabras la que más le acomoda rechazando las demás?  

Por millonésima vez Yo, Dios, os aseguro que no quiero vuestra ruina sino vuestra salvación

 


 

Dice Jesús:

Dije: "Si permanecéis fieles a mi Palabra, seréis de verdad mis discípulos, conoceréis la Verdad y Ésta os hará libres."

 

Permanecer fieles a mi Palabra quiere decir ser

fieles a Cristo porque Jesucristo, Redentor nuestro,

es la Palabra del Padre

 

Permanecer fieles a mi Palabra quiere decir ser fieles a Cristo porque Jesucristo, Redentor nuestro, es la Palabra del Padre. Por eso, permaneceréis fieles a mi Palabra, permaneceréis fieles a nuestra eterna Trinidad, ya que si amáis al Verbo, amáis también al origen del mismo y, amando a Éste, amáis igualmente al Espíritu Santo que, junto con el Padre, dispuso mandar a Cristo a la tierra para daros la Doctrina de Vida y la Redención.

 

He aquí por qué no es verdadero fiel aquel que me

ama a Mí y no ama a  mi Origen ni a mi Hacedor: el Amor

 

He aquí por qué no es verdadero fiel aquel que me ama a Mí y no ama a  mi Origen ni a mi Hacedor: el Amor; porque es el Amor el que generó a Cristo para los vivientes. Como el Padre generó al Hijo-Verbo así el Amor generó al Hombre-Redentor uniendo las dos naturalezas, divina y humana, en un único nudo de fuego del que vino al mundo la Luz verdadera.

 

El que ama a Uno sólo de la Santa Trinidad y no ama

a los otros Dos, no es verdadero fiel y falta a la

Caridad y a la Fe

 

El que ama a Uno sólo de la Santa Trinidad y no ama a los otros Dos, no es verdadero fiel y falta a la Caridad y a la Fe. Y faltando a la Fe, falta asimismo a la Verdad ya que pone en duda la Verdad que Yo vine a traeros y se niega a conocerla al poner un impedimento a su inteligencia.

 

¿Cómo lo pone? Rechazando a Dios.

 

¿Cómo lo pone? Rechazando a Dios. Porque Dios es Caridad y quien en tan escasa medida conoce la caridad que llega a ser incapaz de amar lo que Dios hizo y donó, ¿cómo puede decir que está en Dios? Y si no está en Dios del modo que un hijo en el regazo de su padre, ¿cómo puede tener en sí la capacidad de entender el lenguaje sobrenatural del Padre?

 

¿Veis cómo la esencia de la Fe viene a ser como

 un círculo maravilloso que carece de interrupción

 y os ciñe con un único abrazo vital?

 

¿Veis cómo la esencia de la Fe viene a ser como un círculo maravilloso que carece de interrupción y os ciñe con un único abrazo vital? Mas si vosotros lo rompéis violentamente por soberbia de la mente, por dureza de corazón y por torpeza de la carne, entonces se produce una laguna que ninguna razón humana es capaz de colmar. Y os sucede lo de siempre: Que os precipitáis fuera desde el abismo abierto por vuestra voluntad que no acepta con simplicidad de niño lo que la Bondad os propone para creer y, en vuestro precipitaros, no os detenéis hasta el fango de la tierra. Esto sería ya una culpa por cuanto fuisteis hechos para el Cielo y no para mancillar el alma con el fango de la tierra. y os precipitáis, más allá de la tierra, a los reinos de Satanás, porque quien vive apartado de Dios, de su Palabra y de su Amor, mata en sí la Vida y su ser se convierte en alimento del fuego horrendo en el que se agita el Odiador de Dios.

 

Creed ciertamente, hijos míos, que basta rechazar

 una parte de la Verdad para producir

en vosotros el caos.

 

Creed ciertamente, hijos míos, que basta rechazar una parte de la Verdad para producir en vosotros el caos. Que basta aceptar una verdad de menos en mi doctrina para que se cuartee todo el edificio de la Fe y os encontréis como entre las ruinas de un palacio derrumbado, lleno de socavones y peligros.

 

El mundo moderno ahora ¿no hace por ventura así?

 ¿No escoge de mis palabras la que más le acomoda

 rechazando las demás?

 

El mundo moderno ahora ¿no hace por ventura así? ¿No escoge de mis palabras la que más le acomoda rechazando las demás? ¿No cree tal vez determinados puntos negando los otros? Mas reflexionad, hijos de mi amor: ¿Pude Yo haber venido a deciros palabras inútiles, mentirosas, imposibles de creer y de poner en práctica? No, hijitos de mi dolor. Yo no dije ni digo una sola palabra que no sea verdadera. No dije una sola palabra que resulte imposible al espíritu  -me refiero al espíritu que fue generado por Dios, parte del mismo Dios encerrada en vosotros-  (dictado del 1.º de octubre) que el espíritu no pueda creer. Yo no dije una sola palabra que vosotros no podáis practicar, bastando que lo queráis hacer, porque Yo soy Inteligente, Justo, Bueno y no doy órdenes tontas, pesos superiores a vuestras fuerzas ni tengo exigencias que por su severidad estén en contraste con la bondad.

Sedme fieles, hijos queridos. Aceptad mi Palabra sin ánimo de censura y en lo que vuestra debilidad no alcance a entender, volveros a Mí: Luz del mundo.

 

Por millonésima vez Yo, Dios, os aseguro que no quiero

 vuestra ruina sino vuestra salvación

 

Por millonésima vez Yo, Dios, os aseguro que no quiero vuestra ruina sino vuestra salvación. Y como la clueca tiembla por su prole, así Yo os tengo bajo mis brazos porque me apremia vuestra vida eterna. No salgáis de entre mis brazos. Yo, fiel a mis hijos y vosotros, fieles a Mí.

¡Qué hermoso será aquel día en que, tras habernos amado una vez transpuesta tanta distancia de éter, vengáis a Mí para siempre y nos podamos amar eternamente: luces que tornan a la Luz; vidas que tornan a la Vida; espíritus que tornan al Espíritu; hijos que tornan a su Padre, desterrado que torna a la Patria; herederos de un Rey asuntos al reino de vuestro Dios, Rey de reyes y Señor del Universo!"

C. 43. 371-373

A. M. D. G.