19 de octubre de 1944

 

 

La formación de los astros

 

 


 

cómo aquellos que se creen doctos porque saben los no siempre exactos y nunca completos dogmas de la ciencia humana no tienen de ella sino una partecita

  Te he mostrado este polvo de astros...para hacerte olvidar la tierra y enamorarte cada vez más de mi Patria

  hombre actualmente quiere decir: el animal más soberbio, más vacío, más cruel, más liviano y más contrario a Dios

 


 

Dice Jesús:

"Y bien, ahora te hablo Yo.

No te he mostrado sino un ángel, un simple ángel. No un serafín, un querubín o un arcángel. Un ángel, diríase el más pequeño, para darte a entender que es uno de tantos de entre las escuadras de ellos que se recrean en el Cielo. Y ya has visto tú cómo su luz, que presta un cuerpo incorpóreo a su esencia totalmente espiritual, ha ofuscado la luz de todos los astros juntos.

Con el deseo de mi Pensamiento he llamado a un ángel, que ha venido desde el más lejano Empíreo, y de mi llamada a su presencia a mis pies no ha transcurrido ni la fracción de tiempo que vosotros llamáis segundo de minuto.

 

cómo aquellos que se creen doctos porque saben los no siempre

 exactos y nunca completos dogmas de la ciencia humana

no tienen de ella sino una partecita

 

Esto lo he hecho para mostrarte cómo aquellos que se creen doctos porque saben los no siempre exactos y nunca completos dogmas de la ciencia humana teniéndose por depositarios de océanos de luz, de verdad y de belleza, no tienen de ella sino una partecita y ésta mezclada con múltiples escorias.

Has exclamado: "¡Cuántos misterios aquí arriba!"

Sí, pequeña estrellita de tu Maestro. La vida no se queda en esta creación ni en ninguna de sus partes, ni se quedará hasta que Yo diga: "Basta".  Cambiaré, tal como están en mi Pensamiento, los aspectos y leyes que desde hace miles de siglos di a la Vida.

Es Vida la del éter que, con su ligera solidez, facilita y sostiene el curso y peso de los astros y que, con su composición y gelidez, permite la progresiva mayor perfección hacia aquel máximo que Yo señalé para cada vida. Aquí se obedece a mi querer. Vida es la de los astros y planetas que partiendo de nebulosas, llamémoslas fetos de astros formándose en el aire etéreo, se solidifican lentamente, se nutren cual bocas voraces de infantes, arrebatando a las vidas ya formadas gases y metales lo mismo que el niño arrebata el alimento y la bebida del pecho de la nodriza. El propio curso insomne de todas estas vidas estelares permite este fluir en las mismas de moléculas de gas y de metales que encienden las nebulosas y en el fuego se fusionan en torno al primer núcleo, concentrándose cada vez más y, por último, la llama se convierte en fuego y el fuego en astro. Esponsales y nacimientos, nacimientos y esponsales y muertes de astros longevos que, al disgregarse en la última convulsión de su vida forman un núcleo para otras vidas latentes en el gran río de la Galaxia. No hay ni una sola que no tenga misión de amor hasta para vosotros que estáis tan lejos. Alejados por miles de kilómetros; pero mucho más alejados aún por no saber ya "ver" con ojos de hijos de Dios.

 

Te he mostrado este polvo de astros... para hacerte olvidar la tierra

y enamorarte cada vez más de mi Patria

 

Te he mostrado este polvo de astros. Polvo si se le compara con el fulgor de mi ángel. Mas, pequeña hija mía a la que descorro el velo del misterio para hacerte olvidar la tierra y enamorarte cada vez más de mi Patria, ¿cómo habremos de llamar a ese polvo de quienes tan sólo son grandes en orgullo y se denominan hombres? ¿Podría decirles a éstos: "Mirad"? No, porque no verían. No creerían por más que con un milagro de mi poder les hiciese ver. Han mordido el pan y la fruta de la soberbia y de la ciencia humana que les ha enloquecido. He proporcionado y proporciono todavía páginas de verdad y de santidad que, para la mayor parte, caen al suelo como briznas de paja deleznable. Los "hombres" –démosles este título nobiliario de acuerdo con el concepto que de sí tienen– no hacen caso de esta palabras.

 

"hombre" actualmente quiere decir: "el animal más soberbio,

más vacío, más cruel, más liviano y más contrario a Dios"

 

"Hombre" debería significar: "hijo de Dios, hecho a imagen y semejanza del Padre en los pensamientos, afectos, acciones, impulsos y deseos". Así son los hijos. Por el contrario, "hombre" actualmente quiere decir: "el animal más soberbio, más vacío, más cruel, más liviano y más contrario a Dios". Se cree ser todo cuando nada es por cuanto ya no es "hijo de Dios" sino únicamente "hombre". ¿Dónde está el espíritu del hombre? ¿Quién es el que aún lo posee?

Dejemos, hija, estos infelices a su triste suerte y tratemos de arrancarlos de ella con el amor. No hay sino el amor que pueda lo que ninguna otra cosa puede. Mas aunque el amor sea "el poderoso", queda con frecuencia reducido a la impotencia al chocar contra una soberbia que se muestra irreductible a todos los asaltos del Bien. Se creen "dioses" por tener en los labios el mordiente del fruto del humano saber. Adán no muere sino que renace con sus tendencias en cada hombre; aquel Adán que se perdió por querer conocer, y conocer para llegar a ser "dios" (Gn 3, 1-7).

Ven. A los hijos de la Luz, a los hijos de Dios ha de dárseles el pan y el fruto de la Verdad y de la Sabiduría que no lo son únicamente por relacionarse con Dios sino también porque todo cuanto hay en el universo procede de Dios.

Desea con ardor el Cielo. En él ya no tendrás discrepancias con los que estén a tu lado ni distinción entre tu desear y poseer. En él descansarás feliz y contenta. En él me tendrás a Mí... Si el tenerme entre las limitaciones de tu condición de viviente sobre la tierra te proporciona un gozo tal que te exalta, piensa lo que será tenerme sin limitación alguna.

La vida pasa. El Cielo se acerca. El dolor muerte y la bienaventuranza permanece. Aquellos que me hayan amado y servido serán las estrellas eternas cuando, al término de la creación, hayan muerto todos los astros. Mis estrellas..."

715-718

A. M. D. G.