19-11.

Isaías. Cap. 14.º, vv, 12-15

 

 

Los precursores del Anticristo

 

 


 

Acaso no han pretendido emular a su amo y padre en su tentativa de proclamarse dioses y de oprimir a las gentes aquellos a los que Yo denomino los precursores del Mal

   Sí, también la espiritual. no llegan hasta las grandes persecuciones, echan mano de astucias sutiles, ...de formas de vida en las que el paganismos sustituye de nuevo a la religión, formas con las que, para destrozarlo, embaucan vuestro espíritu.

   Separaos, alejaos cuanto podáis de las leyes de la Bestia, distanciaos de ella.

 


 

Dice Jesús:

"El creyente se identifica con su dios y el hijo con su genitor. No resulta, por tanto, equivocado atribuir a los precursores de Satanás lo que dice Isaías en su cap. 14.º, versículos 12-15

 

¿Acaso no han pretendido emular a su amo y padre

 en su tentativa de proclamarse dioses y de oprimir

a las gentes aquellos a los que Yo denomino

los precursores del Mal?

 

¿Acaso no han pretendido emular a su amo y padre en su tentativa de proclamarse dioses y de oprimir a las gentes aquellos a los que Yo denomino los precursores del Mal? ¿No han hablado tal vez de Dios con una complacencia vergonzosa cual si ellos fuesen superdioses? ¿No se han arrogado el derecho de disponer de lo que es más sagrado, de aquello que hasta Dios respeta en el hombre? No sólo se han atribuido la facultad de dar y quitar el permiso de vivir sino hasta el de pensar.

El pensamiento que Yo di al hombre y que goza de libertad  –porque todo cuanto Dios os ha dado se halla libre de toda clase de imposiciones y más aún lo estaría si la carne no hubiese coartado esa libertad y si antes ella hubiera quedado libre de la esclavitud de la culpa–  el pensamiento es atropellado por estos superdioses de barro y de horror. Ellos no exigen obediencia a leyes santas de amor que Yo amorosamente os impuse sin obligaros a cumplirlas y ellos, en cambio, os imponen crueles obligaciones que os esclavizan peor que lo están los bueyes oprimidos por el yugo uncido a su cuello y sujetos de las narices por la anilla constrictora. Las imponen a la totalidad de vuestro ser sin que ninguna de las tres formas del mismo  –la física, la moral ni la espiritual–  quede libre de tal esclavitud.

 

Sí, también la espiritual. no llegan hasta las grandes

 persecuciones, echan mano de astucias sutiles, ...de formas

 de vida en las que el paganismos sustituye de nuevo

 a la religión, formas con las que, para destrozarlo,

 embaucan vuestro espíritu.

 

Sí, también la espiritual. Las lluvias del Mal imperante penetran y se extienden por vuestro espíritu, quedando a su arbitrio el que ese espíritu se vuelva o no a Dios o a su Ley. Su odio, propio de hijos de Satanás, se desata en feroces persecuciones. Y aun cuando, arrojando la máscara humana que oculta su testa de serpientes infernales, no llegan hasta las grandes persecuciones, echan mano de astucias sutiles, de leves agrietamientos del edificio de la Fe, de formas de vida en las que el paganismos sustituye de nuevo a la religión, formas con las que, para destrozarlo, embaucan vuestro espíritu.

Y no siempre contáis con al fuerza necesaria para permanecer fieles por cuanto vuestros espíritus no están nutridos con el amor y el Evangelio. Vosotros, que reputáis indigno del hombre obedecer a los mandamientos de Dios, os sometéis a las esclavitudes humanas y, por un hombre o más de un hombre, perdéis el don más bello de Dios. "el libre albedrío". Sois marionetas movidas por uno a más hombres cuando en esta vida y en la otra podíais ser entes libres del reino de Dios vuestro Padre.

 

Separaos, alejaos cuanto podáis de las leyes de la

Bestia, distanciaos de ella.

 

Separaos, alejaos cuanto podáis de las leyes de la Bestia, distanciaos de ella. Su destino está ya fijado. Cuando la segur de Dios recorte las partes de la horrenda Bestia que torturan la Tierra y constituyen los precursores de la Unidad del Mal que ha de perturbar la Tierra, haced por estar muy alejados de ellas pues han de ser precipitadas en el horno infernal como miembros putrefactos de esta horrenda manifestación.

A la Babilona que ahora surge y que tendrá su apogeo en el imperio, sucederá un día la Jerusalén santa. Procurad que en aquel día y en el Día sin ocaso no caiga sobre vosotros la marca de los poderosos de Babilonia, de los Luciferes menores, de las filiaciones, de las excrecencias de Satanás sino el distintivo santo, inconfundible y glorioso del Hijo de Dios".

C. 43, 547-549

A. M. D. G.