Las Apariciones de la Virgen María en San Sebastián de Garabandal

Capítulo 25

 

Testimonio de Marichu Herrero.

 El Doctor Morales, médico principal de la Comisión, se retracta de su posición negativa anterior y cree en las Apariciones.

 

La esposa del Doctor Morales murió con una gran paz por medio de un Crucifijo de Marichu, que había sido besado por la Virgen. Se pueden leer en este relato otras dos curaciones de cancer y conversiones.

En la foto el Doctor Morales examina el pulso de Mari Loli. Detrás de él, con gafas, Don Juan Antonio del Val quien, por gozar de la plena confianza de Don Doroteo Fernández, fue miembro de la Comisión y años después sería Obispo de Santander. Fue Monseñor Juan Antonio del Val quien dió un gran impulso a la difusión de las Apariciones desde que, en 1980, permitió se hiciera un documental filmado de las Apariciones, dió permiso a los Sacerdotes para subir a Garabandal y celebrar la Santa Misa en la Iglesia del pueblo y estableció una nueva comisión investigadora.

El Doctor Morales y  Don Juan Antonio del Val, con gafas.

 

Dice Marichu:

Me habia casado aquel año, el 14 de Enero de 1961. Entonces, como mi marido era Granadino, estábamos viviendo en Granada. Y ya nos habíamos retrasado mucho para venir a Asturias.

Yo, como soy asturiana, venía también a estar con mi familia anteriormente en Ribadesella, que tiene poca distancia con Garabandal. Son noventa kilómetros y se va con mas facilidad.

Mi marido Granadino tenía una gran afición por Santander y tenía casa en Santander y para él Santander es su patria, Dios lo quiso así.

Era el primer año y se echaba el tiempo encima. Yo ya me ponía pesada con mi marido: que estamos a finales de Junio de 1961, que yo me quiero ir con mi madre, a quien quería mucho, a mis padres, a Ribadesella.

Estando en estas conversaciones, mi marido no se podía ir porque del campo no se puede uno marchar cuando quiera, recibo una carta de una hermana pequeña mia, Menchu, una persona muy profunda.

Mi hermana Menchu, al vivir tan cerca de Garabandal, porque estaba ya en Ribadesella a finales de Julio, era por Santiago, me escribió y me dijo en una carta, con una expresión muy suya: agárrate, pero agárrate en plan muy serio: dicen que se aparece la Santísima Virgen del Carmen a unas niñas de un pueblo de Santander, muy cerca de Asturias, y que van precedidas esas Apariciones por el Arcángel San Miguel y todo puntos de exclamación, ¡muy serio!.

Me quedé muy impresionada y digo yo: ¡esto va a ser verdad!. Porque ¿cómo pueden saber unas niñas pequeñas de un pueblo que San Miguel suele preceder a las Apariciones de la Santísima Virgen?. Esto me lo ha dicho un teólogo, creo que suele preceder.

¡Esto a mi me suena a que es verdad!. Lo creí con una convicción íntima. Cansada de estar en Granada, el ocho de Agosto le dije a mi marido:

-- ¿me puedo adelantar a ver a mi madre en Asturias?

-- ¡Vete, que me estás dando una lata imponente!

Entonces me adelanté, fui a Asturias. Lo primero dije: ¡a Garabandal!. Entonces es donde apareció Carmen Cavestany. Carmen Cavestany se habia enterado o por otras personas o por mi hermana. Yo creo que al mismo tiempo. Entonces me dicen mis hermanas:

-- ¡es una maravilla!, no te puedes dar idea de lo impresionante que es porque te das cuenta que estás delante de una fuerza sobrenatural. No ves nada pero te das cuenta que esas cuatro niñas tan pequeñas están delante de una fuerza sobrenatural. Ellas habían ido ya un par de veces.

Los años de las Apariciones fueron unos años de mucha lluvia y estaban haciendo la nueva carretera a Unquera y otras vecinales, y para ir a Garabandal desde Ribadesella en esa fecha habia que hacer un viaje por una ruta alternativa mucho mas dificil, por Cabrales, por zonas de precipicios y el miedo que tenía a esas carreteras se lo ofrecía a la Virgen porque todo ello merecía la pena de sufrirlo por ir allá. Eran tres horas y media de viaje que ahora se hace por la nueva carretera en hora y media escasa, pero entonces en condiciones malísimas, pero que aguantaba lo que fuese por ir allá.

Llego el 17 de Agosto de 1961, esto está escrito en el libro del Padre Pesquera, a las tres en punto de la tarde con una hermana mia. Me decía mi madre:

-- yo creo firmemente en ello.

-- ¿pero mamá, cómo crees si no has visto nunca?.

-- creo porque las niñas, las cosas que las dice la Virgen se lo callan y no van contando cosas.

Ese mismo silencio de las cosas que las dice la Virgen, el secreto todavía no lo habían dicho, a mi madre la causaba gran admiración. Mi madre era extraordinaria en su piedad hacia la Virgen.

Entonces subimos ese dia, que creo es el dia de San Jacinto. Llego a casa de Ceferino, el padre de Mari Loli. Yo creía firmemente en las Apariciones y por eso iba con esa idea de respeto absoluto, de firme convicción. Estaba sentada en la mesa y había poca gente en el pueblo porque las Apariciones entonces eran al terminar la labor del campo, cuando las niñas bajaban en las carretas y solian ser después del Rosario que creo solía ser entre las siete y las ocho de la tarde.

Ese dia eran las tres en punto; me siento a comer en casa de Ceferino. Viene Mari Loli, la vidente, y me dice : te voy a servir yo, pero no te sé servir, porque yo como con las manos del puchero y sin cubiertos. Entonces empezé a enseñarla: esto es la cuchara y se pone a la derecha, etc. y cuando estábamos en estas dice Mari Loli a su padre:

-- papá, mira Jacinta, que ya viene. Jacinta venía en éxtasis. Nos levantamos, que había poca gente, dejamos la comida y nos fuimos donde Jacinta. Un éxtasis preciosísimo con las manos así, llevaba una muñeca en la mano, un dia de sol, de luz, de silencio. Mari Loli estaba contentísima de ver a su amiga así y al acercarse a Jacinta entra también en trance, fue precioso. Siguieron a la Iglesia y el trance duró dos horas y media. Una de las tias de las niñas me dijo: que suerte ha tenido usted. No solía entonces venir la Aparición a esa hora de la tarde.

Garabandal, una vez que estabas allí, costaba irse. En una ocasión me dieron las nueve de la mañana del dia siguiente. He presenciado éxtasis a las cinco de la mañana. Fuí testigo cuando las niñas oyeron una voz, fué impresionante. Creo que fue el 17 de Agosto de 1961 a las tres de la tarde. Eran Jacinta y Mari Cruz. Ellas hicieron sensación de echar para atrás y de miedo. Entonces una tia de ellas me dijo: es que están desde ayer así asustadas porque han oido esa voz ayer y hoy otra vez.

Les pregunté después del éxtasis ¿qué habían oido? y me dijeron: una voz que venía através de los montes. Ya la Virgen les había dicho: Oiréis una voz, no tengais miedo. Algo les prevenía. Se lo comenté con mucho detalle al Padre Pesquera, que esto le interesó mucho, bajo el punto de vista escatológico, cómo describían esa voz que venía de los montes. Creo solo fue en dos ocasiones, la noche antes y el dia que estaba yo, que era en pleno dia, como a las cinco de la tarde.

Los éxtasis eran preciosos en todas las niñas, me causaban una gran emoción y una gran veneración, convencida de que era la Virgen quién se aparecía. Buscábamos el sitio para verlo mejor, al principio, algo egoistas, nos empujábamos, con un poquito de falta de caridad, quítate tú para ponerme yo. Luego me fuí acostumbrando a dejar el sitio a las personas que no lo habían visto. Venía ya gente del extranjero y yo lo había visto tantas veces, entonces les dejaba el sitio. Venían Sacerdotes y muchos seminaristas.

Un dia vine con dos señoras y Ceferino me dice: Doña María, venga, corra, que ya están subiendo para los pinos. Las señoras se demoraron mucho mientras yo fuí corriendo. Yo era de las que dejaba todo para ir con las niñas si había éxtasis.

Un señor, un hombre de negocios, José María, el marido de Mercedes Salisachs, me contó que él había presenciado una aparición, y le impresionó tanto que estuvo varios dias sin tener la cabeza para ocuparse de cosas de negocios porque aquello llevaba a meditar y pensar en cosas espirituales. Ahí coincido plenamente con José María, porque dejabas todo. Ahí he comprendido lo que tiene que ser la vocación religiosa.

Yo subí en una época en que la Virgen estaba haciendo mucho hincapié en la decencia en el vestir. Las niñas no se dejaban retratar ni se ponian al lado de una persona que no llevase mangas, que fuese algo escotada, que fuese descarada. Esto se me ha quedado muy grabado el que la Virgen quiere la modestia. Aquí o se cambia de vida o con el tiempo se olvida. Garabandal obligaba a cambiar.

Hubo dos éxtasis que me impresionaron. Uno porque se trató de un Crucifijo mio que conservaba de la Primera Comunión. Debió de ser en otoño del año 1962. Fuí a casa de Jacinta y estaba Jacinta medio mala pero vestida encima de la cama. Era que se tenía que levantar porque ya tenia dos llamadas de la Virgen. Entonces le doy el Crucifijo y le digo:

-- este Crucifijo, ¿me lo besaría la Virgen?.

-- déjalo ahí encima de la mesa.

No me dijo mas y yo me marché. Había al lado de ella un seminarista del Opus Dei y alguna persona mas de su familia. Había muy poca gente ese dia en el pueblo.

Estaba en casa de Conchita cuando me vienen diciendo: Marichu, Marichu, que viene por todo el pueblo Jacinta con tu crucifijo en la mano. Lo dá a besar por todo el pueblo, yo no me moví de casa de Conchita. Ella entró en casa de Conchita, lo dió a besar a todo el mundo y cuando estaba delante de mí viene el del Opus Dei y le arranca el Crucifijo diciendo que es que estaba haciendo estudios de los sucesos. La niña puso una cara de dolor cuando le quitó el Crucifijo, y entonces yo me enfadé y le dije:

-- ¿por qué ha hecho eso?.

-- estaba haciendo pruebas.

-- pues bueno, hága otra clase de pruebas pero esto no.

Yo queria que la niña se quedase con el Crucifijo el mas tiempo posible. Volvieron a casa de Jacinta y terminó la Visión.

A los dos meses de esto, el embajador de Alemania en España, un hombre que había sufrido muchísimo, un converso, le habian descubierto un cancer de lengua. Le acababan de operar cuando yo llegué a Madrid con el Crucifijo, que no me separaba ya nunca de él. Le hablé de Garabandal y su mujer me dijo: te voy a pedir una cosa, que estoy deshecha; a mi marido le han quitado un tumor en la lengua, se ha quedado ya sin sabor, sin gusto, pienso que no hay nada que hacer, ¿me dejarías el Crucifijo besado por la Virgen?.

Se lo dí y con ese crucifijo se curó totalmente del cancer. El cancer desapareció y vivió 19 años mas hasta los noventa años. Mis padres también han muerto con ese Crucifijo, ha quitado muchos dolores a gente que padecía y lo mas importante las conversiones. Son muchos los casos de gracias recibidas por medio de ese Crucifijo.

El doctor Morales es un ejemplo de las conversiones y curaciones que Dios ha obrado en esta ocasión por medio del Crucifijo besado por la Virgen en Garabandal.

El 30 de Mayo de 1983 el Doctor Luis Morales Noriega, señalado por el Obispo Administrador Apostólico D. Doroteo Fernandez como médico principal en la Comisión investigadora de las Apariciones, se retractó de su anterior opinión negativa y reconoció la autenticidad de las Apariciones de la Virgen Maria en Garabandal durante una conferencia que dió en el Ateneo de Santander con una gran afluencia de público y con permiso del Obispo de Santander.

Anteriormente el Dr. Morales habia vivido en el hospital de Valdecilla en Santander unos sucesos que le conmovieron profundamente: la enfermedad de su esposa de un cancer en que, después de muchos dolores, durante el último mes de vida, recuperó la paz interior por medio de ese Crucifijo besado por la Santísima Virgen en Garabandal, recibió los Santos Sacramentos y murió con una gran paz. 

Este crucifijo de Marichu se lo dejó también a D. Antonio Francisco Bonin Cavero que también estaba enfermo de un cancer terminal al mismo tiempo que la esposa del Dr. Morales. Cuando todo ya estaba en un proceso terminal para Antonio, el médico que hacía las últimas pruebas exclamó “lo que está sucediendo a Antonio es un milagro”. En efecto, Antonio fué curado milagrosamente y poco después ya estaba de vuelta en su casa. Ambos sucesos conmovieron profundamente al Dr. Morales, que fué testigo de ellos. Una vez mas se cumplian las palabras de la Virgen: por los besos que he dado “Mi Hijo, hará prodigios”.

Dice Marichu:

Estábamos unas diez personas en casa de Conchita. Eran las tres de la mañana y ya tenia dos llamadas de la Virgen y como ya Mari Loli tenia aparición toda la gente sale a ver a Mari Loli. Me quedo sola con Conchita y digo yo a Conchita: vamos a rezar el Angelus. Me dice Conchita, rézalo tú que yo no lo sé.

Entonces rezo el Angelus y al final, al llegar al tercer Gloria se aparece la Virgen. Fue un éxtasis maravilloso; Conchita había recogido antes, de la mesa, medallas, cadenas, escapularios para dar a besar a la Virgen. Ya en éxtasis me llamó la atención la alegría inmensa, profunda, la transformación de la cara de Conchita en una belleza.

Se ponia mas guapa y el cutis como mas fresco. Siempre me llamó la atención el pelo que, aunque estuviesen mal peinadas, se le recogía todo como si le hubiesen pasado un peine, una mata de pelo bien precioso todo caido para atrás.

A las niñas también les llamaba la atención el pelo de la Santísima Virgen, no se cansaban de querer describirlo pero no lo saben describir, era algo diferente y maravilloso.

Sobre las profecías.

Lo que sí dijo el Obispo de Nueva York, el Obispo auxiliar Monseñor Garmendia, es que para él, Conchita habia dicho una profecía que luego fué verídica y que por ello tenía motivos para creer en Conchita. Esta profecía fue cuando Conchita dijo, después de la elección de Juan Pablo I: este Papa que han elegido va a durar muy poco tiempo. La Virgen asi se lo había dicho durante las Apariciones.

Para mí la Historia de la Iglesia está tan unida a Garabandal que claro se veia que iba a pasar algo. Cuando murió Juan XXIII, y ya tocando las campanas de la iglesia, le dice Conchita a su madre Aniceta:

-- se ha muerto el Papa.

-- tú qué sabes si ha muerto o no ha muerto.

-- si madre, quedan solo tres Papas.

Esto yo no lo oí sino que me lo dijeron en aquellos dias. Entonces cogí a solas a Conchita:

-- Conchita qué pasa, ¿cuantos Papas quedan?.

-- no quedan mas que tres Papas.

Esto fue dos o tres dias después de la muerte del papa Juan XXIII. Luego me contó Mercedes Salisachs que Conchita había agregado esta frase en otra ocasión: ¿y qué será del mundo que no puede estar sin Papa?.

La cuestión de los Papas era algo que tenía muy presente Conchita, que debía de saber muchísimo de ello porque la Virgen se lo dijo. Los Papas parecía que eran hitos en el camino de Garabandal, es decir cada vez que moría un Papa o que pasaba algo en la Iglesia se notaba que era de gran importancia.

Porque ¿por qué una niña de doce o trece años va a dar tanta importancia a la muerte de una Papa?.

Recuerdo un dia del mes de Octubre, seguramente de 1965, pasada la última Aparición del Angel, subí un dia y estaba Conchita delante de su casa y estuvimos las dos solas hablando, y le digo.

-- Conchita, tengo un miedo horrible, porque viene un cometa por ahí, por el firmamento. ¿Puede ser el Aviso?.

-- ¿es de mano de Dios o del hombre?.

-- de Dios, porque un cometa no lo puede hacer un hombre.

-- Pues si es de mano de Dios puede ser,  si es de mano del hombre no.

Entramos en su casa y dice Conchita,

-- máma, que dice Marichu que viene un cometa, ¡uy que miedo!. Cuando venga el cometa yo me voy a la Iglesia con el Santísimo.

Le dice Conchita a Marichu.

El Aviso es para todos igual, no hay quien escape y le dije:

-- yo me meto debajo de la cama.

-- no te sirve de nada meterte debajo de la cama. Lo verás dentro de tí, tendrás un verdadero arrepentimiento de todos tus pecados, que verás claramente. Todo el mal que has hecho, verás todo, te arrepentirás de todo.

Me lo dijo de una manera que me llegó al alma y yo le decía:

-- ¡Uy, que miedo voy a pasar!.

Me agarró así del brazo y me dijo:

-- pero vas a querer a Dios muchísimo mas.

Esto me quedó grabadísimo porque lo dijo con una gran alegría cogiéndome del brazo, como diciéndome: estás de enhorabuena. Como si todo mereciera la pena si es para querer mas a Dios.

Y le digo yo, ¿entonces el Castigo?, y me dice ella:

-- Deja el Castigo, porque antes viene el Milagro y eso si que va a ser.

Como diciendo: algo único. Después de la Eucaristía, es el mayor Milagro de todos. Eso lo dijo tanto ella como su madre: La Eucaristía, el MAYOR Milagro de DIOS, segundo el que viene para Garabandal.

La Madre Nieves es de las personas con más interés por Garabandal, sin haber visto nada, pero sí como confidente de Conchita. Una noche que fue con Conchita a hacer una Hora Santa ante el Santísimo, cuando le dijo a Conchita: ahora haz tú las peticiones al Señor, y las peticiones que hizo Conchita fueron de tal profundidad y tan teológicas que se decia Madre Nieves: ¿de donde le viene esta sabiduria?. Se veia en ella lo mucho que la Virgen la había enseñado durante las Apariciones y su vida espiritual. Los cuadernos de Conchita son una maravilla, lo que ella escribía era una verdadera maravilla, eran de una mística.

En una carta de cuando las Apariciones, respondiendo a una pregunta que le han hecho, dice Conchita: ... «aprovecho para ponerte unas lineas para decirte que la Virgen no me ha dicho na, se sonríe, no soy de sacar mas de Ella, a lo mejor no lo sabe, tendrá que preguntárselo a su Hijo pero al que trae Ella en los brazos no, a Dios.»

Tratándose de una cosa tan seria, las Apariciones de la Virgen, debia el Obispo haber subido a Garabandal pero el Obispo, creo que era Monseñor Beitia, decía que le hiciésemos preguntas serias y profundas a las niñas. Por ejemplo, ¿cual es el santo mas grande del Cielo?. Se lo preguntó la niña a la Virgen y le dijo: San José.

El Padre Lucio Rodrigo Llanos S.J. que fué rector emérito de la Universidad Pontificia de Comillas, escribió en un cuaderno de anotaciones  que la Virgen dijo a Conchita que un Papa visitaría Tierra Santa, que un Papa visitaría Fátima y que un Papa visitaría Garabandal. Ya se han cumplido Tierra Santa y Fátima y a su hora también será Garabandal. El Padre Rodrigo dijo que recibió una prueba personal inequívoca de la autenticidad de las Apariciones de la Virgen Maria en Garabandal.

Está claro que es necesario un estudio a fondo de las Apariciones de Garabandal que sin duda traerá la luz sobre la maravilla que fué todo aquello y la gracia singularísima de haber tenido aqui a la Santísima Virgen.

A. M. D. G.


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