El mismo día 10 de octubre

 

 

Si el temer al Señor es sabiduría e

 inteligencia el huir del mal,

¿qué no será el amor al Señor con

todas las fuerzas del ser?

 

 


 

El amor le enseña a comprender y le lleva a obedecer; el amor le preserva del mal y le hace volar por el camino del Bien.  

El que ama posee la verdadera inteligencia  

Y Dios es llama que vive en vosotros cuando le amáis. Vuestra naturaleza humana se deifica a su contacto

 


 

Dice Jesús:

"Si el temer al Señor es sabiduría e inteligencia el huir del mal, ¿qué no será el amor al Señor con todas las fuerzas del ser? Será perfección de sabiduría y de inteligencia porque el amor en tal grado enriquece las potencias del espíritu, que lo lleva, en consecuencia, a la perfección en todo orden de cosas.

 

El amor le enseña a comprender y le lleva a obedecer;

el amor le preserva del mal y le hace volar por el camino

del Bien.

 

El que ama, en tal medida alcanzó ya la verdadera sabiduría, que no cabe mayor por ser perfecta. El amor le enseña a comprender y le lleva a obedecer; el amor le preserva del mal y le hace volar por el camino del Bien. El amor, el amor santo que Dios quiso por principal atributo suyo  -Dios es amor-  es la ciencia de las ciencias pues os hace maestros en la ciencia que da la Vida: la ciencia de conocer a Dios.

 

El que ama posee la verdadera inteligencia

 

El que ama posee la verdadera inteligencia. Dios no se aparta de quien le ama. Por tanto, si Dios está en vosotros, vosotros poseéis en vosotros a la Inteligencia misma y Ella os comunica sus luces al modo como una llama encerrada dentro de un cristal trasluce y caldea al exterior.

 

Y Dios es llama que vive en vosotros cuando le amáis.

Vuestra naturaleza humana se deifica a su contacto

 

Y Dios es llama que vive en vosotros cuando le amáis. Vuestra naturaleza humana se deifica a su contacto. El hombre, en cuanto animal dotado de razón, desaparece cual crisálida de mariposa y subintra el verdadero superhombre que no es como el mundo cree: un pobre soberbio lleno de errores y de orgullo sino un ser que, no siendo todavía ángel ni ya hombre, tiene del hombre las luchas que le otorgan el mérito y de los espíritus la libertad sobre el sentido, la luminosidad y la clarividencia por las que se desvela la Verdad y aparece Dios  -Padre y Señor-  en su sobreesencial Belleza.

Bienaventurados los que aman a Dios. Siete veces bienaventurados porque su amor es el compendio del hambre y de la sed místicas, de todas las virtudes, de todas las cosas y obtiene para ellos el premio prometido a los indicados en el sermón de la montaña. Bienaventurados porque ya, desde la tierra, ven a Dios y gozan de Él como en un anticipo de la extasiante y eterna visión que será la vida futura que les aguarda en el Cielo."

C. 43. 401-402

A. M. D. G.