Posteriormente para mí. (11-12-43)

 

 

"Te doy gracias, Padre santo, porque

has ocultado estas cosas a los

 poderosos y me las has revelado

a mí que soy pequeña"

 

 


 

Trabajas acaso por una gloria humana No. Trabajas para mi gloria.

   Si te hice cisterna de mi palabra para que de ella beban los sedientos, esta Palabra debe ser para ti, aún a costa de un continuo sacrificio, como el aire que respiras.

 


 

Dice Jesús:

"No te inquietes, María. Di conmigo: .

Deja que fantasee a su gusto el pensamiento ajeno. Tú sabes que es Dios el origen de tus escritos y que esto viene de Dios. Para ti basta.

 

¿Trabajas acaso por una gloria humana? No.

Trabajas para mi gloria.

¿Trabajas acaso por una gloria humana? No. Trabajas para mi gloria. Por tanto, no tienes por qué ocuparte ni preocuparte de los juicios humanos o de las alabanzas de los hombres. Haz lo que te corresponde. Yo seré tu premio. Los demás, si no saben hacer lo que a ellos toca y no toman en cuenta mi don, recibirán la recompensa que, en justicia, merezcan.

Permanece tranquila en tu felicidad que es la señal más hermosa de la procedencia de estos escritos. Tu felicidad proviene de tu transformación en el Bien. Tu ángel te mira complacido porque te ve transformada en Mí. Secunda como puedas y cuanto puedas la obra de tu Jesús. Trabaja de continuo sobre ti misma. Debes tender a la perfección. Sufre para conseguirlo y sufre por tus hermanos tan sordos a las voces del amor.

 

Si te hice cisterna de mi palabra para que de ella beban

 los sedientos, esta Palabra debe ser para ti, aún a costa

 de un continuo sacrificio, como el aire que respiras.

 

Si te hice cisterna de mi palabra para que de ella beban los sedientos, esta Palabra debe ser para ti, aún a costa de un continuo sacrificio, como el aire que respiras. Los sufrimientos de la carne, los sufrimientos del corazón, los sufrimientos de la mente y los sufrimientos del espíritu debes dirigirlos todos a este fin. Todo esto lo permito Yo porque quiero que se acreciente cada vez más tu poder de víctima que, con sus padecimientos, conquistas almas para el Cielo.

Contra la duda que Satanás pretende inocularte, único resorte que le queda para turbarte: la duda de si estarás equivocada, Yo te confirmo. Vive segura en Jesús.

Marcha en paz. Aunque el mundo rechazase tu don, Yo no te privaría de la miel de mi Palabra y ella, en tal caso, quedaría toda para ti como en un joyero real del que serías reina absoluta. Duerme con mi bendición."

C. 43, 630-631

A. M. D. G.