LECCIÓN DE JESÚS A LOS DISCÍPULOS 

EN EL OLIVAR

 


 

#He detenido a este hijo (y señala a José) porque le doy el encargo de llevar a sus compañeros mis palabras,   

#Es necesario en vosotros el amor y la unión.-Qué cosas sois. Personas de toda clase social, de toda edad y de diversas regiones. Todos somos iguales. Todos tenemos las mismas debilidades. Todos tenemos necesidad de igual adiestramiento   

#Sí, hermanos. Quiero que así os llaméis y como tales os consideréis. Sois como una sola familia   

#Permaneced unidos. Amaos. Ved este enjambre de hormigas que todo se dirige a un lugar   

#Judas reprocha a Jesús que ama más a los de la Galilea que a los de la Judea y Jesús le replica.  

#Y ahora repito lo que había dicho a estos en Judea: No digáis a mi Madre que los judíos maltrataron a su Hijo. Está muy afligida al haber intuido que tuve aflicciones. Respetad a mi Madre. Vive en la sombra y en el silencio. Tan solo es activa en la virtud y en orar por Mí, por vosotros y por todos. Haced que las luces negras del mundo y las agrias disputas se queden lejos de su retiro envuelto en la reserva y en la pureza. No introduzcáis ni siquiera el eco del odio donde todo es amor. Respetadla. Tiene más valor que Judit y lo veréis. Pero no la obliguéis antes de que sea la hora a gustar las heces que son los sentimiento de los desgraciados en el mundo, de los que ni siquiera saben por asomo qué cosa signifique Dios y la Ley de Dios. De aquellos de los que al principio os hablaba: los idólatras que se creen conocedores de Dios y por lo cual unen la idolatría y soberbia.

 


 

He detenido a este hijo (y señala a José) 

porque le doy el encargo de llevar 

a sus compañeros mis palabras,

 

Veo que Jesús con Pedro, Andrés, Juan, Santiago, Felipe, Tomás, Bartolomé, Judas Tadeo, Simón, Judas Iscariote y el pastor José salen de la casa y van no lejos de Nazaret, a la vecindad inmediata bajo un olivar espeso.

Dice: "Venid a mi alrededor. En estos meses de presencia y de ausencia me he formado un juicio de vosotros. Os he conocido y conozco con experiencia de hombre, el mundo. Ahora he pensado en enviaros al mundo. Pero antes debo haceros maestros, haceros capaces de enfrentaros al mundo con dulzura y sagacidad con calma y constancia, con conciencia y ciencia de vuestra misión 

Aprovecharé este tiempo del sol ardiente, que impide que se haga viaje alguno por la Palestina, para vuestra instrucción y formación de discípulos. He escuchado cual músico lo que en vosotros desentona y quiero poneros en tono con la armonía celestial que debéis transmitir al mundo, en nombre mío.

He detenido a este hijo (y señala a José) porque le doy el encargo de llevar a sus compañeros mis palabras, para que también allá se forme un núcleo robusto que me anuncie, no tan solo con decir que estoy, sino con las características más esenciales de mi doctrina.

 

ES NECESARIO EN VOSOTROS EL AMOR Y LA UNIÓN

 

¿QUÉ COSA SOIS?

 

PERSONAS DE TODA CLASE SOCIAL, DE TODA EDAD Y DE 

DIVERSAS REGIONES

 

TODOS SOMOS IGUALES. TODOS TENEMOS LAS MISMAS 

DEBILIDADES

 

TODOS TENEMOS NECESIDAD DE IGUAL ADIESTRAMIENTO.

 

Como primera cosa os digo, que es absolutamente necesario en vosotros el amor y la unión. ¿Qué cosa sois?... Personas de toda clase social, de toda edad y de diversas regiones. He querido escoger a quienes carecen de enseñanza y conocimientos, para que más fácilmente penetre Yo con mi doctrina, y porque -estando vosotros destinados a evangelizar a los que ignoran completamente al Dios verdadero- quiero que al acordarse de su antigua ignorancia de Dios no los desprecien y con piedad los enseñen, al recordar con cuánta piedad Yo los amaestré.

Oigo en vosotros un objeción: "¡No somos paganos, ni tampoco carecemos de cultura intelectual" ¡No! no lo sois. Pero no sólo vosotros, aun cuando también los que de entre vosotros representan a los doctos y a los ricos, habéis sido educados en una religión, desnaturalizada por muchas razones que no tiene más que el nombre de tal. En verdad os digo que hay muchos que se glorían de ser hijos de la Ley. Pero de ellos ocho de cada diez, no son más que idólatras que han confundido entre neblinas de mil pequeñas religiones humanas la verdadera, la santa y eterna Ley del Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Por lo cual cuidándoos el uno al otro, vosotros pescadores humildes y sin cultura, como vosotros que sois mercaderes e hijos de mercaderes, oficiales o hijos de oficiales, ricos o hijos de ricos, decid: "Todos somos iguales. Todos tenemos las mismas debilidades y todos tenemos necesidad de igual adiestramiento. Hermanos en los defectos personales o nacionales, debemos desde ahora en adelante ser hermanos en el conocimiento de la Verdad y en el esfuerzo de practicarla".

 

SÍ, HERMANOS. QUIERO QUE ASÍ OS LLAMÉIS 

Y COMO TALES OS CONSIDERÉIS.

 

SOIS COMO UNA SOLA FAMILIA

 

Sí, hermanos. Quiero que así os llaméis y como tales os consideréis. Sois como una sola familia. ¿Qué familia próspera es la que el mundo admira?... La que está unida y la que está concorde. Si un hijo se hace enemigo del otro, si un hermano daña al otro, ¿puede durar acaso la prosperidad de esa familia? ¡No! En vano el padre de familia se esforzará en trabajar, en allanar las dificultades, en imponerse al mundo. Sus esfuerzos son inútiles, porque las propiedades se acaban, las dificultades aumentan, el mundo se ríe de esta situación perpetua de lucha que despedaza corazones y riquezas, que unidas eran fuertes contra el mundo, en un montoncillo de pequeños intereses contrarios, de los que se aprovechan los enemigos de la familia para acelerar más pronto su ruina.

 

PERMANECED UNIDOS. AMAOS.

VED ESTE ENJAMBRE DE HORMIGAS QUE TODO SE DIRIGE A 

UN LUGAR

 

Jamás seáis así vosotros. Permaneced unidos. Amaos. Amaos para enseñar a amar. Ved. También lo que nos rodea, nos enseña esta gran fuerza. Ved este enjambre de hormigas que todo se dirige a un lugar.

Sigámoslo, y descubriremos la razón de su esfuerzo que no es inútil al ir a un punto... Ved aquí. Esta pequeña hermanilla descubrió con sus minúsculos órganos, que no podemos ver con facilidad, un gran tesoro debajo de ese montón de raíces silvestres. Puede ser que se trate de una migaja de pan que se le haya caído a algún agricultor que vino a ver sus olivos, o a algún caminante que se haya refugiado bajo esta sombra, para comer, o a un niño que alegre jugaba entre la hierba. ¿Cómo podría ella sola llevar hasta su nido este tesoro que era mil veces mayor que ella?... Y ha llamado a una hermana y le ha dicho: "Mira, date prisa a decir a las demás, que aquí hay alimento para toda la tribu y por muchos días. Corre, antes de que un pájaro descubra el tesoro y llame a sus compañeros y se lo coman".

La hormiguita corrió fatigosamente entre las escabrosidades del terreno, subiendo y bajando entre los arenales y pajillas hasta llegar al hormiguero. Su voz fue: "Venid, una de nosotras os llama. Encontró para todas, pero ella sola no puede traerlo aquí, venid"... y todas, también las que estaban cansadas de haber trabajado todo el día y que descansaban en las galerías del hormiguero, corrieron; aun las que estaban amontonando provisiones en las celdillas de amasijo. Una, diez, cien, mil... Ved... Lo toman con sus tenazas, lo levantan y convierten sus cuerpos en carreta, lo arrastran con las patitas que hacen fuerza en el suelo. Esta cae, más allá la otra, y más allá como que se inmoviliza porque la punta del pan , la detiene en un hoyo que se abre entre su patita y una piedra; pero esta, tan pequeña, una muy joven de la tribu, se detiene... pero ved que toma aliento y parte... ¡Oh! ¡Cómo todas están unidas! Mirad: El pedazo de pan está entre todas, y camina, camina despacio, pero avanza. Sigámoslo... Todavía un poco, hermanas pequeñas, todavía un poco y vuestra fatiga obtendrá su premio. No pueden más. Pero no ceden. Descansan y otra vez prosiguen... ahora llegan al hormiguero. ¿Y, luego?... Luego el trabajo de partir en pedacitos el gran migajón. Observad qué trabajo. Quien corta y quien lleva... Se ha acabado. Ahora todo está bien y contentas desaparecen entre esas quebraduras para ir a su galería. Son hormigas.

Ninguna otra cosa más que hormigas y sin embargo son fuertes, porque están unidas. Meditad en esto. ¿Tenéis algo que preguntarme?..."

"Quisiera preguntarte si ya no regresamos más a Judea" pregunta Judas Iscariote.

"¿Quién lo dijo?"

"Tú, Maestro. Has dicho que prepararías a José para que fuese a instruir a los demás que están en Judea. ¿Te fue tan mal que no quieres regresar allá?"

"¿Qué te hicieron en Judea?" Tomás pregunta curioso, y el fogoso Pedro al mismo tiempo exclama: "¡Ah! tenía razón en decir que habías regresado agotado. ¿Qué te hicieron los "perfectos" de Israel?"

"Nada, amigos. Ninguna otra cosa más que la que también acá encontraré. Si diera vueltas por toda la tierra, encontraría amigos mezclados entre enemigos. Judas, te había pedido que guardases secreto..."

"Es verdad, pero... No, no puedo callar cuando veo que prefieres la Galilea a mi Patria. Eres injusto, no más. Allá también recibiste honores..."

 

JUDAS REPROCHA A JESÚS QUE AMA MÁS A LOS DE LA 

GALILEA QUE A LOS DE LA JUDEA Y JESÚS LE CONTESTA

 

"Judas, Judas... ¡Oh Judas! tu reproche es injusto. Tú mismo te acusas, al dejarte llevar de la ira y de la envidia. Me había dado mañas en dar a conocer, tan solo el bien que recibí en Judea, y sin mentir había podido decir con alegría estas cosas buenas para que os amasen a los de Judea. Con alegría porque el Verbo de Dios no conoce separaciones de lugares, antagonismos, enemistades, discriminaciones. A todos vosotros os amo. A todos... ¿Cómo puedes decir que prefiero la Galilea, cuando quise el sagrado sitio del templo y de la Ciudad Santa que es cara a cualquier israelita? ¿Cómo puedes decir que soy parcial, si de vosotros los once discípulos, mejor dicho de los diez porque mi primo es de la familia, ¿cuántos sois de Judea?... y si a vosotros agrego los pastores, ¿puedes ver de cuántos de Judea soy amigo? ¿Cómo puedes decir que no os amo a vosotros los judíos, si cuando nací y cuando me preparé a la misión quise que hubiese dos judíos contra uno solo de Galilea?... y me acusas de injusticia, pero examínate, Judas, y mira si el injusto no eres tú."

Jesús ha hablado majestuosa y dulcemente. Pero si no hubiese dicho más, habrían sido suficientes las tres veces que pronunció la palabra "Judas" al principio del discurso, para darle una gran lección. La primera vez lo dijo el Dios majestuoso que llama al respeto; la segunda el Maestro que enseña de un modo paterna; la tercera fue de súplica de un amigo acongojado por los modales del otro.

Judas mortificado tiene la cabeza baja, pero aún sigue enojado y feo al dejar ver sus sentimientos. 

Pedro no sabe callar. "Y por lo menos pide perdón, muchacho. Si estuviese en lugar de Jesús, no te bastarían palabras. ¿Que Él sea injusto?... ¡Eres un irrespetuoso señorito! ¿De este modo os educan en el Templo? ¿O a ti no te pudieron educar?... porque si ellos son..."

"Basta, Pedro. Dije lo que tenía que decir. También de esto os hablaré mañana. Y ahora repito lo que había dicho a estos en Judea: No digáis a mi Madre que los judíos maltrataron a su Hijo. Está muy afligida al haber intuido que tuve aflicciones. Respetad a mi Madre. Vive en la sombra y en el silencio. Tan solo es activa en la virtud y en orar por Mí, por vosotros y por todos. Haced que las luces negras del mundo y las agrias disputas se queden lejos de su retiro envuelto en la reserva y en la pureza. No introduzcáis ni siquiera el eco del odio donde todo es amor. Respetadla. Tiene más valor que Judit y lo veréis. Pero no la obliguéis antes de que sea la hora a gustar las heces que son los sentimiento de los desgraciados en el mundo, de los que ni siquiera saben por asomo qué cosa signifique Dios y la Ley de Dios. De aquellos de los que al principio os hablaba: los idólatras que se creen conocedores de Dios y por lo cual unen la idolatría y soberbia. Vámonos.

Jesús de nuevo se dirige a Nazaret.

II. 551-555

A. M. D. G.