EN EL REDIL DE ENDOR

 


 

#JESÚS HABLA CON JUDAS ISCARIOTE  

#"¿Y crees que sea Yo un tonto que tomo por verdaderas las insinuaciones de cualquiera hasta el punto de que me quite la tranquilidad? Son las realidades, Judas de Simón, las que me turban" 

  #"Un rey pierde el trono cuando se hace indigno de estar en él, y se le quita como primera cosa la corona que tiene en la frente, el lugar más noble del hombre, el único animal que tiene la frente levantada hacia el cielo, él que es animal como materia, pero sobrenatural como ser dotado de alma.  

#Cualquier planta que no plante mi Padre celestial será arrancada. Plantas inútiles y que Él no plantó son los matorrales de hierbas parásitas, sofocadoras, espinosas que ahogan la semilla de la santa Verdad. Es caridad extirpar las tradiciones y preceptos que sofocan el Decálogo, lo desnaturalizan, lo hacen inerte e imposible de que pueda observarse.  

#lo que entra en el hombre no es lo que mancha, sino lo que sale  

#Explícalo un poco, pregunta Pedro  

#Lo que mancha es lo que es suyo, únicamente suyo, que engendra y produce él.  

#Del corazón salen los pensamientos malos, los homicidios, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios y blasfemias. Del corazón salen la avaricia, la soberbia, envidia, ira, apetitos inmodestos, flojedad pecaminosa. Del corazón salen los incentivos de las acciones. Y si el corazón es perverso, como él saldrán todas las acciones: desde la idolatría hasta las críticas insinceras... 

 


 

Jesús regresa a Endor. Se detiene en la primera casucha del poblado que es más corral que casa, y que tiene los pesebres bajos, cerrados, lleno de heno. Los trece peregrinos pueden quedarse ahí. El dueño de la casucha, hombre tosco, pero bueno, se apresura a traer una lámpara y un cubo pequeño de leche espumante, y pan oscuro. Después que Jesús lo bendijo se retira.

Jesús ofrece y distribuye el pan, y a falta de platos o copas cada uno impregna sus rebanadas de pan en el cubo y si tiene sed bebe del mismo. Jesús bebe una sola vez y muy poco. Está serio, silencioso... Al terminar la cena, y llenos los estómagos, los apóstoles caen en la cuenta de su mutismo.

Andrés es el primero en preguntar: "¿Qué te pasa, Maestro? Me parece que estás triste o cansado..."

"Creo que lo estoy."

"¿Por qué? ¿A causa de los fariseos? Ya te habrás acostumbrado ¿o no?... Yo casi ya... Recuerdas como me portaba las primeras veces con ellos. Repiten siempre las mismas canciones... Las serpientes no pueden menos de silbar, y ninguna de ellas será capaz de cantar como un ruiseñor. Termina uno por no hacerlas caso" dice Pedro parte por convicción, parte por tranquilizar a Jesús.

"De este modo se pierde el control y cae uno en sus cascabeles. Os ruego que no os acostumbréis jamás a las voces del mal como si fuesen voces inofensivas."

"Está bien, pero si sólo por eso estás triste, haces mal. Tú ves cómo te ama el mundo" dice Mateo.

 

JESÚS HABLA CON JUDAS ISCARIOTE

 

"¿Por esto estás así de triste? Dímelo, Maestro bueno. ¿O acaso te contaron mentiras, te insinuaron calumnias, sospechas, qué sé yo, contra nosotros que te amamos?" pregunta solícito y cariñoso Iscariote, el cual, pasa un brazo sobre Jesús que está sentado en el heno a su lado.

Jesús vuelve su rostro en dirección de Judas. En sus ojos fulgura un relámpago a la tenebrosa luz de la lámpara que está en el suelo, en medio de todos. Jesús mira fijamente a Judas de Keriot y al mirarlo le replica: "¿Y crees que sea Yo un tonto que tomo por verdaderas las insinuaciones de cualquiera hasta el punto de que me quite la tranquilidad? Son las realidades, Judas de Simón, las que me turban" y su mirada no deja de seguir clavada, cual una sonda, en las pupilas negras de Judas.

"¿Qué realidades te perturban ahora?" insiste con aire seguro Iscariote.

"Las que veo en el fondo de los corazones y leo en las frentes destronizadas." Jesús pone énfasis en esta palabra.

Todos se alborotan: "¿Destronizadas? ¿Por qué? ¿Qué quieres decir con eso?"

 

"Un rey pierde el trono 

cuando se hace indigno de estar en él

 

"Un rey pierde el trono cuando se hace indigno de estar en él, y se le quita como primera cosa la corona que tiene en la frente, el lugar más noble del hombre, el único animal que tiene la frente levantada hacia el cielo, él que es animal como materia, pero sobrenatural como ser dotado de alma. Pero no es necesario ser rey sentado sobre un trono terrenal para ser destronado. Cada hombre es rey en su alma y su trono está en el cielo. Cuando un hombre prostituye su alma y se convierte en un bruto, en demonio, entonces se destrona. El mundo está lleno de frentes destronadas que no se levantan más al cielo, sino que están doblegadas hacia el abismo, doblegadas con la palabra que Satanás esculpió en ellas. ¿Queréis conocerla? Es lo que leo en las frentes. Dice: "Vendido". Y para que no tengáis duda sobre quien es el comprador, os digo que es Satanás por sí mismo o, por sus siervos que hay en el mundo."

"Entendí. Esos fariseos, por ejemplo, son siervos de un siervo mayor que ellos, el cual lo es a su vez de Satanás" dice convencido Pedro. Jesús no lo contradice.

"¿Pero... sabes, Maestro que los fariseos, después de que escucharon tus palabras, se fueron escandalizados? Cuando salían se toparon conmigo y lo decían... fuiste muy claro" observa Bartolomé.

 

Cualquier planta que no plante 

mi Padre celestial será arrancada.

 

Jesús replica: "Muy cierto. No fue mi culpa sino de ellos, si hay que decir las cosas como son. Más bien es caridad de mi parte el que las diga. Cualquier planta que no plante mi Padre celestial será arrancada. Plantas inútiles y que Él no plantó son los matorrales de hierbas parásitas, sofocadoras, espinosas que ahogan la semilla de la santa Verdad. Es caridad extirpar las tradiciones y preceptos que sofocan el Decálogo, lo desnaturalizan, lo hacen inerte e imposible de que pueda observarse. Es caridad por parte de las lamas honestas hacerlo. En cuanto a ellos, a los protervos empecinados y cerrados a cualquier acción y consejo del Amor, dejadlos que lo hagan y que los sigan los que como ellos tienen corazón y tendencias parecidas y semejantes. Son ciegos que guían a otros ciegos. Si un ciego guía a otro, tendrán que caer los dos en un hoyo. Dejadlos que se alimenten de sus contaminaciones que se llaman "pureza", las que no pueden contaminarlos ya porque no hacen más que adaptarse a la raíz de que han brotado."

 

lo que entra en el hombre no es lo que mancha,

 sino lo que sale

 

Explícalo un poco, PREGUNTA pEDRO

 

"Lo que acabas de decir tiene relación con lo que dijiste en la casa de Daniel ¿no es verdad? ¿Que lo que entra en el hombre no es lo que mancha, sino lo que sale?" pregunta pensativo Simón Zelote.

"Sí" lacónicamente contesta Jesús.

La seriedad de Jesús es tal que resfría aun los temperamentos más alegres. Pedro, después de unos minutos de silencio pregunta: "Maestro, yo y tal vez otros más, no hemos comprendido bien lo que dijiste. Explícalo un poco. ¿Cómo es que lo que entra no contamina y sí lo que sale? Por ejemplo, si toma una jarra limpia y le echo agua sucia, la ensucio por supuesto. Pero si de una ánfora que tiene agua limpia derramo un poco de ella en el suelo, no ensucio la jarra, pues de ella sale tan sólo limpia. ¿Qué es pues?"

Jesús: "Simón, nosotros no somos jarras. Amigos míos, no somos jarras. No todo en el hombre es puro. ¿Todavía no podéis comprender? Pensad detenidamente en lo que los fariseos presentaban como acusación contra vosotros. Decían que os ensuciabais porque comíais con las manos llenas de polvo, sudadas, esto es, contaminadas. ¿Pero a dónde iba la comida? De la boca al estómago, de este al vientre, y de este al excusado. ¿Puede acaso manchar el cuerpo, y lo que hay en él, si pasa el alimento por solo el canal donde después de haber cumplido su oficio de nutrirlo, va a terminar a donde debe, a un albañal? ¡Esto no mancha al hombre!

Lo que mancha es lo que es suyo, únicamente suyo, que engendra y produce él. En otras palabras, lo que tiene en el corazón, lo que sale de los labios, llega a la cabeza, corrompe el pensamiento, la palabra, todo el hombre. Del corazón salen los pensamientos malos, los homicidios, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios y blasfemias. Del corazón salen la avaricia, la soberbia, envidia, ira, apetitos inmodestos, flojedad pecaminosa. Del corazón salen los incentivos de las acciones. Y si el corazón es perverso, como él saldrán todas las acciones: desde la idolatría hasta las críticas insinceras... Todas esta cosas malas que salen de lo interno a lo externo, manchan al hombre, no el comer sin lavarse las manos. La ciencia de Dios no es cosa vulgar, lodo que cualquier pie puede pisar, es algo sublime que vive en las estrellas y de allá baja con rayos de luz para hacer brillantes a los justos. No queráis, por lo menos vosotros, arrancarla del cielo para envilecerla en el lodo...

Id a descansar ahora. Voy a salir fuera a orar."

V. 1055-1058

A. M. D. G.