El mismo día 13, por la tarde

 

 

las relaciones amorosas entre Dios

 

 y el alma

 

 


 

No por simple modo de decir soy llamado esposo de vuestras almas  

Pobres de espíritu quiere decir no tener apego a lo terreno; quiere decir estar libres y desligados de cuanto representa pomposa vestidura, al modo de humildes peregrinos que van de marcha hacia la meta  

Pobres de espíritu quiere decir vivir allí donde Dios os colocó, pero con el ánimo desprendido de las cosas de la tierra, preocupados tan sólo de conquistar el Cielo. 

Ganar el Cielo con las riquezas injustas quiere decir ejercitar la caridad de mil formas con las glorias de la tierra. 

 Pero quién apetece estos arreos de Cristo Sólo mis verdaderos amadores.  

A los ojos del mundo puede parecer que haya cargado mi mano sobre ti  

Esto es lo que hago con los predilectos a los que reservo en exclusiva para Mí. 

 Y si he puesto un desierto en tu derredor, es porque he querido situarte de tal forma que no tengas otro lugar que te atraiga que no sea el Cielo  

Vendré, estáte segura. Tu misma nostalgia presente contribuye también a adornar tu diadema  

Vendré antes de que llegue la tarde de tu edad. No retornaré por cuanto eres tú la que tornaste a Mí y no Yo a ti que nunca te dejé.

 


 

Dice Jesús:

"Te hablo a ti para todo al objeto de explicar las relaciones amorosas entre Dios y el alma.

 

No por simple modo de decir soy llamado "esposo"

 de vuestras almas

 

No por simple modo de decir soy llamado "esposo" de vuestras almas. Me desposé con rito de dolor y os entregué en dote mi Sangre ya que, de vosotros mismos, sois tan pobres que hubierais resultado un desdoro para la morada del Rey. En el Reino de mi Padre no entran los que se encuentran despojados de todo vestido. Yo so tejí la vestidura nupcial y la teñí de púrpura divina para hacerla aún más bella a los ojos de mi Padre. Yo os coroné con mi guirnalda porque quien reina lleva corona y os di mi cetro.

Ciertamente hubiera querido darlo a todas las almas; mas son incontables las que han rechazado mi dádiva. Han preferido las ropas, las coronas y los cetros de la tierra cuya duración es tan relativa y nula su eficacia en relación con las leyes del espíritu.

Honores, riquezas y glorias, Yo no las maldigo. Tan sólo afirmo que no son fines en sí mismos sino medios para conquistar el verdadero fin que es la vida eterna

Honores, riquezas y glorias, Yo no las maldigo. Tan sólo afirmo que no son fines en sí mismos sino medios para conquistar el verdadero fin que es la vida eterna. Es preciso usar de ellos, si vuestra misión de hombres os lo impone, con corazón y mente saturados de Dios, haciendo de estas riquezas injustas, no motivo de ruina sino de victoria.

Ser pobres de espíritu y ganar el Cielo con las riquezas injustas, he aquí dos frases que apenas entendéis.

 

Pobres de espíritu quiere decir no tener apego a lo

terreno; quiere decir estar libres y desligados de

cuanto representa pomposa vestidura, al modo de

humildes peregrinos que van de marcha hacia la meta

 

Pobres de espíritu quiere decir no tener apego a lo terreno; quiere decir estar libres y desligados de cuanto representa pomposa vestidura, al modo de humildes peregrinos que van de marcha hacia la meta gozando de los auxilios que la Providencia les proporciona, no con soberbia y avaricia sino como los pajarillos del aire que picotean contentos los granitos que su Criador les desparrama para sus cuerpecitos y cantan después agradecidos; que tan a gusto se sienten con su ropaje de plumas que les resguarda no ambicionando más; y no se quejan airados si un día escasea el alimento y el agua del cielo moja sus nidos y sus plumas sino que esperan pacientemente en Aquel que no les puede abandonar.

 

Pobres de espíritu quiere decir vivir allí donde Dios

os colocó, pero con el ánimo desprendido de las cosas

de la tierra, preocupados tan sólo de conquistar el Cielo.

 

Pobres de espíritu quiere decir vivir allí donde Dios os colocó, pero con el ánimo desprendido de las cosas de la tierra, preocupados tan sólo de conquistar el Cielo.

¡Cuántos reyes, cuántos ricos potentados de la tierra fueron "pobres de espíritu" y conquistaron el Cielo sirviéndose de la fuerza para dominar lo humano que bullía en ellos con tendencia a las glorias caducas!; y ¡cuántos pobres de la tierra no son tales, ya que, si bien no poseen riquezas, las apetecen con envidia y hasta llegan muchas veces a dar muerte a su espíritu vendiéndose a Satanás por una bolsa de dinero, por una investidura de poder o por una mesa suculentamente abastecida de aquello que ha de servir de pasto a los gusanos formados en la putrefacción de la tumba!

 

Ganar el Cielo con las riquezas injustas quiere decir

 ejercitar la caridad de mil formas con las glorias

de la tierra.

 

Ganar el Cielo con las riquezas injustas quiere decir ejercitar la caridad de mil formas con las glorias de la tierra.

Mateo, el publicano, supo hacer de las riquezas injustas escala para penetrar en el Cielo. María, la pecadora (María de Magdala), renunciando a los artificios con que aumentaba la seducción de su carne y usándolos para los pobres de Cristo, empezando por el mismo Cristo, supo santificar aquellas riquezas de pecado. En el correr de los siglos, muchos cristianos, muy crecidos en número aunque pocos respecto de la masa, acertaron a hacer de las riquezas y del poder armas para su santificación. Son aquellos que me comprendieron. Mas, ¡son tan pocos...!

Mi librea, el vestido que os doy, es el que Yo bañé con mi Sangre durante la agonía espiritual, moral y física que va del Getsemaní al gólgota. Mi corona es la de espinas y mi cetro, la Cruz.

 

Pero ¿quién apetece estos arreos de Cristo?

Sólo mis verdaderos amadores.

 

Pero ¿quién apetece estos arreos de Cristo? Sólo mis verdaderos amadores. Con ellos me desposo mediante el rito de subida caridad. Y cuando el tiempo de la tierra se les haya terminado, vendré Yo resplandeciente para cada uno de mis amadores al objeto de introducirlos en la gloria.

Vendré, María, vendré. Este de ahora es el tiempo de los recíprocos deseos. Porque, aun cuando Yo pueda ser poseído por ti, sensiblemente incluso, siempre soy como un amante que ronda los muros que le impiden penetrar adonde su amada. Tu espíritu se asoma por todas las rendijas para verme y lanza su grito de amor. Mas la carne le tiene prisionero. ahora bien, aunque Yo penetre forzando la carne, pues soy Dueño de hacer el milagro, pero esos contactos son siempre fugaces y relativos.

No puedo tomarte conmigo. Habría para ello de matar tu carne y ésta aún tiene un hoy y un mañana de utilidad para mi causa. Todavía no se ha completado la totalidad de tu labor (faltaba por llevarse a cabo la obra monumental sobre la vida del Señor) y Yo únicamente sé cuándo detendré para ti el tiempo terreno que va discurriendo.

Pero entonces vendré. Alma que anhelas salir de esta tierra hostil, ¡qué hermoso te parecerá el Cielo! Y, comparándolos con los presentes, qué ardientes te parecerán los abrazos del Amor!

Dices que ha cesado para ti la angustia por las vicisitudes que en estos tiempos de desventura podían turbar los últimos días de tu madre y que esto trae una vena de paz a tu sufrir de huérfana. Mas, piensa en el momento en que podrás decirte a ti misma que han terminado para ti toda angustia y todo peligro sin que nada pueda separarte de tu Señor.

Ama con superación de fuerzas ya que Yo te he amado y te amo con superación en la medida.

Mi Caridad te ha lavado y vestido para no ver tu desnudez sobre la que aparecían abundantes sombras de polvo humano. Todo lo predispuso mi Caridad en orden a tu bien inmortal.

 

A los ojos del mundo puede parecer que haya cargado

 mi mano sobre ti

 

A los ojos del mundo puede parecer que haya cargado mi mano sobre ti. Pero el mundo es un necio que no sabe distinguir las verdades sobrenaturales.

 

Esto es lo que hago con los predilectos a los que reservo

 en exclusiva para Mí.

 

Siempre te he amado Yo con un amor de predilección. Como jardinero que acertó a sacar una nueva flor de una planta silvestre privada hasta entonces de corolas y siente celos por esa flor cual si fuese un tesoro, así Yo he velado y velo sobre ti. Esto es lo que hago con los predilectos a los que reservo en exclusiva para Mí.

 

Y si he puesto un desierto en tu derredor, es porque he

 querido situarte de tal forma que no tengas otro lugar

que te atraiga que no sea el Cielo

 

Y si he puesto un desierto en tu derredor, es porque he querido situarte de tal forma que no tengas otro lugar que te atraiga que no sea el Cielo. Allá, en la otra vida, se encuentra cuanto amaste con tanta vehemencia humana. Ya nada tienes ahora sobre la tierra y eres como un pájaro prisionero que, a través de las barras de su jaula, contempla el cielo en el que sus compañeros se ven libres y felices y está apostado a la portezuela esperando a que se entreabra para emprender el vuelo.

 

Vendré, estáte segura. Tu misma nostalgia presente

 contribuye también a adornar tu diadema

 

Vendré, estáte segura. Tu misma nostalgia presente contribuye también a adornar tu diadema. Sé constante y paciente. Como niño que sabe de la cercanía de su madre, descansa sin ansiedad en el amor de tu Jesús. Él no te pierde de vista, no te deja, no te olvida. Tiene más ansias que tú de pronunciar la palabra que libera al espíritu y lo introduce en el Reino. Tras de tanto hielo, tras de tanto despojo, tras de tantas lágrimas ,vendré para darte mi Sol, para revestirte de flores eternas, para enjugar por completo tu llanto.

 

Yo viviré en ti y tú en Mí y, al igual de la esposa del Cantar,

 podrás decir que tu Jesús es tuyo y tú de El.

 

Tú que, en visión contemplaste la Luz que inunda los Cielos (1.º de julio), piensa qué será entrar en ella de la mano de tu Rey. si un resquicio apenas entreabierto y apenas entrevisto de aquel Reino de Luz de tal modo lo tienes grabado que sólo su recuerdo te inunda de alegría, piensa qué será cuando esa Luz la poseas plenamente. Entonces, y no con las limitaciones de ahora. Yo viviré en ti y tú en Mí y, al igual de la esposa del Cantar, podrás decir que tu Jesús es tuyo y tú de El.

Por ahora, llámame con todo tu afecto. No hace al caso si me encuentro cerca. Deseo sentirme llamar y cuanto más me llaman, más presto acudo, pues no sé resistir las llamadas del amor.

 

Vendré antes de que llegue la tarde de tu edad.

No retornaré por cuanto eres tú la que tornaste a Mí

y no Yo a ti que nunca te dejé.

 

Vendré antes de que llegue la tarde de tu edad. No retornaré por cuanto eres tú la que tornaste a Mí y no Yo a ti que nunca te dejé. Vendré. Me encontraba a tu lado, como un pobre a la puerta, esperando a que me dieses tu corazón, me abrieses la puerta haciéndome pasar a ti como Rey y como Esposo. Mas entonces vendré. Vendré para los esponsales. Está a punto de finalizar el tiempo del noviazgo mortal y de iniciarse el rito de las nupcias eternas. Pocos retoques he de darte ya, viña mía, para ponerte del todo bella a mis ojos. No te quejes si las tijeras hacen daño. Cuando llega el tiempo de podar será señal de que estamos en primavera. Y en primavera es cuando vendré porque es el tiempo de los amores. Entra el alma en la primavera cuando termina para ella el invierno mortal dando comienzo la alegría en el jardín de Dios."

C. 43. 414-418

A. M. D. G.