Dice asimismo:

"Pon la fecha de mañana (30 diciembre 43) ya que Jesucristo, hijo de David, le corresponde celebrar su Nombre en el día del real Profeta del que María desciende."

 

 

La Civilización Cristiana salió de la

 

 Redención y Doctrina de Jesús

 

 


 

De ti, como de un sol se desprendieron rayos de una civilización perfecta pues era la Civilización de Cristo 

 Habíate dado una misión similar a la mía de ser Luz en el mundo.

  como dice el Profeta: La vara ha florecido, el orgullo ha germinado

   Por lo que os digo: ni uno solo de vosotros se librará de llorar

  Los valores materiales e intelectuales serán desbaratados y despojados de su justa sustancia

  Y tú, nuevo Pedro, vigila: y vigila sin hacerte ilusiones.

  No. No es éste el momento de morir por Cristo. Este es el momento de velar, de defender, de instruir ...

 


 

Dice Jesús:

"Y la palabra del Señor ha vuelto a dirigirse a ti en estos términos por más que tú no la quieras oír porque hace templar a tu corazón de miedo y de pena por los días que os aguardan y por los hermanos que en aquellos días de ira terrible no me tendrán a Mí en su corazón para su consuelo y tan sólo verán el espanto de Satanás oyendo únicamente sus blasfemias y su desesperación.

He dejado esta laguna como advertencia a los indiscretos para mostrarles y demostrarles que Yo soy el Señor y el Maestro al que no cabe ponerle limitaciones o tesis, pues no sabe de limitaciones y para dejar en claro que soy Yo el que hablo y no tú, pobre criatura, llevándote conmigo adonde me place: de las revelaciones y contemplaciones de verdades eternas y visiones celestiales a las consideraciones sobre esta hora satánica en la que ha sido borrado todo destello del cielo y a los frutos que de tal hora se derivan para vosotros.

Escucha, pueblo mío:

Habíate elegido para el más alto destino al confiarte las perlas de mi Redención y de mi Doctrina en la Iglesia, florecida sobre tu suelo como palmera y cedro de los que fluyen miel y vino, y bajo los cuales encuentran cobijo cuantos vivientes quieran guarecerse en el arca verdadera de la salvación eterna.

 

De ti, como de un sol se desprendieron rayos de una

 civilización perfecta pues era la Civilización de Cristo

 

De ti, como de un sol se desprendieron rayos de una civilización perfecta pues era la Civilización de Cristo, la cual no se reviste con descubrimientos que hagan plácida la vida y cruel el destino sino con leyes santas, destinadas a elevar al hombre, a aliviar sus miserias y a instruir su ignorancia puesto que son leyes emanadas de la Fuente divina de la Santidad, de la Caridad y de la Sabiduría.

 

Habíate dado una misión similar a la mía de ser Luz en el mundo.

Habíate dado una misión similar a la mía de ser Luz en el mundo.

Has renegado de Mí. Nueva Jerusalén, has traicionado a Cristo ensañándote con sus santos y sus profetas y ahora te aprestas a hacerlo con mucho mayor encono. Si has transigido con la cruz y con las iglesias ha sido por el arte y como medio para alcanzar tus objetivos neopaganos. Has rechazado mi Alimento para saciar tu corazón de fango.

Has querido probar y paladear toda clase de fangos y, con el gusto depravado de un animal inmundo, te saben ahora dulces al paladar. Lujuria, violencia, crueldad, avaricia, impostura, corrupción, satanismo: estos son los platos que colman tu mesa. Y atraes sobre ti castigos y más castigos, castigos que fabricas con tus propias manos infligiéndotelos tú mismo e invocas al que te pierde y no llamas a quien aún ahora te perdonaría.

Una y otra vez he usado, al presente, de misericordia contigo advirtiéndote de la obligación que tienes de no volver nuevamente en tu daño esta misericordia mía valiéndote de ella para fines indignos. Y una y otra vez habéis hecho un pecado del don de Dios al serviros del mismo para fines ilícitos.

 

como dice el Profeta: "La vara ha florecido,

 el orgullo ha germinado"

 

Verdaderamente, como dice el Profeta: "La vara ha florecido, el orgullo ha germinado". Habíaos dado Yo un vástago de olivo para que lo cultivaseis y llegará a ser para vosotros árbol frondoso de justicia y de paz, para lo que os advertí que debíais desembarazar el suelo de todo error a fin de que mi retoño no se asilvestrara a su contacto impuro y diese ramas y frutos de la más refinada maldad. Mas no prestasteis oídos al Señor que  –como Padre y Maestro–  os aconsejaba y así la floración ha terminado en veneno y el orgullo ha procreado delito. Y al delito seguirá otro delito y a éste otros más.

 

Por lo que os digo: ni uno solo de vosotros se librará

de llorar

 

Por lo que os digo: ni uno solo de vosotros se librará de llorar. Llorará el propietario lo mismo que el que se ve desnudo porque el propietario perderá lo que posee y el que está desnudo no encontrará quien le vista. El hambre, la espada y la peste estrecharán vuestros cuerpos con sus cordeles y la desesperación y el terror lo harán con vuestras almas ciegas.

Sí, caminaréis como ciegos entre tinieblas plagadas de simas y de escombros, sabiendo que, a cada paso que deis, podéis caer en la traición y en la muerte; caminaréis como sobre un suelo sacudido por un violento terremoto. Y así es: la Tierra tiembla bajo vuestros pies ya que, por más que no sea sino un planeta, es más hija del Criador que vosotros y, al ver fijarse sobre este suelo el rostro airado de Dios como cuando miró a sus hijos que merecieron el diluvio y el fuego, se agita en sus profundidades ante el temor de su castigo.

 

Los valores materiales e intelectuales serán

desbaratados y despojados de su justa sustancia

 

Los valores materiales e intelectuales serán desbaratados y despojados de su justa sustancia. Vuestros conocimientos, más que de ayuda, os servirán de tropiezo y hasta el santo conocimiento de Dios os será de condenación por cuanto, conociéndole, renegáis de Él. La Luz y la Palabra las tenéis atravesadas en la garganta sin posibilidad de que puedan bajar a iluminar y nutrir vuestros espíritus porque la lazada de vuestras perversas pasiones os impide recibirlas.

Cuando veáis desplomarse los ídolos de barro que habíais erigido en el puesto del Dios verdadero, entonces advertiréis cómo estuvisteis adorando a una inmundicia y ya no tendréis fe. Fe en nada. Ni en la verdad ni en la mentira.

 

Y tú, nuevo Pedro, vigila: y vigila sin hacerte ilusiones.

 

Y tú, nuevo Pedro, vigila: y vigila sin hacerte ilusiones. Es verdad que el sufrir por Cristo es la más alta dignidad que cabe. Mas Yo te digo: "Vigila y ora".

En momentos de gran tempestad es preciso, no ya tener izado sobre el mástil de la vela el gonfalón purpúreo sino que la mano de Pedro, más fuerte y segura que nunca, mantenga asida la caña del timón. El Desorientador, de todo se vale para desorientar. Y en las horas de tempestad, cuando ésta azota por todas partes para hundir en un naufragio los valores santos, invisibles a los pervertidos, basta retirar por un instante la mano de la rueda del timón para provocar una ruina irreparable al permitir que las olas cojan de través con mayor ímpetu a la mística barca.

Vigila sobre ti para que tú puedas vigilar sobre los demás. Ahora, más que nunca, es preciso, Pedro, que me apacientes estos mis corderos y estas mis ovejitas. Ya no me quedas sino tú como Pastor santo y si tú caes, muchos de mis corderos se verán conducidos fuera de las dehesas por ovejas imprudentes y otros pastores de perversas doctrinas se insinuarán hasta el interior de mis dominios para contaminarlos con sus humanas  –y calificarlas de humanas es juzgarlas misericordiosamente–  presiones.

 

No. No es éste el momento de morir por Cristo. Este

es el momento de velar, de defender, de instruir ...

 

No. No es éste el momento de morir por Cristo. Este es el momento de velar, de defender, de instruir y de oponer diques a todo aquello que pretende entrar para corromper cada vez más amplia y profundamente.

Y, créeme, ¡oh Cristo de la tierra!, créeme que el mal está ya minando por dentro y entenebrece mentes y corazones y, lo que es la mayor de las desgracias, está apagando las luminarias que estaban colocada sobre las cimas de los montes para alumbrar el camino a los peregrinos que marchan en busca del Cielo. Muchas se halla ya apagadas, muchas humean, muchas languidecen y otras, a punto de languidecer. Si los fieles están helados es porque los pastores son fríos y la muerte del espíritu sobreviene por congelación. Muerte insensible que adormece con un sueño sin luz de resurrección.

Piensa en ello, ¡oh Cristo de la tierra!, nacido para tal destino. E insiste sin descanso, predica, exhorta, reprende y evangeliza. Son hartos los templos en los que el Evangelio ha perdido valor y hartos también los corazones que oyen el Evangelio en un tono que no es el verdadero y que les aleja de él.

Suple tú, como el primer Pedro, las deficiencias de tus ministros y haz que las turbas vuelvan a oír a través de tus labios la doctrina dulce, santa y saludable de Cristo. Que los que aún no han sido muertos se salven y tornen a Mí, tonando también la paz a esta tierra empapada toda ella con el rocío de los mártires."(

C. 43,  684-688

A. M. D. G.