JUDAS TADEO EN BETSAIDA PARA 

INVITAR A JESÚS A LAS BODAS DE CANA

 


 

#Judas Tadeo en la casa de Pedro quiere ver a Jesús   

#Judas anuncia a Jesús que su Madre quiere que asista a las bodas de Susana en Caná   

#Jesús convence a Judas Tadeo para que le siga   

#Judas: no hay otra persona fuera de Ella que tenga el derecho de reclamar mis deberes de hijo  

  #En su sangre, esta voluntad absoluta de entrega a Dios, no es nueva. Ella estará siempre conmigo y vosotros volveréis a ser míos por medio de Ella Yo estoy en mi Madre y Ella está en Mí y ambos estamos en Dios.   

 


 

JUDAS TADEO EN LA CASA DE PEDRO QUIERE VER A JESÚS 

 

Veo la cocina de Pedro. En ella están además de Jesús, Pedro y su mujer, Santiago y Juan. Parece que han terminado de cenar y están platicando. Jesús se interesa por la pesca.

Andrés entra y dice: "Maestro, aquí está el hombre junto al que vives y acompaña a otro que se dice ser tu primo."

Jesús se levanta y se dirige a la puerta. "¡Pasen!" y cuando a la luz de la lámpara y del fuego ve que entra Judas Tadeo, exclama: "¡Tú, Judas!"

"Yo, Jesús." Se besan.

Judas Tadeo es un hombre bien formado, en la plenitud de su belleza varonil. Alto, pero no como Jesús. Bien proporcionado en su cuerpo que es robusto, moreno, como lo era san José de joven, de un color de oliva, pero no de tierra, y con unos ojos que tienen mucho de parecido con los de Jesús, porque son azules, aunque tienden a ser algo violáceos, tiene la barba negra en forma de cuadro y los cabellos en desorden, menos ondeados que los de Jesús y negros como los de la barba.

 

JUDAS ANUNCIA A JESÚS QUE SU MADRE QUIERE 

QUE ASISTA A LAS BODAS DE SUSANA EN CANA

 

"Vengo de Cafarnaum. Fui en barca y acá también he venido en barca para llegar más pronto. Tu Madre te manda decir: "Susana se casa mañana. Te ruego Hijo, que asistas a las bodas". María asiste y con ella, mi madre y los hermanos. Todos los parientes están invitados. Tú serías el único que estuviera ausente y ellos, los parientes te piden que no desaires a los novios."

Jesús se inclina un poco y abriendo un tanto los brazos dice: "El deseo de mi Madre es ley para Mí. Pero también iré por Susana y por los familiares. Solo... me desagrada por vosotros..." y mira a Pedro y a los demás. "Son mis amigos" dice al primo. Y se los presenta comenzando por Pedro. Termina diciendo: "Este es Juan" y lo dice en tal forma que llama la atención de Judas Tadeo y el predilecto se sonroja. Termina la presentación con estas palabras: "Amigo, este es Judas hijo de Alfeo, mi primo hermano porque es hijo del cuñado de mi Madre. Es un buen amigo mío de trabajo y de vida."

"Mi casa está abierta a ti como al Maestro. Siéntate" y después volviéndose a Jesús, Pedro dice: "Entonces, ¿no iremos contigo a Jerusalén?"

"¡Claro que vendréis! Después de las bodas iré. Sólo que no me detendré en Nazaret."

"Haces bien, Jesús, porque tu Madre se hospeda conmigo por algunos días. Así nos hemos puesto de acuerdo y vendrá también Ella después de las bodas" dice el hombre de Cafarnaum.

"Así haremos entonces. Con la barca de Judas iré a Tiberíades y de allí a Caná, y con la misma regresaré a Cafarnaún con mi Madre y contigo. El día siguiente al próximo sábado vendrás, Simón, si es que todavía quieres venir, e iremos para la Pascua a Jerusalén." 

"¡Sí quiero! Hasta iré el sábado a la sinagoga para oírte."

"¿Estás ya enseñando, Jesús?" pregunta Tadeo.

"Sí, primo."

"¡Y qué palabras! ¡Ah! ¡Como no se oyen en los labios de otro!"

Judas da un suspiro. Con la cabeza apoyada sobre la mano y el codo sobre la rodilla mira a Jesús y lanza otro suspiro. Parece como si quisiera hablar, pero no se atreve.

 

JESÚS CONVENCE A JUDAS TADEO PARA QUE LE SIGA

 

Jesús lo provoca: "¿Qué te pasa, Judas? ¿Por qué me miras y das suspiros?"

"Por nada"

"No. Por nada no. ¿No soy acaso el mismo Jesús que te amaba? ¿Para el que nunca tenías secretos?"

"¡Sí que eres el mismo! ¡Y cuánta falta me haces Tú, Maestro, a mí que soy tu primo y mayor que tú!"

"Entonces, ¡habla!"

"Quería decirte... Jesús... sé prudente... tienes una Madre... que no tiene otra cosa más que Tú... Tú quieres ser un Rabí diferente de los otros y Tú sabes, mejor que yo, que ... que las castas poderosas no permiten cosas diversas de las que ellos han introducido. Conozco tu modo de pensar... es santo... pero el mundo no lo es... y oprime a los santos... Jesús, tú conoces la suerte de tu primo el Bautista... está en prisión, y si todavía no ha muerto es porque aquel asqueroso Tetrarca tiene miedo a la gente y al rayo de Dios. Asqueroso y supersticioso, como cruel y lujurioso. Tú... ¿qué harás? ¿A qué destino quieres llegar?"

"Judas ¿me preguntas esto, tú que conoces tan bien mi manera de pensar? ¿Hablas por impulso propio? ¡No, no digas mentiras! Te han mandado. Ciertamente no fue mi Madre, a decirme estas cosas..."

Judas baja la cabeza y calla.

"Habla, primo."

"Mi padre... y José, y Simón... sabes... por tu bien... porque te quieren y a María... no ven con buenos ojos lo que te propones hacer... y querrían que pensases en tu Madre..."

"¿Y tú que piensas?"

"Yo... yo..."

"Dentro de ti combaten las voces de lo Alto y las de la tierra. No digo las voces de lo bajo. Digo de la tierra. Santiago es todavía más combatido que tú. Pero yo os digo que sobre la tierra está el cielo, y sobre los intereses del mundo está la causa de Dios. Tenéis necesidad de cambiar vuestro modo de pensar. Cuando lo pudiereis hacer, entonces seréis perfectos."

"Pero... ¿y tu Madre?"

 

Judas: no hay otra persona fuera de Ella que tenga

el derecho de reclamar mis deberes de hijo

 

"Judas: no hay otra persona fuera de Ella que tenga el derecho de reclamar mis deberes de hijo, según la luz de la tierra; o sea a mi deber de trabajar para Ella para socorrer sus necesidades materiales, a mi deber que tengo de asistirla y consolarla con mi presencia, pero Ella no pide nada de esto. Desde que me dio a luz, sabía que me perdería para encontrarme otra vez de un modo más extenso que el pequeño círculo familiar. Y a partir de aquel momento se ha preparado para ello.

 

En su sangre, esta voluntad absoluta de entrega a 

Dios, no es nueva. Ella estará siempre conmigo y 

vosotros volveréis a ser míos por medio de Ella  Yo 

estoy en mi Madre y Ella está en Mí 

y ambos estamos en Dios.

 

En su sangre, esta voluntad absoluta de entrega a Dios, no es nueva. Su madre la ofreció al Templo antes de que ella hubiera podido sonreír a la luz. Ella me lo ha dicho innumerables veces, que teniéndome contra su corazón en las largas noches de invierno o en las claras noches de verano llenas de estrellas, me ha platicado de su santa infancia y de su entrega a Dios, desde las primeras luces de su amanecer en el mundo. Se entregó más, a partir del momento en que me tuvo para que yo realizara la misión que de parte de Dios se me ha encomendado. Todos me abandonarán en cierta hora; tal vez por unos cuantos minutos, y la villanía se apoderará de todos y pensaréis vosotros que hubiera sido mejor, para vuestra seguridad, no haberme conocido jamás. Pero Ella, que lo comprende y lo sabe, Ella estará siempre conmigo y vosotros volveréis a ser míos por medio de Ella. Con la fuerza de su robusta y amorosa fe. Ella os dará alimento en sí, porque respira en Mí. Yo estoy en mi Madre y Ella está en Mí y ambos estamos en Dios.

 

no sabéis quién es mi Madre. Si lo supiereis no la 

criticaríais en vuestro corazón porque 

no ha podido tenerme sujeto a sí, sino que la 

veneraríais como a la amiga más íntima de Dios, 

la Poderosa que todo lo puede en el corazón d

el Eterno Padre y en el de su Hijo a quien quiere 

hacer feliz en este viaje de Caná

 

Quisiera que todos vosotros comprendieseis esto, vosotros familiares según el mundo, amigos e hijos en plan sobrenatural. Tú, y contigo los demás, no sabéis quién es mi Madre. Si lo supiereis no la criticaríais en vuestro corazón porque no ha podido tenerme sujeto a sí, sino que la veneraríais como a la amiga más íntima de Dios, la Poderosa que todo lo puede en el corazón del Eterno Padre y en el de su Hijo a quien quiere hacer feliz en este viaje de Caná. Después de esta hora lo comprenderéis." Jesús tiene un tono imponente y persuasivo.

Judas lo mira atento y pensativo dice: "Claro que yo también iré contigo y con ellos si me lo permites... porque comprendo que dices cosas justas. Perdona mi ceguedad y la de mis hermanos. ¡Eres tan santo! ¡Más que nosotros!..."

"No guardo rencor a quien no me conoce, ni siquiera para quien me odia, pero me duele por el mal que a sí mismos se hacen. ¿Qué tienes en esa bolsa?"

"El vestido que te envía tu Madre. Mañana es una fiesta grande. Cree que su Jesús tenga necesidad del vestido para no hacer mala figura entre los invitados. Ha estado diariamente cosiendo sin descanso desde las primeras luces del día hasta las últimas de la tarde, para hacértelo pero no pudo terminar el manto. Todavía faltan los flecos. Está muy triste."

"No es necesario. Me pondré este, y el otro será para Jerusalén. El Templo significa todavía más que una fiesta de bodas."

"Ella se pondrá feliz."

"Si deseareis estar al amanecer en el camino de Caná, conviene que partáis al punto. La luna ya va a salir y es buena compañera para el camino" dice Pedro.

"Vamos pues; Juan, ven conmigo. Adiós Simón Pedro, Santiago, Andrés. Os espero la tarde del sábado en Cafarnaún. ¡Adiós, mujer! La paz sea contigo y en tu hogar."

Salen Jesús, Judas y Juan. Pedro los sigue hasta la playa y los ayuda a embarcarse.

I. 309-313

A. M. D. G.