18 octubre
El secreto del alma que no quiere
perder a su Amor, que es Dios, debe ser
permanecer siempre fija en Dios con
las potencias del alma.
Cualquier cosa que hagáis, sabed tener el espíritu fijo en Mí.
El alma, recluida con está en la carne, sufre a veces, de rechazo, las debilidades de la carne.
Acaso no sabéis que es vuestro corazón el más precioso tabernáculo para vuestro Señor
¡Si supieseis qué gracia tan grande es cada visita del Dios-Amor!
Uno y otro martirio recibirán el premio del martirio
Con cuantos medios tengáis a vuestro alcance, con santa audacia, buscad al Señor.
Dice Jesús:
"El secreto del alma que no quiere perder a su Amor, que es Dios, debe ser -como ya te lo dije (26 junio y 10 octubre)- permanecer siempre fija en Dios con las potencias del alma.
Cualquier cosa que hagáis, sabed tener el espíritu
fijo en Mí.
Cualquier cosa que hagáis, sabed tener el espíritu fijo en Mí. De este modo santificaréis todos vuestros actos haciéndolos gratos a Dios y sobrenaturalmente provechosos para vosotros. Todo es oración para el que sabe estar en Dios porque otra cosa no es la unión sino amor y el amor convierte los actos más humildes de la vida humana en adoraciones agradables al Señor.
En verdad te digo que, entre uno que pasa muchas horas en la iglesia repitiendo palabras de las que se halla ausente su alma y otro que está en su casa, en su oficio, en su negocio, en sus ocupaciones amándome a Mí y al prójimo por Mí, permaneciendo unido a Mí, ora el segundo y le bendigo, mientras que el primero otra cosa no hace sino llevar a cabo una práctica hipócrita que Yo condeno y desdeño.
Cuando el alma acertó a alcanzar esta ciencia amorosa
de saber estar fija en Mí con sus potencias, produce
continuos actos de amor
Cuando el alma acertó a alcanzar esta ciencia amorosa de saber estar fija en Mí con sus potencias, produce continuos actos de amor. Me ama hasta durante el sueño material puesto que su cuerpo se duerme y a continuación despierta teniendo presentes mi Nombre y pensamiento y, mientras el cuerpo reposa, el alma continúa amándome.
¡Oh unión santa del alma con su Dios! Vínculo espiritual que el ojo humano no advierte pero que si lo pudiese ver, apreciaría un círculo de fuego envolviendo a Dios y a la criatura y que, al aumentar el júbilo de Dios, aumenta la gloria de la criatura. Círculo santo que será en el Cielo para vosotros nimbo de vuestra frente glorificada.
El alma, recluida con está en la carne, sufre a veces,
de rechazo, las debilidades de la carne.
El alma, recluida con está en la carne, sufre a veces, de rechazo, las debilidades de la carne. Tentaciones de Satanás, faltas más o menos graves -no hablo de la culpa mortal que separa violentamente al alma de su Dios sino de las culpas más leves, las cuales, si bien leves, producen, consecuentemente, un debilitamiento del espíritu- desilusiones, dolores, aconteceres de la vida, provocan en los menos formados para la vida del espíritu, junto con las demás causas, abatimientos en el alma.
Mas debéis reaccionar contra ellos, pues son como uno
de esos decaimientos físicos que preceden a la consunción
de la carne.
Mas debéis reaccionar contra ellos, pues son como uno de esos decaimientos físicos que preceden a la consunción de la carne. ¡Ay si no se combaten desde el principio! Y tres veces ¡ay! si se dejan de combatir esas languideces del espíritu que llevan a la somnolencia espiritual y lentamente a la muerte del alma.
Dios no ama a los perezosos ni a los que ponen sus comodidades por encima de su Señor, todo bondad. Dios castiga a los tibios y se retira de ellos.
¿Acaso no sabéis que es vuestro corazón el más precioso
tabernáculo para vuestro Señor?
Vuestro buen Dios os llama a fin de despertaros, os pide que le acojáis, se afana en buscaros y os pide vuestro corazón para cobijarse en él. ¿Acaso no sabéis que es vuestro corazón el más precioso tabernáculo para vuestro Señor? Todo lo intenta el buen Dios para despertaros del sueño espiritual y de la espiritual pereza. A las veces, hasta intenta forzar las místicas cancelas del corazón para ver de entrar en él. Después se retira ya que raras veces recurre a la violencia. Por mucho que le duela y aunque ve el mal uso que hacéis de la libertad, os deja siempre libres.
Algunas vez, y casi siempre anticipadamente, advierte el alma la llegada de su Dios, percibe sus tentativas por entrar y, ante el recuerdo de haber sido creada por Dios, siente estremecimientos de dulzura.
Tan sólo muere cuando la matáis vosotros al desposeerla
de la Luz, del Amor y de la Vida, es decir: de Dios.
Vosotros humilláis a vuestra alma, no secundáis sus anhelos; pero ella se resiste a morir en vosotros. Y aunque al fin muere, la muerte se produce después de haber muerto la mente y el corazón por la soberbia y por la lujuria. Tan sólo muere cuando la matáis vosotros al desposeerla de la Luz, del Amor y de la Vida, es decir: de Dios. Mas, hasta tanto no muere, ella salta de jubilo y palpita de amor cuando Dios se pone a su lado. ¡Ay de quienes se niegan a secundar estos movimientos del alma! Son como esos enfermos que, a fuerza de imprudencias y de desobedecer al médico, van de tal forma agravando su enfermedad que acaban por hacerla mortal.
Cuando vuestra alma se deshaga de dulzura al sentir
a Dios tras la cancela, secundad sus movimientos,
dad de lado a toda solicitud de la carne,
Cuando vuestra alma se deshaga de dulzura al sentir a Dios tras la cancela, secundad sus movimientos, dad de lado a toda solicitud de la carne, haced doblar la rodilla a esta vuestra carne soberbia, reconoced los derechos de la reina encerrada en vosotros, de esa reina que quiere seguir a su Rey; y adorad la benignidad del Rey que viene a vosotros para amar a vuestra alma a la que teníais incomunicada, que viene para amaros y entregaros la prenda de salvación, incluso para vuestra carne a la que tan apegados estáis, pero por la que nada que sea realmente útil sabéis hacer.
Quiere Dios que, en la resurrección final, resplandezcan
también vuestras carnes con una luz y una belleza
sobrenatural y eterna
Quiere Dios que, en la resurrección final, resplandezcan también vuestras carnes con una luz y una belleza sobrenatural y eterna. Que resplandezcan por las obras santas realizadas durante la vida de la tierra, por las obras llevadas a cabo secundando los impulsos del alma movida por Dios.
¡Si supieseis qué gracia tan grande es cada visita
del Dios-Amor!
¡Si supieseis qué gracia tan grande es cada visita del Dios-Amor! Si lo comprendieseis, diríais de continuo: ¡Ven Señor Jesús! ¡Ven a ser guía de mi alma! ¡Se mi rey y mi Maestro!" Si lo supieseis, señalaríais cada encuentro, cada visita, como uno de los días más faustos de vuestra vida humana. Y, en verdad, no hay suceso más fausto que aquel por el que Yo entro con mi amor en vuestro corazón para salvaros y después conduciros de la vida a la Vida verdadera, eterna y bienaventurada.
Cuando, por desidia vuestra, dejasteis pasar de largo a vuestro Maestro, afligido por vuestra inercia espiritual; cuando el remordimiento, ese grito de la conciencia que jamás enmudece completamente ni aún en los más depravados, despierta a vuestra alma a la que entontecéis en la tibieza y el materialismo, aprestaos a la reparación y buscad inmediatamente a Dios.
Pensad que sin Dios se yerra por senderos de muerte
hasta llegar a la perdición eterna. Pensad también que
Dios es compasivo y tiene entrañas de caridad para
con vosotros.
Pensad que sin Dios se yerra por senderos de muerte hasta llegar a la perdición eterna. Pensad también que Dios es compasivo y tiene entrañas de caridad para con vosotros. El oye al instante vuestro grito de llamada y si bien, para vuestro castigo, se esconde por algún tiempo, no se encuentra lejos. Vosotros no le veis, mas Él está ya a vuestro lado con ese su corazón de Padre que perdona al hijo descarriado y suspira por estrecharle contra su Corazón.
Buscad a Dios sin demora. Salvad las guardias de ronda: las insidias que el Enemigo escalona a lo largo del camino para impedir que el alma se le vaya y se refugie en Dios. No os importe del expolio que, por venganza, Satanás, envidioso y cruel, os pueda hacer.
Es mejor para vosotros entrar desnudos de humanidad
en la vida eterna pero ricos únicamente de
riquezas espirituales
Es mejor para vosotros entrar desnudos de humanidad en la vida eterna pero ricos únicamente de riquezas espirituales, que no llegar a los umbrales de Dios cargados de afectos, de honores, de goces terrenos, y ser lanzados fuera por haber tenido antes de todo, no mereciendo recibir más, ya que habéis preferido este "todo", que cae y os arrastra en su caída, a lo único que importa tener: el dinero para entrar en la Vida eterna adquirida con fatigas, esfuerzos, paciencia espiritual, pequeñeces santas allegadas momento a momento mediante la obediencia a mi Ley por mi amor, perlas místicas obtenidas con el dolor soportado por amor, rubíes eternos formados por vuestros querer ser hijos míos en contra de las voces de la naturaleza carnal, en contra de los escarnios y de las venganzas del mundo, en contra de las seducciones y de las iras de Satanás; perlas ambicionadas mediante el vencimiento propio y el de los propios enemigos, ya sean hombres o demonios; perlas queridas estrujando la carne para hacer triunfar al espíritu que quiere seguir la voluntad de Dios; perlas queridas hasta el extremo de sudar sangre viva lo mismo que Yo ante la más fuerte tentación, el miedo más atroz y la más tremenda voluntad divina que hombre alguno haya podido sufrir.
¡Si supieseis qué significado tiene vuestro "no" lanzado
frente a la atracción de la carne, de los afectos,
de las riquezas, de los honores, para permanecer fieles
a Aquel que os ama!
¡Si supieseis qué significado tiene vuestro "no" lanzado frente a la atracción de la carne, de los afectos, de las riquezas, de los honores, para permanecer fieles a Aquel que os ama! ¡Si supieseis qué supone estar dispuestos a dejaros arrebatar aún las cosas más queridas con tal de ser totalmente de Dios!
Ciertos expolios sobrellevados, si no con alegría, al menos con resignación, puesto que cabe alegrarse hasta por la salud inmolada para los fines de Dios, mas esa alegría no cabe ante la tumba que esconde al padre, a la madre, al esposo, al hijo, al hermano, -pues Yo también fui Hombre entre los hombres y recuerdo qué cosa sea no oír más una voz querida, no ver ya la casa animada por un pariente y vacía de su presencia la morada de un amigo- ciertos expolios sufridos con resignación tienen el valor de un martirio, recuérdalo, María. Lo tienen igual que el ofrecimiento de la vida por el advenimiento de mi Reinado en los corazones, que el ofrecimiento de las fiebres y de las enfermedades sufridas para que desaparezcan las fiebres de las almas y las enfermedades de los espíritus.
Uno y otro martirio recibirán el premio del martirio
Uno y otro martirio recibirán el premio del martirio: la estola purpúrea de cuantos vinieron a Mí a través de una gran tribulación, comitiva de fuego que seguirá al Cordero junto a la comitiva blanca de los vírgenes, yendo esta segunda a mi derecha porque, verdaderamente, estos héroes del espíritu son los hijos de mi Corazón desgarrado por un martirio de amor, como los primeros son los nacidos de María, los que más se parecen a la Madre y al Hijo de Esta, aquellos que con vestimenta de hombres vivieron con sentimientos de ángeles: por encima de la carne y de la sangre.
Con cuantos medios tengáis a vuestro alcance, con santa
audacia, buscad al Señor.
Con cuantos medios tengáis a vuestro alcance, con santa audacia, buscad al Señor. Buscadle para reparar vuestra anterior desidia. Y, una vez encontrado, no os separéis más de Él.
En Él se encuentra el Bien que no muere. En Él la Vida y la Verdad. Estando en Él no pereceréis. Si vivís en Él no moriréis ni erraréis. Como barca que entra segura en el puerto porque su piloto la supo conducir, así vosotros, guiados por Cristo, entraréis en el puerto de la paz. Os lo digo Yo que no miento.
No reneguéis de Mí, hijos a los que amo. Sedme fieles y Yo os daré la gloria."
C. 43. 436-440
A. M. D. G.