El mismo día, 3-12, a las 8 de la mañana.

 Para mí.

 

 

las dos frases más cristianas de la

 

Tierra dichas por mi Madre

 

 


 

Si todos notaban algo extraño en aquella pareja que pasaba por aquellas vías llenas de gente, algo así como una luz y un perfume, ello no iluminaba su ceguera ni prestaba voz alguna a su sordera espiritual

   Con repugnancia extrema descorrió algún que otro velo a mis evangelistas; mas tan sólo aquellos velos que, en su ciencia sobrenatural, entendía ser útiles a mis intereses

     El que María, tras mi nacimiento, siguiera apareciendo como una mujer cualquiera: como una joven madre y nada más, no debe en modo alguno extrañar.

 ¡Santos y benditos labios, los de mi Madre, que, a mi nulidad de infante, prestasteis el sonido virginal de unas palabras perfectas!

 


 

Dice Jesús:

"Te ha hablado mi Madre (2 de diciembre) de la sombra que la envolvió como Madre de Dios. Esto no se contradice con lo que Yo te dije hace unos días (27 y 28 de noviembre).

 

Si todos notaban algo extraño en aquella pareja que

pasaba por aquellas vías llenas de gente, algo así como

 una luz y un perfume, ello no iluminaba su ceguera

ni prestaba voz alguna a su sordera espiritual

 

Si todos notaban algo extraño en aquella pareja que pasaba por aquellas vías llenas de gente, algo así como una luz y un perfume, ello no iluminaba su ceguera ni prestaba voz alguna a su sordera espiritual. Venía a ser una percepción semejante a la del que, a través de tupidas vendas siente, más que ve, el relumbre del sol sobre su cabeza vendada y percibe un rumor lejano que a penas si llega al tímpano como soplo de aire quebrado por un sonido tan leve que ni se advierte que sea palabra.

Mi Madre se ha llamado a sí misma la "Silenciosa". Muchos son los atributos que podrían añadirse a sus letanías y en los que debierais meditar mucho: Virgen silenciosa, Virgen luminosa y Madre de la Luz, tal como Ella era y lo es.

 

Con repugnancia extrema descorrió algún que otro

velo a mis evangelistas; mas tan sólo aquellos velos que,

en su ciencia sobrenatural, entendía ser útiles

a mis intereses

 

Con repugnancia extrema descorrió algún que otro velo a mis evangelistas; mas tan sólo aquellos velos que, en su ciencia sobrenatural, entendía ser útiles a mis intereses. Pero en lo referente a Ella... silencio absoluto. Como dijo Lucas, todo lo guarda en su corazón y del corazón, como perlas de un cofre, va extrayendo recuerdos para su más queridos.

El que las gentes, aun siendo santificadas al paso de mi Madre, no llegaran a comprender, no debe producir extrañeza. Como Ella lo ha dicho, no eran santos. Buenos, en mayor o menor grado, tenían a Dios lejos de su corazón y donde Dios no está, tampoco está la luz.

Que Dios protegiera a la toda Bendita con el velo de una vida aparentemente común, tampoco debe sorprender. No es del agrado de Dios lo que tanto gusta a los hombres: las celebraciones y, mucho menos, las autocelebraciones. Se oculta en la circunspección envolviendo en la misma a los que ama. El mundo es un profanador y Satanás es tanto más astuto cuanto más vencido fue. Dios preserva de la curiosidad babosa y de las asechanzas venenosas a sus más queridos y en ellos a Sí mismo, ya que cuida en gran manera de sus instrumentos puesto que lo que de ellos quiere es el cumplimiento de su misión. Sólo a los "Santos" da a conocer la verdad escondida.

 

El que María, tras mi nacimiento, siguiera apareciendo

como una mujer cualquiera: como una joven madre y

nada más, no debe en modo alguno extrañar.

 

El que María, tras mi nacimiento, siguiera apareciendo como una mujer cualquiera: como una joven madre y nada más, no debe en modo alguno extrañar. Cual custodia de la que saliera la Hostia santísima, era Ella ahora la Toda Santa por sí misma puesto que ya no llevaba en sí al Santo de los Santos. Y si se considera que el Santo de los Santos, precisamente en la hora en que con soberanía eterna rescató la Tierra con todos los que en ella a la sazón vivían, con sus difuntos y con sus habitantes futuros, apareció a los ojos del mundo como un malhechor torturado por sus delitos, es también lógico que la Madre, desde el momento en que fue constituida Corredentora y, por ende, rescatadora de la Tierra, apareciese como una pobre y simple mujer.

El tiempo luminoso de mi formación en Ella había pasado y el fulgor del gozo que en aquella noche hinchiera el corazón de María como también la gruta y los Cielos, atenuándose al alba en que comenzó a surgir el sol de la redención, sol tinto en sangre e integrado de dolor infinito. La aurora sorprendió a María inmersa ya en el pensamiento del tormento futuro. La ofrenda estaba hecha ya en mi nombre y las dos frases más cristianas de la Tierra habíanse enlazado la una con la otra formando una cadena con la que estrangular el Mal: "He aquí la Esclava del Señor. – Hágase, Señor, tu voluntad".

 

¡Santos y benditos labios, los de mi Madre, que, a mi

nulidad de infante, prestasteis el sonido virginal de

unas palabras perfectas!

 

¡Santos y benditos labios, los de mi Madre, que, a mi nulidad de infante, prestasteis el sonido virginal de unas palabras perfectas! Sobre su "sí" heroico, repetido cuando la maternidad hacíalo doblemente heroico, se inclinó el Cielo venerando en Ella a la madre Redentora. Como collar al que, día a día, se le van añadiendo perlas, así dieron comienzo los días dolorosos de María siendo su final el Gólgota.

Es por este su prolongado dolor por lo que os digo: "Amadla". Os bendigo cuando me amáis; mas, por el amor que dispensáis a mi Madre, os preparo una morada más fúlgida en el Cielo."

C. 43, 594-596

A. M. D. G.