14 octubre
Cómo deben de leerse los
"Libros Sagrados"
han de leerse los libros de la Sabiduría atribuyéndoles referencias sobrehumanas
Estos son aquellos para los que no se apagó ni se interrumpió la luz de su espíritu
Y no aludo con ello, María, al que entra en un monasterio.
¡Oh benditos, dichosos, heroicos hijos míos!
El alma, de no estar muerta del todo, ama espontáneamente a su Dios Creador
Cuando uno busca a Dios, por más que Dios se oculte, vela sobre él.
cuando se llega a este punto, Jesús ya nunca más se aparta
Dice Jesús:
han de leerse los libros de la Sabiduría
atribuyéndoles referencias sobrehumanas
"Ya te dije (9 de julio) que han de leerse los libros de la Sabiduría atribuyéndoles referencias sobrehumanas
nada hacen por abrir las puertas tras las que se
encierra su espíritu que esa humanidad niega y olvida
poseer al preocuparse tan poco de él
Lo contrario precisamente de lo que hacen el mundo y la ciencia del mundo que no saben elevarse al plano sobrenatural sino que se esfuerzan en rebajar lo sobrenatural de las cosas a su nivel terreno. De esta forma, de las páginas inspiradas extraen tan sólo su sentido artístico, perciben y anotan la poesía, la música, todo aquello, en fin, que halaga sus sentimientos humanos; pero nada hacen por abrir las puertas tras las que se encierra su espíritu que esa humanidad niega y olvida poseer al preocuparse tan poco de él.
Y el espíritu, oprimido como esclavo en lóbrega
mazmorra, no recibe el reflejo no recibe ni siquiera
el reflejo del sol de la Sabiduría que brilla para
todos y también para él
Y el espíritu, oprimido como esclavo en lóbrega mazmorra, no recibe el reflejo -digo "reflejo" porque el rayo de luz no penetra a través de los angostos muros de la soberbia y de la lujuria humanas- no recibe ni siquiera el reflejo del sol de la Sabiduría que brilla para todos y también para él que se encuentra hundido en la sima oscura de la indiferencia hacia lo sobrenatural que se le presenta tan lejano. No recibe ni la más remota onda de aquel reflejo de luz ni la más tenue vibración de aquella armonía que no se halla hecha de solas palabras sino de significados excelsos idiotizándose cada vez más en un aislamiento delictivo.
¡Pobres espíritus encerrados en seres dominados por la triple sensualidad de la carne! Cuando una palabra sobrenatural, a modo de eco que llega de lejos, penetra en su prisión, se sobresaltan y hacen un esfuerzo para dejarse oír de la carne que les oprime. Mas son vanos esfuerzos de un débil que se ve oprimido por un gigante.
Para comprender la Palabra cual ella es y hacer del
espíritu lo que debiera ser : dueño de la carne y no su
esclavo, debería la humanidad asestar la segur al pie
de bosques enteros abatiendo los árboles dañados
Para comprender la Palabra cual ella es y hacer del espíritu lo que debiera ser: dueño de la carne y no su esclavo, debería la humanidad asestar la segur al pie de bosques enteros abatiendo los árboles dañados que, tras haber sido plantados por la imprudencia de algunos o por su rebelde pensamiento, se les dejó crecer libremente y hasta se les ayudó a crecer por otros imprudentes y rebeldes a la ley del Señor. Esto debiera hacer la humanidad y hacer luz. Permitir a la Luz que descienda de lo alto de los Cielos sobre las praderas de la tierra en donde vosotros, como hierba que pasa, despuntáis, florecéis y os agostáis en breve. Y dichosos los que de tal modo florecen que llegan a hacerse dignos de ser trasplantados a mi Paraíso.
Estos son aquellos para los que no se apagó ni se
interrumpió la luz de su espíritu
Estos son aquellos para los que no se apagó ni se interrumpió la luz de su espíritu. Son los fuertes que saben resistir a las corrientes humana. Son los fieles que saben crecer aun en contra de las aseveraciones humanas. Son los firmes que saben continuar percibiendo el Sol aun a través de las sombras producidas por el hombre no habiendo nada que les aparte de esta su certeza. como aguja sensible de brújula se orientan a la Luz y como aves migratorias siguen al Sol. Saben dejar casa y parientes para ir tras el Sol de su alma.
Y no aludo con ello, María, al que entra
en un monasterio.
Y no aludo con ello, María, al que entra en un monasterio. Hay quienes, viviendo con la familia, "la dejan por mi amor" más que si se encerraran tras la doble reja de un monasterio. Tú sabes algo de esto, como sabes también cuántas lágrimas cuesta "seguirme" contra la voluntad hostil de los familiares.
"Vienen a Mí" aquellos que saben seguir a su Rey de
Amor contra el egoísmo, el desprecio y le incredulidad
de sus parientes
"Vienen a Mí" aquellos que saben seguir a su Rey de Amor contra el egoísmo, el desprecio y le incredulidad de sus parientes; aquellos que no se inmutan ni se detienen ante el diario asalto de los injustos comentarios de unos y la indiferencia religiosa de otros. Con todo, sufren por ello y se esfuerzan por aumentar en sí la Luz a fin de llevarla al interior de su propia familia entenebrecida. Se agotan defendiendo los intereses de su Dios en el seno de la primera de las sociedades humanas que es la familia y llegan a entregarme su vida con tal de obtener la Vida para los muertos de su familia que son los muertos del espíritu.
¡Oh benditos, dichosos, heroicos hijos míos!
¡Oh benditos, dichosos, heroicos hijos míos! Sé muy bien qué quiera decir ir contra los dulces lazos del amor y de la áspera cadena de los prejuicios familiares que es preciso romper para seguir las órdenes del Señor. Lo sé. Lo recuerdo. Y recompenso con un premio especial a los ocultos mártires del egoísmo y del amor familiar, a los santos mártires de mi Amor, tan potente en ellos como la muerte y tan devastador como el fuego.
La frase del Cantar: "Buscaba de noche en mi lecho,
sin encontrarlo, al que ama mi alma", debe entenderse
sobrenaturalmente así:
La frase del Cantar: "Buscaba de noche en mi lecho, sin encontrarlo, al que ama mi alma", debe entenderse sobrenaturalmente así: Muchas veces, y por causas diversas, se hace de noche para el alma. La necesidad de vivir que vosotros frecuentemente convertís en "preocupaciones de la vida", produce sombras crepusculares, tan profundas a veces, que semejan una noche sin estrellas. El querer de Dios suscita asimismo, a las veces, otras tinieblas nocturnas para probar vuestra constancia. Mientras dura la oscuridad se retira "el amor de vuestra alma"
El alma, de no estar muerta del todo,
ama espontáneamente a su Dios Creador
El alma, de no estar muerta del todo, ama espontáneamente a su Dios Creador. Por más que no os deis cuenta de ello, esta vuestra luz, esta vuestra llama, escondida tras las opacas barreras de la carne, tiende con nostalgia al Reino del que procede y suspira por la unión con su Origen. El alma se siente perdida como entre extraños sobre la tierra y busca la proximidad del Único que le ofrece seguridad: Dios.
Cuando, por negligencia vuestra, se retira Dios al producir vosotros la noche con vuestros humanos cuidados, el alma sufre, le sobreviene a modo de un aturdimiento inicial. Mas, acto seguido, llega el momento en que ella despierta y busca entonces a "su amor", sufriendo por sentirlo lejos y esto por culpa de su flojedad que permitió a la carne enseñoreársele con sus cuidados sin valor.
Cuando, por el contrario, es Dios el que, para probar a un espíritu, se retira de él y permite que la noche lo envuelva, entonces este espíritu vigilante se percata al momento de que su Amor le dejó y se pone en pie para buscarlo, no encontrando descanso hasta dar con Él y estrecharlo contra su corazón.
A las preocupaciones de la tierra, este espíritu que
alcanzó la Luz, opone la única preocupación que deberíais
tener: "la de buscar a Dios"
A las preocupaciones de la tierra, este espíritu que alcanzó la Luz, opone la única preocupación que deberíais tener: "la de buscar a Dios". Santa preocupación del alma enamorada a la que corresponde la divina preocupación del Dios enamorado de las almas de sus criaturas hasta el punto de darse a Sí mismo en salvación por ellas.
Sea que hayáis perdido mi proximidad por culpa vuestra o voluntad mía, sabed imitar a la esposa del Cantar. Levantaos sin tardanza y buscad sin desmayo, sin titubeos y sin temor.
Si el alejamiento se debiera a vosotros, sería vergonzoso que no pusierais los medios de haceros perdonar siendo pacientes y constantes en la búsqueda. Y si es que depende de Dios, sería ofenderle el que vosotros mostraseis humana impaciencia y os atrevieseis a reprochar con ella al que es irreprochable.
Cuando uno busca a Dios, por más que Dios se oculte,
vela sobre él.
Y ni aun temor alguno debéis tener. Cuando uno busca a Dios, por más que Dios se oculte, vela sobre él. Por eso, ningún mal, que sea "verdadero" mal, puede el mundo causar al que busca a Dios. Y así, por más que se ensañe con escarnios o persecuciones, pensad siempre que todo ello son cosas de una duración relativa, mientras que el fruto de vuestro amor intrépido no perece jamás.
Cuando vuestras amorosas pesquisas os conceden por fin poder reuniros con el amor de vuestra alma, estrechaos a él con un abrazo cada vez más fuerte hasta alcanzar la fusión total e indisoluble entre vosotros y Él.
cuando se llega a este punto, Jesús ya nunca más se aparta
Mira, pequeña esposa mía, cuando se llega a este punto, Jesús ya nunca más se aparta. Basta que vuelvas la mirada de tu espíritu para que me veas a tu lado. Igual que un esposo enamorado que vaga por la casa nupcial, basta que la esposa se vuelva o se asome a la puerta para verlo junto a sí o en la estancia contigua.
¿No es dulce todo esto? ¿No te da gran seguridad, paz y consuelo?
Mas nada es esto todavía. Cuando Yo saque tu alma de esta tu casita y de la frágil morada de tu carne en la que está encerrada y la lleve a las moradas eternas, entonces conocerás lo que es la felicidad del amor. La dicha de ahora es como una gota de miel comparada con el río de dulzura que derramaré sobre ti."
C. 43. 418-422
A. M. D. G.