9-11
¿Qué paz? Aún perduran las
fornicaciones de tu madre Jezabel
y sus numerosas hechicerías
(I Reyes, libro 4.º, cap.9, v.22)
Todo lo habéis antepuesto a Dios
La paz fue la promesa hecha a los hombres de buena voluntad. Cristo vino a traer la Paz
Muerte para las almas y muerte para los cuerpos
Dice Jesús:
" "¿Qué paz? Aún perduran las fornicaciones de tu madre Jezabel y sus numerosas hechicerías".
para obtener una paz verdadera y no una tregua en la
guerra, es preciso que arrojéis de vosotros lo que supone
fornicación con Satanás
Tengo ya dicho (15 de agosto) que para obtener una paz verdadera y no una tregua en la guerra, es preciso que arrojéis de vosotros lo que supone fornicación con Satanás. Lo dije por boca de mis santos y se lo hice decir a mi Madre. Hace decenios que vengo repitiendo esto y hace también decenios que vosotros insistís en aquello. Os lo he dicho con palabras apremiantes en estos últimos tiempos sin que vosotros hayáis cambiado antes habéis hecho de la fornicación con Satanás cada vez más vuestra forma de vida.
Todo lo habéis antepuesto a Dios
Todo lo habéis antepuesto a Dios. Y este Dios al que invocáis en la hora del temor resulta para vosotros un Ser tan lejano y desconocido que, de ser consecuentes, no debierais en modo alguno invocarle ni maldecirle ya que tan alejados estáis de Él. Y, en verdad, hasta vuestras invocaciones resultan blasfemias porque le llamáis con vuestros labios manchados de inmundicia al invocarle estando aún en contacto con Satanás y atreviéndoos a vincular su Nombre con vuestros planes delictivos.
La paz fue la promesa hecha a los hombres de buena
voluntad. Cristo vino a traer la Paz
La paz fue la promesa hecha a los hombres de buena voluntad. Cristo vino a traer la Paz. Mas si vosotros rechazáis a Cristo y vuestra voluntad no es buena, ¿cómo habéis de poder tener paz? Si acaso tendréis treguas. Mas ellas serán tan sólo pausas entre una y otra carnicería a fin de dar tiempo a vuestros espíritus vendidos a Satanás de aprender del mismo nuevos métodos de muerte y nuevos instrumentos de destrucción.
Muerte para las almas y muerte para los cuerpos
Muerte para las almas y muerte para los cuerpos. Destrucciones de espíritus y destrucciones de cosas. Vuestro desarrollo satánico es impresionante. Dentro de poco habréis alcanzado la plena madurez en la que ya nada le quedará por enseñaros y entonces el Infierno podrá dar a luz a su hijo: el Anticristo, pues los tiempos habrán llegado a su sazón y los hombres se habrán hecho acreedores al horror que ha de preceder al fin".
C. 43. 515-516
A. M. D. G.