9 DE OCTUBRE, A LA 1 DE LA MAÑANA
No os entristezcáis, por tanto, todos
los que lloráis. Confiad en Mí y
descuidad en Mí la suerte de vuestros
seres queridos.
Es breve, hijos, el tiempo de la tierra
La separación actual es breve, como instante que presto pasa La muerte no os separa si vivís en el Señor. Aquel que marchó al otro lado de la vida terrena no se separó de vosotros. Eso no puede ser porque vive en Mí al igual que vivís vosotros.
No llores con ese llanto humano que es negación de la fe y de la esperanza. Nunca llores así.
Aquel que muere sin Jesús en el corazón, ése es el que está perdido.
Asimismo el 9 de octubre, ya de mañana, tras mi tremenda crisis y la Comunión.
¡Oh ciegos y necios! Son acaso los sanos los que acuden al médico
Mas, antes de que tú fueses, te escogí Yo para ser voz de la Voz de Jesús-Maestro
Dolorosa para los buenos es esta hora. Mas es dolor no querido por Mí
Mucho, mucho, mucho es lo que hay que rezar, hija de mi amor
Dice Jesús:
"No os entristezcáis, por tanto, todos los que lloráis. Confiad en Mí y descuidad en Mí la suerte de vuestros seres queridos.
Es breve, hijos, el tiempo de la tierra
Es breve, hijos, el tiempo de la tierra. Pronto os llamaré adonde la vida es duradera. Sed pues santos para conseguir la vida eterna en la que ya os esperan vuestros seres queridos o donde se juntarán con vosotros tras la purgación.
La separación actual es breve, como instante
que presto pasa
La separación actual es breve, como instante que presto pasa. Viene después el volver a juntarse los espíritus en la Luz y, más adelante, la feliz resurrección, por la que, no sólo gozaréis del encuentro con vuestros seres queridos, mas también de la visión de aquellos rostros para vosotros tan amados cuya desaparición os hace llorar cual si os hubiesen robado la perla para vosotros más querida.
La muerte no os separa si vivís en el Señor. Aquel que
marchó al otro lado de la vida terrena no se separó
de vosotros. Eso no puede ser porque vive en Mí al igual
que vivís vosotros.
Nada, hijos, ha cambiado. La muerte no os separa si vivís en el Señor. Aquel que marchó al otro lado de la vida terrena no se separó de vosotros. Eso no puede ser porque vive en Mí al igual que vivís vosotros. Sucedió sólo, por traeros un símil humano, que, dentro del mismo cuero, subió de los miembros inferiores a otros más elevados y nobles, y por eso os ama con mayor perfección al hallarse más unido todavía a Mí y participar de mi perfección. solo están "muertos" los condenados. Sólo ellos. Pero todos los demás "viven"
Viven, María. Entiéndelo: viven. No llores (por la muerte de su madre). Ruega. Presto vendré.
cuando declina para una criatura la tarde de su vida
terrena, ha de acelerar la labor a fin de dar los
últimos toques a la obra casi terminada.
El operario, cuando la tarde declina, apresura la labor a fin de terminar su jornada y marchar después satisfecho al descanso tras haber obtenido digna recompensa. Así también, cuando declina para una criatura la tarde de su vida terrena, ha de acelerar la labor a fin de dar los últimos toques a la obra casi terminada. Y debe darlos con alegría pensando que ya está próximo el descanso después de tanta fatiga y que la recompensa será copiosa por haber trabajado mucho.
Soy un Amor que retribuye bien. Soy un Padre que te
espera para premiarte. Soy Aquel que te ama, que siempre
te amó y siempre te amará.
Soy un Amor que retribuye bien. Soy un Padre que te espera para premiarte. Soy Aquel que te ama, que siempre te amó y siempre te amará. Ni una sola de tus lágrimas desconozco y ninguna de ellas quedará sin premio. Estáte cada vez más en Mí y no temas. No temas que Yo te deje sola. Aun cuando no hablo estoy contigo.
¿Sola tú? ¡Oh, no lo digas! Tienes contigo a tu Jesús y donde Jesús está se encuentra todo el Paraíso. No estás sola. María no estaba sola en su casita de Nazaret. Los ángeles la rodeaban en su soledad humana. Tú, María, no te encuentras sola. Me tienes a Mí por Padre, a María por Madre, a mis santos por hermanos y a los ángeles por amigos. El que vive en Mí lo tiene todo, hija mía.
No llores con ese llanto humano que es negación de la
fe y de la esperanza. Nunca llores así.
No te digo "No llores". Yo también lloré y lloró María. Ahora bien, te digo: No llores con ese llanto humano que es negación de la fe y de la esperanza. Nunca llores así.
Aquel que muere sin Jesús en el corazón,
ése es el que está perdido.
Ten fe, no sólo en los grandes dogmas de la Fe mas también en mis palabras secretas. Son mías, está segura de ello. Y espera en mis promesas. Cuando venga a darte la Vida, verás cómo no resultó perdido cuanto lloraste. Aquel que muere sin Jesús en el corazón, ése es el que está perdido.
Tú quédate en Jesús. En Él encontrarás todo aquello por lo que suspiras.
Yo enjugaré para siempre todas las lágrimas de tus ojos lo mismo que consuelo ahora tu dolor que no te lo puedo evitar porque sirve para la gloria de tu Dios y para la tuya.
Presto pasa, paloma mía, el invierno de la vida y cuando llegue la primavera eterna, vendré Yo a coronarte de flores arrancándote las espinas que llevaste clavadas por mi amor."
Asimismo el 9 de octubre, ya de mañana, tras mi
tremenda crisis y la Comunión.
Dice Jesús:
Hay quienes vienen a Mí de un modo ordinario y
quienes se hallan predestinados
a ser algo en mi servicio.
"Hay quienes vienen a Mí de un modo ordinario y quienes se hallan predestinados a ser algo en mi servicio.
Entre los predestinados hay quienes vivieron como ángeles desde su nacimiento y quienes se hicieron ángeles por el amor tras haberse portado como hombre. Y hay también quienes están predestinados a ser estrellas que alumbren el camino a los hermanos que van de marcha y se encuentran necesitados de tantas luces para caminar.
Yo soy Luz. Luz potentísima que debería bastar para
guiar a los pueblos por el camino que lleva al Cielo
Yo soy Luz. Luz potentísima que debería bastar para guiar a los pueblos por el camino que lleva al Cielo. Mas los hombres, cuyos ojos se inclinan con exceso a mirar al fango, no soportan ya la Luz absoluta. Ya no la pueden acoger porque falta en ellos el espiritual ejercicio de la mente vuelta a Dios y la confianza en Él.
Por eso, no con humildad sino con vileza más bien,
dicen: "soy muy distinto de como quiere Dios que sea
el hombre y no puedo alzar a Él mi mirada."
Los desdichados hombres, o están apartados de Mí y no me miran porque no piensan en Mí, o se ven capitidisminuidos por su menguada mentalidad que les hace ver y pensar de Dios conforme a su capacidad. Por eso, no con humildad sino con vileza más bien, dicen: "soy muy distinto de como quiere Dios que sea el hombre y no puedo alzar a Él mi mirada."
¡Oh ciegos y necios! ¿Son acaso los sanos los que
acuden al médico?
¡Oh ciegos y necios! ¿Son acaso los sanos los que acuden al médico? ¿Son por ventura los ricos los que recurren a un bienhechor? No. Son los enfermos y los pobres los que van en busca de quien les pueda ayudar. Y sois vosotros los pobres y los enfermos mientras que soy Yo el Señor y el Médico vuestro.
En vano lo digo: Me tenéis miedo; mas no lo tenéis de pecar ni de desposaros con Satanás y sí, en cambio, de mirarme y de estar a mi lado.
Así pues, para que no muráis fuera de mi Camino,
os proporciono estrellas de luz tenue que otra cosa
no son que emanaciones de Mí, partes de Mí que os
llegan a vosotros de forma que no os induzcan
a un necio terror.
Así pues, para que no muráis fuera de mi Camino, os proporciono estrellas de luz tenue que otra cosa no son que emanaciones de Mí, partes de Mí que os llegan a vosotros de forma que no os induzcan a un necio terror. Yo, Sol eterno, penetro de Mí a mis predestinados y ellos irradian mi Luz en medio de vosotros y emanan corrientes de atracciones espirituales para atraeros a Mí que os aguardo en los umbrales del Cielo.
¡Ay de la tierra si llegase un día en el que el ojo de Dios
ya no pudiese escoger de entre los hijos de los hombres
a los predestinados a ser mis portadores de Luz
y mis portavoces!
¡Ay de la tierra si llegase un día en el que el ojo de Dios ya no pudiese escoger de entre los hijos de los hombres a los predestinados a ser mis portadores de Luz y mis portavoces! ¡Ay! Ello equivaldría a decir que entre los miles de millones de hombre ya no hay un justo ni un generoso, por cuanto los predestinados se encuentran entre los justos que nunca ofendieron a la justicia y los generosos que superaron todo, a si mismos en primer término, para servirme a Mí.
Tú te cuentas entre éstos, pequeña criatura que vives del amor. Estás entre éstos. Después de tanto sufrir, has llegado a comprender que sólo Yo podía colmar los anhelos de tu alma y has venido.
Mas, antes de que tú fueses, te escogí Yo para ser voz
de la Voz de Jesús-Maestro
Mas, antes de que tú fueses, te escogí Yo para ser voz de la Voz de Jesús-Maestro. Con corazón de padre y de esposo aguardé, María, a esta hora; te cubrí con mi mirada esperando pacientemente la hora de comunicarte mi voluntad y mi Palabra. Nada se me ocultaba de cuanto habrías de hacer de menos buenos, como tampoco de cuanto habrías de emprender a partir del momento en que te lanzaras a la corriente del amor.
Yo te formé dos veces. En el seno de tu madre, primero,
para traerte al mundo, y en mi seno después para
entregarte al Cielo y hacerte portadora
de mi Luz en el mundo.
"Tarde", dirás, "te manifestaste, Señor". Tarde. hubiera querido, hija, que hubiese sido mucho antes, mas hube de trabajarte como hace el orfebre con el oro en bruto. Yo te formé dos veces. En el seno de tu madre, primero, para traerte al mundo, y en mi seno después para entregarte al Cielo y hacerte portadora de mi Luz en el mundo. Sabía cuándo habías de venir y cuándo habías de alcanzar la edad adulta para servirme. Dios no tiene prisa pues sabe todo lo que atañe a la vida de sus hijos.
Llegó la hora en que tú ya no eras una mujer sino un alma
de tu Señor tan sólo, un instrumento, como tú dijiste.
Llegó la hora en que tú ya no eras una mujer sino un alma de tu Señor tan sólo, un instrumento, como tú dijiste. Y cuando lo escribiste (en la Autobiografía, pág. 354) no sabías que mi amor habría de servirse de ti de este modo tras tantos años de prueba. Ve ahora, obra y habla conforme a mi deseo. No digo: te mando. Digo: deseo, porque se manda a un súbdito y se ruega al amigo; y tú eres mi amiga.
Cuanto dices no son palabras tuyas sino mías que
Yo pongo en tus labios para que las repitas a los sordos
de la tierra.
Y no tengas miedo de nada ni de nadie. Ni las fuerzas de la tierra ni las del infierno podrán dañarte porque estás conmigo. Cuanto dices no son palabras tuyas sino mías que Yo pongo en tus labios para que las repitas a los sordos de la tierra. Cuanto haces no es sino fortaleza mía que Yo te comunico en beneficio del que muere por inanición de su espíritu.
No eres ya la pobre María, una mujer débil, enferma, sola, objeto de insidias. Eres mi discípula predilecta y Yo te juro que, por más que se concitase todo el mundo para hacerte la guerra, no podría arrebatarte lo que te he dado porque estoy contigo.
El septentrión (Jeremías, cap. l v.14-16) son los pueblos
que ahora invaden o tratan de invadir la tierra
cristiana por excelencia: aquella en que se encuentra
Roma, sede de mi Iglesia
Lo has entendido bien. El septentrión (Jeremías, cap. l v.14-16) son los pueblos que ahora invaden o tratan de invadir la tierra cristiana por excelencia: aquella en que se encuentra Roma, sede de mi Iglesia. Castigo merecido por los prevaricadores que inclinaron su cabeza, marcada ya con mi señal, ante los ídolos de las mendaces potencias extranjeras que son ahora las primeras en acarrearle tormento.
Dolorosa para los buenos es esta hora. Mas es dolor
no querido por Mí
Dolorosa para los buenos es esta hora. Mas es dolor no querido por Mí. Haced que llegue a su término este dolor. Hacedlo volviendo a Mí.
Si hubiesen de aliarse las cuatro fuerzas del septentrión contra vosotros en una horrorosa conjuración de potencias tenebrosas, se apagaría la luz sobre vuestro suelo y volvería de nuevo a verterse fresca la sangre de los mártires en la nueva derramada sobre el mismo.
Mucho, mucho, mucho es lo que hay que rezar,
hija de mi amor
Mucho, mucho, mucho es lo que hay que rezar, hija de mi amor. No puedo pedirte ya más sacrificios de afectos por cuanto te encuentras desnuda como Yo sobre la Cruz. Mas, si fuera posible, te pediría otros muchos con este fin. yo te ayudaré; mas como tengo necesidad de lágrimas que hagan de aguas lustral para Italia que se encuentra enfangada, te prevengo que haré que tu pena sea acerba a fin de que valga por muchos duelos y muchos perdones de Dios para Italia.
Di conmigo: "Acepto, Señor beber el cáliz del dolor para preservar a Italia de nuevas desgracias y, en particular, de las del espíritu. Quédate, Señor, conmigo mientras apuro mi Pasión de pequeña redentora". Y Yo me quedaré siempre contigo hasta que llegue la hora de llevarte allí donde la Pasión termina y da comienzo la gloriosa resurrección en Mí."
C. 43. 393-398
A. M. D. G.