Las Apariciones de la Santísima Virgen María en San Sebastián de Garabandal

Capítulo 197

 

Mis hijos que vienen de Asturias.

Mapa de asturias

Mapa de Asturias.

 

   En los primeros tiempos de las Apariciones se le preguntó a la Santísima Virgen qué gentes eran las que venían con más fe a Garabandal y Ella dijo:

Mis hijos que vienen de Asturias.

Esta pregunta se le ocurrió hacérsela a la Santísima Virgen a Avelina González y es testigo de ello la maestra de Colunga María Josefa Álvarez. Durante los años posteriores han subido a Garabandal asturianos de muchos concejos, incluidos los de los pueblos del Occidente de Asturias donde las Apariciones de Garabandal son muy conocidas en municipios como Navia y Coaña.

 

La villa de Navia, a la derecha de la foto, y el pueblo vecino de El Espín (Coaña), en el margen izquierdo de la ría de Navia. En la lejanía, arriba de la foto, a la izquierda, se ven Foxos, Mohías y Ortiguera.

 

El entusiasmo y la fe de los asturianos se ve leyendo esta carta de Margarita González, que subió a Garabandal desde Pola de Siero y, estando ella allá, comenzaron la Apariciones. Dice así en una carta a su madre que se encontraba en Asturias:

-- Bueno, no he escrito porque aquí estamos en la gloria, no pensamos ni en comer ni en dormir. Yo me estoy con la chiquitina mayor.

Allí estaban en la calleja, sin acordarse de ir a cenar ni de dormir ni de ninguna cosa. Prosigue Margarita:

-- Aquí lo pasamos en la gloria, no nos acordamos de nadie. Cuando vaya os contaré muchas cosas que en la carta es imposible. De Asturias ha venido casi un pueblo entero. Ha venido muchísima gente pero de Asturias ha sido lo que más. De Santander también pero menos gente viene. No puedo deciros más por carta, esto es una preciosidad. No puede ser ponerlo por escrito. Y hablao tampoco podrá ser que será mejor verlo que decirlo. Porque esto no tiene explicación ninguna. Estas cosas que están pasando aquí no tienen explicación porque no son de la tierra, son del Cielo.

 

Otro ejemplo muy señalado, entre muchos, es el P. José Ramón García de la Riva, siempre fiel, que estuvo en Junio de 2005 en Garabandal con un grupo de peregrinos.

El P. José Ramón García de la Riva tomó posesión de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores de Barro (Llanes, Asturias), el día 10 de agosto de 1961.

Don José Ramón subió a Garabandal por primera vez el 22 de Agosto de 1961, antes de que saliesen las notas del Obispado de Santander. Posteriormente pidió permiso a su Arzobispo, monseñor Segundo Sierra Méndez, Arzobispo de Oviedo y a Don Doroteo Fernández, Administrador Apostólico de la Diócesis de Santander, a quien también le comunicó sus primeras impresiones.

En una conversación telefónica con monseñor Beitia Aldazabal, segundo Obispo de Santander durante las Apariciones, este dijo al P. José Ramón:

-- Puede subir a Garabandal cuantas veces quiera.

Sus "Memorias de mis subidas a Garabandal", mas conocidas como "Memorias de un Cura de Aldea", son un valiosísimo testimonio de las Apariciones. Hoy día se pueden ver en videos y leer por todo el mundo, traducidas a varios idiomas.

Según el testimonio del dominico francés P. François Turner O.P., estas memorias están actualmente en manos del entonces Cardenal Ratzinger, hoy papa Benedicto XVI, quien dijo, que para él las Apariciones de Garabandal son de gran importancia y espera los acontecimientos profetizados. En concreto, el Cardenal Ratzinger tuvo el libro del P. Turner sobre las Apariciones de Garabandal en su mesa de trabajo.

En 1971, El P. José Ramón García de la Riva, recopiló información sobre las Apariciones, a pedido de Don Gabino Díaz Merchán, Arzobispo de Oviedo. Esta información fue enviada a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, antes llamada Santo Oficio, que pidió esta información al Arzobispo de Oviedo por medio del Nuncio del Vaticano en Madrid.

Mas adelante, con el Obispo de Santander don Juan Antonio del Val , ya hubo permiso para subir a Garabandal y celebrar la Santa Misa en el Pueblo de Garabandal para todos los Sacerdotes, a partir de 1988. Lo dijo oficialmente monseñor D. Juan Antonio del Val ante la Televisión Cántabra y en Garabandal por medio de una carta leída en público por el párroco D. Juan González Gómez.

Un ejemplo más entre muchísimos es el caso de Marichu Herrero quien dejó literalmente a su marido en Sevilla, con sus trabajos, para "escaparse" a ver a su madre en su tierra natal de Ribadesella, Asturias. Llegada a Ribadesella se escapó literalmente a Garabandal por el camino mas difícil, debido a que la carretera directa por Unquera-Pesués estaba en obras, desviando por la carretera que va hacia el desfiladero de la Hermida y Puentenansa que entonces era bastante peligrosa por los precipicios.

 

Marichu sube a Garabandal con mucha ilusión y dice:

Los éxtasis eran preciosos en todas las niñas, me causaban una gran emoción y una gran veneración, convencida de que era la Virgen quién se aparecía. Buscábamos el sitio para verlo mejor, al principio, algo egoístas, nos empujábamos, con un poquito de falta de caridad, quítate tú para ponerme yo. Luego me fui acostumbrando a dejar el sitio a las personas que no lo habían visto. Venía ya gente del extranjero y yo lo había visto tantas veces, entonces les dejaba el sitio. Venían Sacerdotes y muchos seminaristas.

Un día vine con dos señoras y Ceferino me dice: Doña María, venga, corra, que ya están subiendo para los pinos. Las señoras se demoraron mucho mientras yo fui corriendo. Yo era de las que dejaba todo para ir con las niñas si había éxtasis.

Un señor, un hombre de negocios, José María, el marido de Mercedes Salisachs, me contó que él había presenciado una aparición, y le impresionó tanto que estuvo varios días sin tener la cabeza para ocuparse de cosas de negocios porque aquello llevaba a meditar y pensar en cosas espirituales. Ahí coincido plenamente con José María, porque dejabas todo. Ahí he comprendido lo que tiene que ser la vocación religiosa.

Yo subí en una época en que la Virgen estaba haciendo mucho hincapié en la decencia en el vestir. Las niñas no se dejaban retratar ni se ponían al lado de una persona que no llevase mangas, que fuese algo escotada, que fuese descarada. Esto se me ha quedado muy grabado el que la Virgen quiere la modestia. Aquí o se cambia de vida o con el tiempo se olvida. Garabandal obligaba a cambiar.

Puede leerse el testimonio completo de Marichu aquí.

 

Doña María Herrero, conocida también como Marichu Herrero, Marichu, redactó en francés, para el Santo Oficio de Roma, Congregación para la Doctrina de la Fe, un memorándum de lo que ella misma había podido presenciar. Lo hizo por consejo del sacerdote belga, residente en Francia, P. Laffineur.

Dice María Herrero:

Sólo refiero aquí algunas de las muchas apariciones a que yo asistí en San Sebastián de Garabandal, a partir del 17 de agosto de 1961. Me esforzaré por dar una idea de aquellos acontecimientos, aunque es imposible expresar todo lo que yo he visto y sentido. Quisiera hacer este trabajo pensando en algo que me confió Loli el 7 de octubre de 1962: Si se supiese lo que la Virgen nos quiere, no tendríamos más remedio que quererla también muchísimo a Ella.

Siempre he ponderado con gran calor y admiración el hecho de la perfecta modestia de las niñas en sus caídas y trances. No sólo la postura de sus cuerpos era de verdad bella y dignísima, sino que sus vestidos les caían siempre de la forma más conveniente, incluso con un correrse o deslizarse que parecía contrario al movimiento natural. Era como si una mano invisible estuviera allí para no dejar nada mal puesto; todos sentíamos gran respeto ante aquellos cuadros.

Un atardecer, después de la aparición, yo me encontraba a solas con Conchita, en su casa. Aproveché la ocasión y le dije: Háblame de la Virgen, Conchita.

¿Qué quieres que te diga?. Hoy la Virgen ha venido sin el Niño. Tampoco traía corona. Sus cabellos eran largos, morenos, con una raya en medio. Nunca la hemos visto con velo sobre la cabeza, y sus cabellos se mueven ligeramente, como al paso de una brisa.

¿Algo más?

¡Hay tanto!, pero yo no acierto a hablar. Cuando la Virgen reza el "Gloria", baja la cabeza con extraordinaria reverencia. La Virgen daba la impresión, al mirar, de que más que a ti, miraba al mundo. ¡Y de qué modo!. Nadie podría mirar así.

-- ¿La has visto alguna vez vestida con el hábito del Carmen?.

-- Ella viene siempre vestida de blanco y con un manto azul. Sólo el día de la fiesta del Carmen, 16 de julio, la he visto con hábito de carmelita.

-- ¿Y qué me dices de San Miguel?.

-- Que por él empezó todo. Vino la primera vez el día 18 de junio, precedido de un relámpago y de un retumbar de trueno, que nos impresionó mucho.

--Esto no me extraña, Conchita, porque ¿no sabes tú que San Miguel es el Príncipe de la Milicia Celestial, porta-estandarte de Dios, triunfador de Satanás?.

-- Pues no, yo no sabía nada de eso.

En otro momento de la conversación, hablando del Niño Jesús, Conchita trataba de explicar cómo iba vestido:

-- ¡Es muy difícil explicar el color de su ropa!. Es como si se vistiera de un poco de cielo, pero no precisamente azul; no sé de qué puede estar hecha su ropa.

-- ¿qué me dices de San José?.

-- Él es el más grande de los Santos del Cielo.

 

Pueden leerse los textos del memorándum de Marichu aquí.

 

Escudo Oficial de Asturias, con la Cruz llamada de Pelayo o de la Victoria. y con el lema que trajo la PAZ a Europa con el emperador Constantino, el mismo que invocó el Rey Pelayo cuando triunfó en Covadonga enarbolando la Cruz.

 

HOC SIGNO TVETVR PIVS

 HOC SIGNO VINCITUR INIMICVS

 

 

La Cruz de la victoria, también llamada de Pelayo, revestida de oro y piedras preciosas por el rey Alfonso III el magno, en el castillo de Gauzón, y trasladada después al relicario de la santa Catedral Basílica de Oviedo donde se custodia.

El escudo del municipio de Coaña, al que pertenece el pueblo de El Espín. Tiene la Cruz de la victoria, a la que adoran dos Ángeles, el águila triunfante custodiando el castillo, la torre invicta y las gaviotas o ánades nadando. En esta zona las aves que Dios nos dio forman parte de la vida ordinaria de los pueblos.

 

El Papa Juan Pablo II en la Cueva Santa de la Virgen de Covadonga, en Asturias, España. EL Papa pide a la Virgen una nueva reconquista espiritual del mundo entero para Cristo.

El Papa oró ante la Santina, la Virgen de Covadonga, por largo tiempo. Poco tiempo después de su petición sucedió lo inesperado: la caída del muro de Berlín, el fin de la llamada guerra fría, y el acercamiento de los países Orientales y Rusia a un mayor hermanamiento con la Europa occidental.

 

 

Por estos lagos de Covadonga, Asturias, anduvo el Papa Juan Pablo II una larga caminata. Es una belleza que Dios nos dio. El lago Enol está ya en la proximidad del macizo occidental de los Picos de Europa que limitan en su parte Oriental con Santo Toribio, las estribaciones de la Sierra de Peña Sagra y Garabandal.

 

A. M. D. G.

 


 

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