11 OCTUBRE DE 1943
¿Cómo has de llamarme? hija y
esposa de mi amor y de mi dolor
Canta el Gloria, María, pues has llegado a la semejanza con Dios en el punto más difícil y elevado
Ves, alma querida, qué razón tiene tu Maestro cuando dice que el amor es superación del dolor
Ven. Sígueme cada vez más de cerca
Dice Jesús:
"¿Cómo has de llamarme? ¿Qué nombres son los más dulces? Sin duda, hija y esposa de mi amor y de mi dolor, los del cantar de los Cantares.
has llegado al grado más alto de unión conmigo que
el hombre puede alcanzar y esto constituye ya el éxtasis.
Dices que sólo la oración y mi palabra son el lenitivo de tú actual sufrimiento. Sí, has llegado al grado más alto de unión conmigo que el hombre puede alcanzar y esto constituye ya el éxtasis.
el éxtasis no consiste tan sólo en quedar fuera de los
sentidos en fuerza del gozo producido por la
contemplación de visiones del Paraíso.
Porque el éxtasis no consiste tan sólo en quedar fuera de los sentidos en fuerza del gozo producido por la contemplación de visiones del Paraíso. Es éxtasis, y mucho más profundo que el anterior, mirándolo siempre desde un punto de vista espiritual, este quedar abstraído del dolor moral además del de la vida material, aunque sin pérdida de los sentidos, por estar hablando conmigo o por oírme hablar (N. T cuando el hablar conmigo o el oírme hablar os abstrae del dolor... sin haceros perder los sentidos). Es más profundo por ser obra exclusiva del amor.
El éxtasis contemplativo es, por excelencia, obra del
Querer de Dios que hace que una de sus criaturas goce
de la visión de cosas celestiales, ya para atraerla más
a Sí o para premiar su amor
El éxtasis contemplativo es, por excelencia, obra del Querer de Dios que hace que una de sus criaturas goce de la visión de cosas celestiales, ya para atraerla más a Sí o para premiar su amor. Por el contrario, este éxtasis de fusión, más que el de contemplación, se realiza por iniciativa de la criatura enamorada, llegada a tal grado de amor que ya no puede nutrirse, respirar ni obrar sino con el amor y en el amor.
Es la "fusión". Es ser "dos en uno". Algo que copia, con
las limitaciones impuestas por la naturaleza humana
Es la "fusión". Es ser "dos en uno". Algo que copia, con las limitaciones impuestas por la naturaleza humana que, si bien trashumanada por el amor, es siempre humana, los inefables, los indescriptibles, los encendidísimos actos que regulan las relaciones entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, Tres que son Uno, tres Amores que se buscan, se contemplan y se alaban mutuamente, envueltos y estrechados en un único torbellino de amor incandescente que hace de los Tres distintos una Unidad indisoluble.
Canta el Gloria, María, pues has llegado a la semejanza
con Dios en el punto más difícil y elevado
Canta el Gloria, María, pues has llegado a la semejanza con Dios en el punto más difícil y elevado y lo has alcanzado con tu amor que ya no puede crecer más puesto que ahora amas a Dios con todas las fuerzas de tu cuerpo y de tu alma y si sobrepasaras este límite que has alcanzado, morirías abrasada por su ardor.
¿Ves, alma mía, qué razón tiene tu Jesús cuando dice que el amor es el ápice de la perfección humana? Renuncias, penitencias, enclaustraciones, nada son frente al amor total. Y así puede darse el caso de un eremita penitente que viene a ser pobre respecto de otro que, viviendo en plena sociedad, sabe amarme de una manera total hasta el aniquilamiento en Mí de todo su ser.
¿Ves, alma querida, qué razón tiene tu Maestro cuando
dice que el amor es superación del dolor?
¿Ves, alma querida, qué razón tiene tu Maestro cuando dice que el amor es superación del dolor? ¿Crees, María mía, que, de no haber amado así, habría Yo podido soportar la Pasión? Y ¿crees acaso que mi Madre, que lo es también tuya, habría podido soportar la suya? ¿Y que los mártires habrían resistido las torturas?
No embota el amor la sensación dolorosa en el hombre,
pero os inocula un licor de tan corroborante dulzura
que el más acerbo de los dolores se hace soportable a
quien lo sufre
No embota el amor la sensación dolorosa en el hombre, pero os inocula un licor de tan corroborante dulzura que el más acerbo de los dolores se hace soportable a quien lo sufre. El licor es la fuerza de Dios mismo que llega a vosotros con toda su potencia y lo son asimismo las potencias de Dios que se precipitan sobre vosotros atraídas por vuestro amor anulando vuestras fragilidades y confiriéndoos un vigor de luchadores celestiales.
Yo, el Victorioso, os comunico la victoria que obtuve sobre la debilidad de la carne, del corazón y sobre la muerte. Vivo en el alma enamorada con una unidad tan indestructible como cuando, siendo Hombre entre los hombres, viví en unidad con mi Padre. María, la unida a la Trinidad Santa, os comunica aquella su potencia de amor que atrajo a Dios hasta Ella desde las profundidades del Cielo y con su sonrisa os enseña a amar con aquella perfección que fue suya
Mira pues, alma mía, a qué divinas y excelsas potencias y semejanzas lleva el amor total.
Cuando llegue la hora de ser constituida reina del Reino
que te tengo preparado y esposa unida para siempre al
Esposo en el Alcázar del Rey de reyes, quiero que de tal
modo te encuentres macerada por el amor, es decir,
por Mí mismo que nada quede ya de ti y sea Yo, sólo Yo,
el que viva en ti.
Yo, que te escogí para una misión de dolor y de luz, quiero derramar sobre ti las ondas del éxtasis de amor. Quiero así saturarte de ellas y que trasciendas a Mí mucho más celestialmente que la reina Esther al empapar su cabeza de perfumes de esta tierra para agradar a su rey. Cuando llegue la hora de ser constituida reina del Reino que te tengo preparado y esposa unida para siempre al Esposo en el Alcázar del Rey de reyes, quiero que de tal modo te encuentres macerada por el amor, es decir, por Mí mismo que nada quede ya de ti y sea Yo, sólo Yo, el que viva en ti.
Ven. Sígueme cada vez más de cerca
Ven. Sígueme cada vez más de cerca. Nada han de mirar tus ojos si no es a Mí y han de estar tensos tus oídos para escucharme. Tu gusto ha de encontrar insípido todo alimento que no sea el mío y tu tacto repelente todo contacto distinto del mío. Tu olfato debe deleitarse únicamente con la fragancia de tu Esposo que ya no está escondido sino que va delante de ti para enseñarte el camino que conduce a la felicidad del Cielo.
Te he atraído y cada vez te atraeré más con efluvios de aromas y de luces que te abstraerán de las cosas de la tierra. Eres mía. Te quise y te quiero. Ahora te tengo y sólo un querer tuyo, que no se dará, podría apartarte de Mí. Mas esto no sucederá. Antes vendrá la que llamáis "muerte", o sea, las nupcias de tu alma conmigo.
Aquí os presento a mi pequeña reina cuyas galas se
tejieron de penitencias y se adornaron con lágrimas
estando su guirnalda formada por el amor
Entonces será la felicidad completa. Yo te tomaré de la mano y diré ante mi Corte: "Aquí os presento a mi pequeña reina cuyas galas se tejieron de penitencias y se adornaron con lágrimas estando su guirnalda formada por el amor. Para ella, que con tanto dolor se ha preparado a esta hora, ha terminado el dolor y llega el amor libre y eterno del Cielo. regocijaos, celestiales habitadores, por esta nueva hermana que terminó sus combates y entra en la Paz."
Rezaba esta mañana a las 5,30 teniendo en mis manos las oraciones de Sor Benigna Consolata. Estaba leyendo el punto: "Qué ha de hacerse en estado de aridez". Todos los días leo un punto que conservo como pensamiento religioso durante la jornada. Leía: "Llamarle con los nombres más dulces", y le he preguntado a Jesús: "¿Cuáles son los nombres más dulces para Ti?"
Me ha respondido al momento con las palabras transcritas. Creo que, para llevarme a la verdadera incandescencia, quiera tal vez hablarme del cantar de los Cantares. Digo creo... porque, a las veces, trae un punto, cambia de tema no quedándome a mí sino seguirle.
Créame, Padre, que he llorado de dulzura y me he sentido, incluso materialmente, envuelta y encendida en llamas.
C. 43. 402-405
A. M. D. G.